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jueves, 15 de mayo de 2008

La universidad y el ganar, ganar

La universidad y el ganar, ganar
Crisanto Gregorio León

Es determinante, preguntarse cuál es la utilidad social de la universidad. Y si realmente cumple con ella o es una adjetivación etérea para justificar una nómina docente o una burocracia lerda. ¿Cuál es el propósito de su creación y de su funcionamiento? ¿Atiende la universidad actual en lógica evolución a la primigenia idea que le da sentido, necesidad e importancia? Si ella se creó entre otros objetivos para brindar sustento o basamento científico y racional a la población, así como egresar profesionales que catapulten el desarrollo de la nación, ¿entonces marcha a tono con lo que se aspira y espera de ella en armonía a la diversidad del pensamiento?
Una ubicación estratégica del pensamiento y accionar docente donde se persiga el triunfo de los estudiantes o participantes le da sentido a la existencia de la universidad, mientras que unos propósitos ajenos a esos derroteros son una negación de la esencia de esas casas de estudios.
La universidad por el accionar y desempeño de su cuerpo de docentes debe apostar al éxito de sus estudiantes o participantes, porque sus victorias, triunfos y laureles, indican que la institución lo está haciendo bien. Porque no solo se preocupa por egresar gente con competencias para el desempeño profesional, sino que atiende la parte emocional de los jóvenes, hombres y mujeres de la patria.
Es primordial que el docente universitario reconozca las cualidades del estudiante o participante como un recurso maravilloso en la tarea social que se atribuye. Porque dentro de los objetivos universitarios está también generar hombres y mujeres con autoestima. Y nunca el criminoso torpedeo de la valía de quienes confiaron en la universidad para su formación.
Ha de recordarse que la universidad no solo forma para el desempeño cualificado de una profesión, sino que también tiene en sus manos a seres humanos que son una compleja composición de emociones y sentimientos, por cuya experiencia educativa tendrán una visión del mundo positiva o revanchista ante la sociedad.
No se quiere hombres y mujeres con frustraciones producto de nefastas experiencias educativas, que no logran sus titulaciones académicas por haber caído en manos de profesores que no comprenden su función como instrumentos para facilitar el triunfo de sus estudiantes y no para truncar las aspiraciones de los hijos de la patria.
La excelencia académica que se aspira del estudiante o participante, ha de responder a la excelencia académica y al virtuosismo humano del docente universitario.
Muchos son los que han abandonado sus estudios, porque el docente ha apostado a la derrota del estudiante o participante, sin digerir que su actuación es reflejo de la política educativa institucional y el triunfo de aquellos, lo es también de la universidad.
Pero, cuando los estudiantes o participantes son derrotados no obstante colocar su empeño y esfuerzo, eso debe dolerle grandemente a la universidad, porque es señal inequívoca de que algo no está funcionando bien intramuros.
Cuando los enfoques y los intereses están claros, es fácil el desempeño bajo el paradigma ganar, ganar. Si lo que se desea es el éxito y no el fracaso del estudiante o participante, que refleje la utilidad de la institución universitaria. Pero si lo que se quiere es fomentar el forjamiento gente lastimada por las secuelas de terroríficas experiencias educativas, entonces la universidad esta realmente mal y debe revisarse.
Y es que el desenvolvimiento docente universitario, debe perseguir una interrelación donde gane la educación y bajo ningún concepto se torpedee el afán del estudiante o el participante en formarse y en adquirir las competencias que lo cualifiquen para el ejercicio pleno y feliz dentro de la sociedad que queremos.
¿En verdad la universidad se ocupa de la función social que le atañe? ¿O acaso lo social es una evocación teórica sin pragmatismo ni ejercicio real? , siendo solo esa adjetivación como una cereza al borde de una copa.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

lunes, 28 de abril de 2008

"FATIGAS PERO NO TANTAS"

"Fatigas, pero no tantas”
Crisanto Gregorio León

Del pensamiento del gran bardo español Manuel Machado recordamos una frase de hondo contenido reflexivo: "Fatigas, pero no tantas, que a fuerza de muchos golpes hasta el hierro se quebranta".
He querido tomar esta inspiración filosófica y poética, para poner sobre el tapete la función de las universidades en la formación no solo de profesionales sino de ciudadanos útiles para la vida, dentro de un proyecto personal y también colectivo.
Y es que hay circunstancias en las que se someten a los estudiantes a tantas “fatigas injustas” propiciando su deserción. Sin la debida sensibilización social destruyen la buena disposición del alma para mantenerse o integrarse en la construcción de una sociedad de hombres buenos y útiles.
En tal sentido cuando la actividad universitaria por afán de sus docentes y autoridades, se desvincula de su esencia o de su ley motive, empeñándose en quebrantar las aspiraciones de la gente a acceder a los estudios superiores y a fuerza de muchos golpes no precisamente académicos, le sesgan el camino para obtener las titulaciones que lo integren o mantengan dentro del engranaje funcional del sistema social que se presume va en evolución y no en involución, entonces la universidad no está formando ni está cumpliendo un rol social.
Se critica a la educación privada, pero quienes la prefieren en vez de la educación pública, deciden sufragar sus estudios pagando de su propio patrimonio para obtener de esas instituciones y de sus profesores lo mejor de ellos como docentes y como personas; no quieren someterse a las “fatigas injustas” de docentes que puedan padecer de estrabismo académico, confundiendo la misión y la visión de la universidad, con sus intereses inconfesables que distan mucho de lo académico.
Cuando se escoge la educación pública no gratuita, como en el caso de los postgrados donde se debe pagar por ellos ; en igual sentido los estudiantes o participantes lo hacen no solo buscando lo mejor de los docentes como profesionales en sus áreas del conocimiento , sino también lo mejor de ellos como seres humanos.
En cualquiera de los casos, lo que no se desea es que el pretexto de lo académico se constituya en la cortina de humo para cometer injusticias.
La universidad además de fuente de conocimiento, debe precaver y proyectar la actitud institucional y docente, para no desarraigar a los estudiantes y participantes de su mejor decisión personal, cual es ser un ciudadano con estudios. Que el querer estudiar y el querer formarse no configure para el profesor una osadía a la que hay que ponerle barreras. Sino reconocer el derecho a la educación y fomentarlo, Y que la moral y las luces adornen también al staff de profesores. Es tarea de las instituciones de educación superior formar y educar, siendo opuesto a su función social, sentar las bases para truncar los derroteros del crecimiento intelectual y académico de los hombres y mujeres de la patria.
Evocando a Lester F. Ward “… el alma humana agregada al cuerpo, semeja una nave donde el instinto constituye la máquina motora, donde el sentimiento es el combustible y el timón la inteligencia desde donde se dirige toda esa embarcación hacia la consecución de algo bueno y útil”.
Sería absurdo que las universidades motivaran la destrucción de lo humano, dejando el cuerpo con puros instintos primitivos como una embarcación sin rumbo, cuyo combustible sea el resentimiento social, y con un timonel fatigado de buscar lo mejor en los de su especie, porque fueron tantos los golpes que quebrantaron su alma.


