sábado, 3 de noviembre de 2007

UNIVERSITARIOS ACRÍTICOS

Crisanto Gregorio León
Universitarios acríticosLas máximas casas de estudios, recintos para la práctica y difusión del conocimiento universal, para la confrontación de las ideas y la construcción de una visión plenaria de las corrientes del pensamiento, donde se presume que la población universitaria además de disponerse a la preparación mediante la formación académica idónea, también debe tener la libertad de expresar su disconformidad legítima, válida y racional; pero de ninguna manera propender la generación de estudiantes acríticos.Constituye una gran farsa y una contradicción tangible a la esencia y filosofía que sustenta las bases de los estudios universitarios, que el estudiantado tenga que adherirse de manera sumisa y obediente a la visión particular de tal o cual profesor porque de ello depende la calificación en la asignatura. Y según sea la práctica en boga que despierta circunstancialmente las neuronas de uno u otro docente, el estudiante se vea en la necesidad de embarcarse en esa onda para no reprobar o para alcanzar máximas puntuaciones. Figurémonos un escenario donde el estudiante ante la visión amplísima –ni vulgar, ni obscena- que debe tener la universidad, plantea su disconformidad con todas o algunas de las características del establishment del profesorado o de las normas que regulan los estudios y al intentar explanar su pensamiento se encuentra con un docente cejijunto y dispuesto histriónicamente a un ataque de cólera, imponiéndose odiosamente por la autoridad de la posición que ostenta, entonces además de configurarse una contradicción interna de los postulados universales de toda máxima casa de estudios, por coartarse la iniciativa del pensamiento, de igual modo se violenta el derecho a la expresión constitucionalmente consagrado.Cuando un alumno expresa su pensamiento y el docente bajo el argumento de que no puede pretender que los demás vean las cosas según el color que él las ve, entonces el docente desconoce la posibilidad de que ¡un solo hombre con su pensamiento puede cambiar el mundo! Manejando el argumento en sentido contrario, es el docente quien todo lo ve de un mismo color, abstrayéndose de la gama que contiene el arco iris.El docente que de cualquier modo censura al alumno cuando expresa su pensamiento por ser distinto al propio, con todo respeto tiene la brújula dañada; porque debiera aprovechar esa oportunidad para inyectarle nuevos bríos a la dinámica del pensamiento universal y no quedarse echado en la cotidianidad de su intelecto.Consciente de su papel transformador, es propio de la naturaleza del estudiante en general y especialmente del universitario, ser indócil de pensamiento y presto a la fecundación de nuevas ideas; lo contrario sería ahogar el dinamismo y la visión universal. El profesor universitario no debe olvidar su época de estudiante y tampoco debe pretender que su pensamiento es el límite de la creación intelectual.


Abogado / Lcdo en Cs Sociales
crisantogleon@gmail.com

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