Abogado
crisantogleon@gmail.com

sábado, 26 de abril de 2008

ANTIDOCENTE Y ANTIEDUCATIVO


Crisanto Gregorio León

A propósito del tema educativo actualmente en la palestra pública, es menester hacer algunas consideraciones.
La presencia de retrógrados académicos, que para mantenerse chupando los recursos universitarios se las ingenian desde sus cátedras para evitar generaciones de relevo que los puedan sustituir, constituyen el cáncer que carcome las bases para una auténtica educación humanista y constructivista, no excluyente participativa y protagónica.
Docentes que integran mafias académicas en las que con la connivencia de las autoridades universitarias, no sueltan el control maquiavélico de los estudios de educación superior para mantener una hegemonía perversa, desarrollando en la práctica una actitud despótica manifiestamente contradictoria con la publicitada por la propia casa de estudios en su afán de capturar una población ávida de una forma de aprender que sustituya la megalomanía morbosa del docente, donde el estudiante es un contrincante al que hay que “aplastar” , sobre todo si no pertenece a la familia de la “Nostra Universitaria” o demuestra talento y competencia y es peligroso por su actitud crítica , o no satisface los intereses inconfesables de un grupúsculo que domina y manda con bajo perfil.
¡Gran temor y sobresalto! constituye para la mafia docente universitaria la presencia del pensamiento crítico. Por lo que los delincuentes académicos prefieren a un estudiante tímido, asustadizo que les rinda pleitesía y los endiose a tal punto que la sola presencia del docente provoque en el alumno alto estrés y si es posible que tenga que ingerir algún antidiarreico o algún tranquilizante para los nervios.
Prácticas violatorias del derecho constitucional a la educación y al derecho de contar con docentes sanos mentalmente. Porque no se puede negar que hay mucho esquizofrénico impartiendo clases y por lástima o por ayudarlo o ayudarla los compañeros e integrantes de la mafia universitaria los mantienen en sus puestos a costa de cualquier daño que puedan causar incluso a la reputación e imagen de la universidad.
Numerosos de estos delincuentes académicos tienen vacíos conceptuales, procedimentales, cognitivos y afectivos que nunca han superado y de cuyo rendimiento académico como estudiantes es de dudosa credibilidad. Y sin embargo tienen el atrevimiento de hacerse pasar por intelectuales y científicos.
Muchos docentes se instalan en las universidades haciéndose pasar por constructivistas y no saben siquiera integrar conocimientos bajo una visión interdisciplinaria y tienen la osadía de autocalificarse de docentes humanistas, cuando fueron formados bajo la estructura del pensamiento conductista y recalcitrante de la venganza al estudiante en el que derraman sus amarguras y frustraciones; y sin haber ajustado cuentas con sus anteriores enfoques y prácticas son la referencia a la peor experiencia educativa que alguien pueda experimentar. Para eso se atornillan en las universidades, para provocar deserción y sufrimiento, cobrándose con los estudiantes sus propias limitaciones y frustraciones, demostrando carencias en todos los ámbitos de su personalidad.
El pensamiento decadente y revanchista de docentes que manejan la perversión despótica del conocimiento mediante el sadismo intelectual , como respuesta a su propia descomposición moral , donde pretenden ocultar bajo la supuesta sapiencia, el desorden de sus personalidades y la corrupción académica por favores a familiares y amigos y a los integrantes de la mafia universitaria.


Abogado
crisantogleon@gmail.com


sábado, 3 de noviembre de 2007

¿APRENDIZAJE?


Crisanto Gregorio León

Es plausible que haya hombres y mujeres con verdadera vocación al servicio de la educación y que tienen las neuronas frescas y alertas, que además están dispuestos a no quedarse encajonados en la desventurada estampa de un hombre de poco léxico , de menguada capacidad de análisis ; porque temen ser más del montón , porque no quieren dimensionar la realidad solo con lo que hace decenios lograron aprender cuando se formaron en las escuelas normales o en las escuelas de educación , porque aspiran ganarle la partida entre otros al alzheimer.
Pero hay quienes se niegan a mejorar, porque aspiran los estudios universitarios sin esfuerzo y son renuentes a un mínimo de exigencias que redunden en provecho del intelecto y del aprendizaje, entonces se encabritan porque sencillamente no quieren poner en movimiento las neuronas, porque no quieren sino que se les recompense por estar derramados o echados en los pupitres sin tener que hacer el más mínimo esfuerzo por aprender. Y ¡cuidado! si les asignan alguna investigación básica o elemental en la que tengan que hacer uso del cerebro, inmediatamente se les estrangula alguna vena o arteria y se ponen casi parapléjicos porque pareciera que se les hubiese exigido diseñar alguna nave intergaláctica con tecnología extraterrestre.
¡Ah! , sin contar con aquellos que no solo se quedan en el sitio como si les hubiesen absorbido el alma, o los que se hacen acompañar de otros cuantos o cuantas para hacer bulto y quejarse porque se sienten traumatizados o traumatizadas porque no saben ni siquiera leer y mucho menos interpretar un texto y peor aún parafrasearlo.
En tiempos de posmodernidad donde el aprendizaje es cosa del que quiere aprender, muchos enquistados en épocas de dinosaurios solo quieren seguir siendo elementos pasivos en el proceso de aprender y no hay forma ni manera de sacarlos de su cueva con pintura rupestre, porque les asombra un computador o porque se niegan al cambio y padecen de una parálisis paradigmática, para no decir otra cosa, o quedan impávidos cual párvulo a quien se le exige resolver una regla de tres simple.
Que tristeza y decepción, que puedan existir ahora y aquí en este siglo XXI, “profesionales de la educación” que se han quedado varados en la época de las cavernas, que sientan aversión a la investigación, a la lectura, al estudio y al compromiso de prepararse cada día para provecho propio y de los hijos de la patria que son la esperanza del futuro.¿Que clase de estudiantes podrán estar formando los que se niegan a formarse? , ¿Que tan valederos podrán ser los conocimientos que trasmiten docentes como los descritos? ¿ Que podrán exigir quienes no se exigen nada, o aquellos para quienes la lectura mas fuerte es la gaceta hípica o la revista de condorito?. Algunos docentes y es obligatorio decir que no todos, pareciera que se les presentara un bloqueo cerebral cuando se les pone a leer y ni se diga si se les llama a interpretar algún texto que no pase de cinco párrafos como promedio, parecieran asfixiados y se tornan hasta enojados como si les hubieran insultado en su origen y hasta da la impresión de que experimentan un ataque de pánico por el sobresalto que les invade el haberles asignado una tarea.
Seguramente ya habrá quienes cerrando filas en la mediocridad encontrarán suficientes argumentaciones para auto-justificarse o justificar a aquellos que no se lo han pedido, pero que por un acto de presunta solidaridad defienden, para no descubrirse que se están defendiendo a sí mismos.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

FIGURA Y FONDO

FIGURA Y FONDO
Crisanto Gregorio León

Si para la vida cotidiana es propiamente ventajoso distinguir entre la figura y el fondo en la personalidad de aquellos con quienes nos relacionamos para saber a que atenernos; en materia educativa además de ello, es fundamental para aupar las aptitudes de los alumnos.
Recordando un pensamiento de Jorge Luís Borges “Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma...” y en los menesteres de la educación el docente debe calibrar su papel, en el que le permita al pupilo liberar su alma y su talento.
Quienes persiguen logros significativos de avance académico para los participantes, otorgan medular importancia a la comprensión de corrientes tales como el conductismo, el humanismo, el psicoanálisis y el constructivismo entre otras y de las cuales no puede abstraerse la gestalt; en la que las figuras dimensionadas dentro del contexto, cobran especial relevancia en la percepción de los talentos y habilidades del estudiante.
Un filme de trascendental categoría educativa como lo es “Descubriendo a Forrester” protagonizado por Sean Connery, como William Forrester y Robert Brown como Jamal Wallace, nos introduce en una visión académica del guión, que analizamos a la luz de muchas corrientes del pensamiento, pero en la que la gestalt marcó en el caso particular, especial relevancia.
El adolescente Jamal Wallace con un talento para el baloncesto, pero con excepcional atributo de escritor era percibido por sus mediadores bajo la figura de jugador y al fondo la de escritor; relegando a un segundo plano su potencial y talento por las letras.
Pero siempre en la vida existe un maestro o un profesor que se esmera por ver la mejor arista en la personalidad de sus participantes y este joven tuvo la suerte de ser dimensionado en su justa figura por un renombrado novelista – William Forrester-, quien vio en él su madera de escritor, sin desairar sus capacidades para el baloncesto.
En los asuntos de la educación y en las tareas del docente en sus funciones de facilitadores o mediadores es particularmente útil descubrir en el alumno su figura y su fondo, para fomentar y proyectar el desarrollo de aquellas habilidades y destrezas que se encuentran en crisálidas de manera que puedan metamorfosearse en bellos seres alados.
El docente con vocación, consciente de su función y convencido de estar al servicio de los demás como un médico o un sacerdote, siendo que su actividad es un apostolado y cuya huella es determinante en el forjamiento del futuro, indudablemente estará expectante respecto de la personalidad y talentos de sus participantes; por lo que de seguro sabrá sacar provecho, en palabras de la gestalt, tanto a la figura como al fondo y advertirá para la calidad de la educación, los rasgos que le dan relevancia e importancia a la sui generis característica que diferencian individualmente a unos de otros.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

DEONTOLOGÍA EDUCATIVA

DEONTOLOGÍA EDUCATIVA
Crisanto Gregorio León

Citando a Eduardo García Maynez, a “la moral pragmática que mide el mérito de la conducta en función de los resultados que produce, opone Kant la ética de las intenciones para la cual el elemento decisivo es la pureza de la voluntad.”
Hasta ahora, las leyes de educación, ni las que se proyectan; no obstante referirse en algún articulado a la ética del educador o ética del docente, ninguna plantea el desarrollo o la confección de un código de ética profesional. Lo que es particularmente significativo en atención a la urgente necesidad de concienciar a la antítesis docente de tomar definitivamente las riendas de su real esencia e impulse y asuma un cambio tangible de inmediato.
Por todos es conocida la muralla legal que protege al docente en sus derechos de estabilidad e inamovilidad. Las prerrogativas constitucionales y de carácter legal, que rodean la figura del educador, atienden a la preservación de un profesional ideal, deslastrado de las impurezas que supone un docente lleno de vicios.
Prácticamente es inexpugnable la fortaleza que se ha creado para salvaguardar al educador de los posibles desmanes en que pudiera verse envuelto, por algún atropello insensato; no obstante el halo protector hacia un docente puro, se eleva en abstracción y los resguarda a todos, haciendo prácticamente nugatorios los procedimientos tendentes a liberar a la educación de aquellos educadores que deshonran tal adjetivación y cuyo vapor corrosivo se percibe a leguas.
Seguramente , alguna vez ha quedado usted admirado por la sapiencia instruccional y el desenvolvimiento ético de algún educador , que lo ha llevado a exclamar ¡ ese es un docente¡ ; pero existen situaciones que al no ser reguladas por el derecho, se presentan como una ventana abierta o rendija legal, que permiten la desbandada de la ética profesional. Y es que la incongruencia pragmática del cargo docente con la esencia vocacional, le permite a usted preguntar sin ninguna reticencia, ¿ es ese un maestro? .
El ethos concerniente al desempeño personal, respecto de las actividades escolares, periescolares, extraescolares y la praxis vivencial, laboral y existencial del profesional de la educación como representante del magisterio venezolano, es su manifestación comportamental en cuyos principios se cimienta la valoración ética de los actos de un docente.
Todo lo que no está prohibido expresamente por la ley, está tácitamente permitido y en consonancia con la lógica que envuelve al Derecho, un especializado olfato se ha desarrollado en algunos docentes acostumbrados a detectar el aroma de la fragilidad legal como el anverso de su rigidez y proceden instintivamente a hacer todo lo que ella no prohíbe, pero que manifiestamente desentona con la ética de un verdadero docente.
Urge por tanto, un parto a término de un código de deontología educativa, que si bien no constituye la panacea, de alguna manera será un aporte más para la regulación colegiada de un proceder consecuente con una aspiración social.


Abogado / Licenciado en Cs. Sociales
crisantogleon@gmail.com

PEDAGOGÍA VS ANDRAGOGÍA


Crisanto Gregorio León

Tanto en la educación de niños, como en la de jóvenes y adultos, el éxito de la institución como la del profesor o del docente que la imparte, no se contrae solamente a la suficiencia y profundidad del saber especifico, sino a la estrategia para transmitirlo según las diferencias intersubjetivas.
Si se utiliza la herramienta adecuada se lograrán los propósitos deseados, por lo que al tratarse de la educación para adultos es menester afrontarla con los elementos propios de esta disciplina, que son recogidos en la Andragogía como ciencia de la educación de adultos
Resulta incomprensible, que aún en el siglo XXI se pretenda impartir educación a los adultos y a los jóvenes, mediante técnicas, metodologías, estructuras y sistemas propios para la educación de los niños, como lo es la Pedagogía.
El adulto por antonomasia totalmente distinto a un niño, jamás debe ser tratado en ocasión a su educación de la manera como tradicionalmente se ha concebido este proceso, para los infantes o párvulos.
El problema generalmente estriba, en la utilización de recurso humano que tiene el conocimiento, pero que no sabe trasmitirlo, según se trate de la edad del educando, por lo que sin hacer abstracción del alumno, la educación la imparte mediante una metodología isométrica, donde no se diferencia cuando se trata de niños o si se trata de adultos.
En el adulto, en contraste con el niño, existen otros conocimientos, otra forma de ver el mundo, una manera distinta de emprender su propia instrucción y un bagaje diferente en su estatus trascendental. Donde la maleabilidad o ductibilidad comportamental difieren radicalmente de un infante. Pues, en ellos además de los caracteres y perfiles propios de un adulto, el sentido de su espacio vital, el respeto y la dignidad, son lógicamente manejados desde otros ámbitos cognoscitivos.
Pretender educar a un adulto como si se tratase de un niño, es una manera errada, cavernícola y estanca de afrontar la hermosa misión de enseñar.
De modo que, cualesquiera sean las áreas del saber o del conocimiento que se pretendan trasmitir, así se trate de las matemáticas o de los idiomas, de la biología o de la historia; al tratase de adultos, el docente o quien funja como docente debe estar habilitado profesionalmente no solo con los conocimientos propios de esa disciplina del saber, sino, del armamento indispensable andragógicamnete hablando, para no endilgarle su propia incapacidad para enseñar, al estudiante adulto.
Saber qué enseñar y no saber cómo enseñar según se trate de la edad del educando, establece una marcada diferencia entre una estrategia de trabajo o de educación para lograr los objetivos instruccionales, o una errática manera de instalarse detrás de un escritorio para aplazar a los alumnos, según convenga a la filosofía que inspira los parámetros de las instituciones y de los hombres y mujeres abocadas al proceso enseñanza aprendizaje.

Abogado/ Lic. Cs. Sociales
crisantogleon@gmail.com

CUPIDO ESTRÁBICO

FETICHISMO EN EL AULA
Crisanto Gregorio León

Cuando los bajos instintos se apoderan de un o una docente, que aprovechándose de la condición ostentada , hace todo cuanto su retorcido pensamiento le impulsa para llamar la atención del o de la estudiante, a quien ama pero contradictoriamente odia, o más bien desea, a quien quiere poseer físicamente, pero frustrada o frustrado por no poder materializar su perversión, da rienda suelta al castigo , a la venganza y al desprestigio, para en una especie de bizarra visión su discípulo o discípula se fije en ella o en él y le rinda pleitesía , en fin, garantizarse una satisfacción sexual a través de otros medios , como un fetichismo despótico-académico donde asocia sus sensaciones eróticas con su víctima, con su imagen y con sus actividades.
En esta perversión, el o la docente utiliza el más pueril argumento para desencadenar un hostigamiento reiterado hacia el o la estudiante, para lograrse un estado de satisfacción sexual, donde en puridad lo académico brilla por su ausencia.
Por de modo que el o la docente, convierten cualquier situación de clase o la figura del o la estudiante para producirse sentimientos eróticos o una fijación erótica. Y por una baja pasión, ponen en juego su carrera y reputación.
Ante la frustración de no tener acceso carnal con el o la estudiante, se auto gratifican con lo tenido a la mano y con lo que pueden controlar haciendo de la actividad en el aula, un estudio de interés al mismo Sigmund Freud, encubriendo sus pervertidas inclinaciones con una aparente direccionalidad de aprendizaje , no hacen sino ejecutar una persecución sexual por efecto de sus propias acuarelas psicológicas y a través de estos mecanismos dan rienda suelta a sus emociones y conductas que proceden de la influencia de los impulsos instintivos reprimidos.
Estos enamoramientos morbosos hacia el o la estudiante, la mayoría de las veces son camuflados bajo otras variantes, en donde se pretende hacer ver a la víctima como un o una estudiante problema y bajo una estridente gama de pretextos, el acosador o la acosadora académica se las ingenia para sustentar sus elaboradas justificaciones, a veces hasta con la ayuda de algunos incautos o incautas que no han dimensionado la realidad del asunto, cual es que el o la docente está flechada o flechado por cupido y la culpa no es del o de la estudiante sino de la impotencia de su profesor o profesora que sabe no tener ninguna oportunidad de satisfacer consensuadamente sus apetitos sexuales en el mundo tangible , sino tan solo en sus fantasías.
Ante la posibilidad de que esta perversión se descubra, al o la docente, no le queda otra salida si no excepcionarse blandiendo como subterfugio actitudes despóticas, como su autoridad en el aula, el respeto merecido, la independencia en su modo o manera de concebir y ejecutar el proceso de aprendizaje y bajo una gama de excusas con anacrónicos fundamentos, la victima ve entorpecido su derecho a una educación diáfana y a tener docentes mentalmente sanos.
Si te has dedicado a la noble tarea de enseñar, no confundas tus derroteros y no olvides, que el o la estudiante no comete errores, sino que sin pensarlo pone a prueba la sabiduría del docente.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

EDUCACIÓN CAVERNARIA


Crisanto Gregorio León


Para abordar este tema, evoco un pensamiento de César de Echague: “Al que vive en esta época e insiste en creer que puede portarse como si viviera en el pasado, le ocurre lo mismo que el que mira hacia atrás y camina hacia adelante: acaba tropezando y partiéndose la cabeza”.
El despotismo docente en el aula universitaria, así como en cualquier nivel o modalidad educativa, es un estadio del terrorismo de la educación, propio de la época del oscurantismo, que avergüenza a los auténticos docentes y a quienes impulsan una verdadera reforma y preconizan un pensamiento liberador. Seguramente ante tan devastadora realidad Paulo Freire se estará revolcando en su tumba.
La permanencia en las aulas de docentes despóticos, cuales camaleones que se camuflan según las circunstancias pero que siguen siendo el mismo lagarto prehistórico, es un ultraje al pensamiento universal de avanzada, es una trampa que contradice el discurso del constructivismo u humanismo que sirve de sebo para capturar la matricula de ingreso, pero que una vez confrontada la realidad nos encontramos con docentes pigmeos atascados en la era de los dinosaurios y que con indumentarias de trogloditas no han ni siquiera descubierto el fuego y contradictoriamente se mantienen en las tinieblas de un pensamiento rancio , amañado, caprichoso, impulsivo y punitivo.
El salvoconducto del docente despótico para infiltrarse como un profesional de aptitud y actitud latitudinaria y de vanguardia, es la utilización de la literatura más reciente en materia de avances y pensamientos modernos o posmodernos en educación, pero que solo es la trampa para sorprender a los incautos, pues pregonando lo que la población estudiantil espera escuchar en la educación del siglo XXI, con la mayor perversidad se ejercita el pensamiento despótico de quienes aún están anclados en otrora cuando se castigaba con reglazos y de rodillas sobre maíces ; representan anacronismos en la educación.
Los docentes despóticos para no quedar en evidencia o cuando están en peligro de extinción, seducen estratégicamente a quienes según ellos pudieran comprometer su reputación otorgando hipócritamente concesiones de las cuales están convencidos o convencidas que no se merece el estudiante, pero que constituyen el gambox idóneo, para seguir sorprendiendo la buena fe del resto de la población universitaria estudiantil y profesoral que está ávida de una educación latitudinaria.
Un discurso incoherente con en el verbo y el ejercicio docente, cual levadura de fariseo, constituye el virus letal y la contradicción en si misma que justifica el desensamblaje del aparataje que hasta ahora ha imperado como veneno letal y deshumanizante suministrado entre otros por docentes despóticos.
En su carta a los corintios, escrita en la temporada de la Pascua, el apóstol Pablo exhortó: "Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad" (1 Corintios 5:8).

Abogado
crisantogleon@gmail.com


jueves, 6 de septiembre de 2007

NOBLEZA OBLIGA

NOBLEZA OBLIGA
Crisanto Gregorio León

En ocasión a una reciente invitación a un curso, sobre temas relacionados con las corrientes del pensamiento en materia educativa y la influencia de las escuelas psicológicas como concepciones significativas para ubicar al docente según su trascendencia y aportes al proceso de aprendizaje y donde se hacía hincapié en lo asertivo y conveniente del enfoque constructivista, sin perjuicio de la psicología de la Gestalt y sin omitir el pertinente análisis del conductismo, entre otros; nos causó admiración percatarnos que en nuestra Venezuela hay gente que aporta y trabaja arduamente en la edificación de una educación de calidad para beneficio de todos , donde con una concepción humanista el salón de clases colaborativo pone en practica la visión de que los intereses de todos están por encima de los intereses de uno o de pocos , para impulsar el desarrollo del colectivo.
No obstante las bondades del constructivismo preconizadas por el expositor, en cuanto lo deseable de contar con docentes consustanciados con sus postulados, mientras pronunciaba su discurso encumbrando el constructivismo, en su desarrollo dejaba de manifiesto la necesidad de proscribir de la esencia educativa las secuelas conductistas que tanto daño le han hecho a la educación , sino son orientadas con la debida dosificación en una estrategia de armonía académica donde todas las escuelas del pensamiento tengan cabida pero siempre y cuando se subordinen al beneficio del educando en respeto a su personalidad y humanidad, para el crecimiento y enriquecimiento del proceso.
Al identificarse, el Dr. Luís Beltrán Mata Guevara , dejó por sentado que no se trata de abandonar un enfoque en perjuicio de otro, sino de obtener de cada uno de ellos lo mejor de su concepción , que no se trababa de crear en cada docente "doctores de doctores" , sino de encumbrar su humanidad, por cuyo intelecto , vocación y preparación saldría el hombre y la mujer que requiere la patria y que en el horizonte educativo y en nuestra tierra existe gente dispuesta a generar los cambios pertinentes para execrar el tedio que abruma las aulas y propicia la deserción.
No hay otro camino, sino el de servir, con gusto y con disciplina, pues las ganas de hacerlo bien para patrocinio de todos, formará en este nuestro suelo, un campo fértil para la creatividad, para el desarrollo, para el encuentro fraterno del pensamiento que crea patria y que edifica conciencia en la lucha por hacer de la educación el principal motor para el desarrollo.
Además, cual constructivista y humanista, produjo un impacto de manufactura extraordinaria en los participantes. Pudimos advertir que el expositor en su concepción psicológica, veía en cada uno de los participantes a un colaborador, a alguien que de cualquier modo aportaba, y que había que escuchar, y en tal sentido se las ingenió para converger toda iniciativa en un pensamiento enriquecedor, pues concebía que todo 'participante' le dejaba en la acción educativa, una dimensión de saber mediante la cual se construye el conocimiento y se capta el aprendizaje que es un legado del conjunto.
Esto me hizo recordar la expresión recogida por la historia sobre la mujer del César, 'no basta con serlo, sino hay que parecerlo'. No basta por tanto que el expositor o el docente en su momento se cuadren o se sitúen como maestros constructivitas, si no que su desempeño sea acorde con esa disciplina. Dicho de otro modo, la audiencia no solo degustó un discurso constructivita, sino también una actitud constructivita.
He allí donde la ética, el profesionalismo y la credibilidad de un profesor o un docente quedan grabados en el alma de sus discípulos , cuando se entrega como un hombre o una mujer de mente latitudinaria, abierto o abierta al pensamiento universal, construyendo patria para beneficio de todos.
Abogado
crisantogleon@gmail.com

martes, 21 de agosto de 2007

DEONTOLOGÍA EDUCATIVA

DEONTOLOGÍA EDUCATIVA
Crisanto Gregorio León

Citando a Eduardo García Maynez, a “ la moral pragmática que mide el mérito de la conducta en función de los resultados que produce, opone Kant la ética de las intenciones para la cual el elemento decisivo es la pureza de la voluntad.”
Hasta ahora, las leyes de educación, ni las que se proyectan; no obstante referirse en algún articulado a la ética del educador o ética del docente, ninguna plantea el desarrollo o la confección de un código de ética profesional. Lo que es particularmente significativo en atención a la urgente necesidad de concienciar a la antítesis docente de tomar definitivamente las riendas de su real esencia e impulse y asuma un cambio tangible de inmediato.
Por todos es conocida la muralla legal que protege al docente en sus derechos de estabilidad e inamovilidad. Las prerrogativas constitucionales y de carácter legal, que rodean la figura del educador, atienden a la preservación de un profesional ideal, deslastrado de las impurezas que supone un docente lleno de vicios.
Prácticamente es inexpugnable la fortaleza que se ha creado para salvaguardar al educador de los posibles desmanes en que pudiera verse envuelto, por algún atropello insensato; no obstante el halo protector hacia un docente puro, se eleva en abstracción y los resguarda a todos, haciendo prácticamente nugatorios los procedimientos tendentes a liberar a la educación de aquellos educadores que deshonran tal adjetivación y cuyo vapor corrosivo se percibe a leguas.
Seguramente , alguna vez ha quedado usted admirado por la sapiencia instruccional y el desenvolvimiento ético de algún educador , que lo ha llevado a exclamar ¡ ese es un docente¡ ; pero existen situaciones que al no ser reguladas por el derecho, se presentan como una ventana abierta o rendija legal, que permiten la desbandada de la ética profesional. Y es que la incongruencia pragmática del cargo docente con la esencia vocacional, le permite a usted preguntar sin ninguna reticencia, ¿ es ese un maestro? .
La aviesa y temeraria burla a las normas jurídicas, cual piel aceitada que le resbalan las gotas de agua, como respeto de las formalidades legales solo para los ojos, cual reflejo externo de una conducta consecuente con la esfera jurídica, puede ser tan solo, la corteza que encierra un fruto podrido, pulido y apetecible, bastando un muerdo para evidenciar su proterva médula y la violación de la sustancia legal.
Partiendo de la expectación creada en torno a la trascendencia del cargo docente y aludiendo a la expresión de origen latino referida a la mujer del César, que no basta con serlo sino que hay que parecerlo; es deseable que aquellos docentes que aún no se han enterado de su valor institucional asuman una actitud consecuente con su rol social y ético educativo.
El ethos concerniente al desempeño personal, respecto de las actividades escolares, periescolares, extraescolares y la praxis vivencial, laboral y existencial del profesional de la educación como representante del magisterio venezolano, es su manifestación comportamental en cuyos principios se cimienta la valoración ética de los actos de un docente.
Todo lo que no está prohibido expresamente por la ley, está tácitamente permitido y en consonancia con la lógica que envuelve al Derecho, un especializado olfato se ha desarrollado en algunos docentes acostumbrados a detectar el aroma de la fragilidad legal como el anverso de su rigidez y proceden instintivamente a hacer todo lo que ella no prohíbe, pero que manifiestamente desentona con la ética de un verdadero docente.
Urge por tanto, un parto a término de un código de deontología educativa, que si bien no constituye la panacea, de alguna manera será un aporte más para la regulación colegiada de un proceder consecuente con una aspiración social.
Refirió el Libertador Simón Bolívar que moral y luces son los polos de una república, el tomar de Atenas su Areópago y los guardianes de las costumbres y de las leyes; el tomar de Roma sus censores y sus tribunales domésticos; y haciendo una santa alianza de estas instituciones morales, renovemos en el mundo la idea de un pueblo que no se contenta, con ser libre y fuerte sino que quiere ser virtuoso.

Abogado
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domingo, 19 de agosto de 2007

ESTRABISMO DOCENTE

ESTRABISMO DOCENTE

Crisanto Gregorio León

No piense el lector que me referiré a lo que pudiera degenerar en una distorsionada percepción de la realidad, como lo es la afección visual en razón de la cual la dirección focal de uno o ambos ojos es desviada. Si no, a las acuarelas psicológicas, que impiden a algunos docentes dimensionar y asimilar su peculiar tarea, de ciudadano notable y distinguido, en razón de la profesión que por vocación – y se espera no haya sido otra la motivación – decidieron ejercer.
En mis estudios de educación, me motivaron especialmente tres asignaturas que hube de cursar; la psicología del desarrollo, la psicología del aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognoscitivas. Materias estas que remueven en el futuro docente el empirismo pedagógico que hasta entonces tenía y lo acondicionan para comprender el por qué de algunos fenómenos conductuales.
Harto conocido es el sensible y difícil papel que desempeñan los docentes en la formación educativa y el forjamiento de la personalidad de los niños y jóvenes que eclosionarán en los hombres y mujeres del futuro.
Además de los problemas que agobian al común de la gente; el alto costo de la vida, la inseguridad, malos servicios públicos, el menguado presupuesto familiar, aparte del stress del día a día; el maestro debe afrontar el reto de laborar, generalmente con más de una treintena de personalidades disímiles, que le implican un esfuerzo pedagógico de alta factura para abordar con tino las manifestaciones conductuales de sus pupilos. Máxime, si los estudiantes provienen de un entorno familiar de escasa instrucción, de baja formación educativa o de niveles culturales distorsionados, donde el maestro además de educar a los alumnos le es obligante educar a los padres de estos.
Ante este panorama es menester recordar que se es docente y en consecuencia mantenerse centrado, equilibrado y con una medida de ponderación tal, para ser capaz de razonar y actuar en congruencia a la realidad, en función de la formación académica. Desiderata esta presente en la inmensa mayoría de nuestros maestros.
Sin embargo, preocupa gravemente encontrarnos con algunos docentes gritones, no felices, ineducados, malhablados, agresivos, irritables, fuera de control e irrespetuosos con sus compañeros y sus superiores. Que si bien constituyen una minoría, es una expresión numérica inconveniente, pues trasladan sus frustraciones personales al entorno laboral y parecieran tener una distorsionada focalización de su rol pedagógico y de la realidad.
Basta con observar un consejo general de maestros, que nada tiene que envidiar a una pelea de gallos, y en el que usualmente un baladrón o guapetona según sea el caso, se atrinchera en la puerta del recinto controlando el acceso, como para garantizar que sus interrupciones sean tomadas en cuenta, y se dedica a contradecir todo cuanto se explana. No hay argumento, ni construcción lógica, ni mayores intereses educativos, que su vocinglera postura.
No obstante exigírsele al aspirante a un cargo docente la presentación de un examen de higiene mental; este solo es requerido al momento del ingreso, mas no posteriormente. Es por ello urgente que equipos multidisciplinarios se avoquen a la solución de esta dificultad que atraviesa la educación pública Venezolana.
No basta con la asistencia que provee el ipasme . Por lo que propugno, la presencia rotativa en nuestras escuelas y liceos, de psicólogos o de psiquiatras, que con su experta formación hagan una evaluación mental periódica a quienes tienen a su cargo la delicada tarea de enseñar, además de a todo el personal que labora en nuestras instituciones educativas.
Surge incluso, la conveniencia de realizar a los educadores en ejercicio, pruebas vocacionales. No sea que en el camino y con el transcurso del tiempo hayan perdido el norte de la profesión docente, por lo que poseyendo una brújula averiada se encuentran incapacitados para tomar conciencia del deber ser de su actuación.


Abogado
crisantogleon@gmail.com

LOS LÍDERES EN EDUCACIÓN

Los Líderes en EDUCACIÓN

Crisanto Gregorio León

Se puede leer en el acta de declaración de independencia de los Estados Unidos Americanos que: “toda experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a sufrir, siempre que los males sean tolerables, que a mejorar su situación aboliendo las formas a que está acostumbrada...”. Principio este impulsor en el que se fundamenta la necesidad de liberación; a la vez que permite comprender el por qué las masas se tornan algunas veces dormitadas.
Así, mutatis mutandis, podemos mencionar a los adalides de nuestras escuelas, personificados entre otros, en sus directores y a la luz de toda una teoría sobre liderazgo, diferenciar al líder bueno del líder malo.
En el primer caso nos encontramos con un director pro-activo que conserva su liderazgo en razón de sus virtudes profesionales y personales. De entre cuyas cualidades podemos mencionar que; trabajando en función de la escuela, le busca beneficios, obtiene recursos para la institución; estudia y se prepara para estar presto a la consulta y al crecimiento personal y grupal de sus docentes; no abandona a media faena su trabajo para asistir a reuniones fantasmas; se preocupa por estar al día de las reformas, utiliza un lenguaje consuno al cargo que desempeña; siempre llega primero y es el que se va de último. Un ciudadano de formación general amplia; que se cuida de su apariencia, de lo que dice, de lo que hace; que se respeta a sí mismo y a su entorno; y que constituye un modelo a imitar. Un señor maestro que tiene o persigue poseer iniciativa, superación profesional, auto-evaluación, puntualidad, pulcritud, refinamiento, actuación ejemplar, conciencia de su responsabilidad como miembro de la sociedad y del magisterio.
En el segundo caso avistamos a analfabetas funcionales propiamente hablando. Directores políticamente audaces, pero profesionalmente incapaces, de aquellos que alcanzaron un puesto directivo, más que por sus méritos académicos por sus habilidades políticas. Algunos apenas si son bachilleres, pero no de los de otrora, sino de los que no saben leer ni escribir y cuya expresión oral deja mucho que desear de su rol docente; atornillados y enquistados en sus cargos, gracias al maléfico influjo que ejercen sobre sus “dependientes”; mantienen a las escuelas de nuestra patria, en el más profundo desastre; donde impera el caos, la desorganización y la insubordinación; en las que generalmente no hay recursos, porque se desconoce el destino de los dineros de la comunidad educativa.
Algunos docentes y otros funcionarios que prefieren a un director ignorante en la medida en que lo pueden dirigir y hacer de la educación un relajo; mantienen con este tipo de sujetos una relación odio- amor, en la que por mutuos chantajes, las normas son quebrantadas en beneficio de los intereses particulares de un grupúsculo que al igual que el gerente no tienen moral para reclamar algo, pero son los primeros en exigir derechos. Con ellos consume licor y se embriaga en cualquier bar del barrio.
Paradójicamente, a tenor de la declaración de la UNESCO en razón de la cual para el año dos mil se considerarán analfabetas a quienes no dominen el idioma inglés y no manejen una computadora; en Venezuela la educación pública del tercer milenio galantea con la mediocridad y cohonesta con la ineficiencia.



Abogado
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LA EDUCACIÓN : UN SERVICIO PÚBLICO

La EDUCACIÓN: un servicio público

Crisanto Gregorio León

Nadie puede censurar a quienes honestamente y con el esfuerzo del trabajo del día a día ven materializados sus propósitos de contribuir con su tesón a hacer de esta patria de Bolívar un país mejor y que en razón de un sentido empresarial conciliado con el interés social pueden en justicia ostentar con orgullo una holgada posición económica como fruto del trabajo virtuoso.
Siendo desde siempre la educación un servicio público y constituyendo una inversión social los dineros que a ella se destinan en el entendido del producto que se desea obtener, es natural, lógico y razonable; que el socio capitalista, es decir el que sufraga los gastos, desee de una vez por todas, obtener los mayores réditos, o como se dice en criollo verle el queso a la tostada.
También es justo que el estado docente desee ver los resultados de la inversión que hace en educación, toda vez que la nuestra en términos generales, está situada como una de las peores del mundo subdesarrollado y a la par del más pobre país africano, no obstante nuestra riqueza petrolera.
Obra contra la ley quien hace lo que ella prohíbe y en fraude de la ley quien respetando las palabras legales, elude su verdadero sentido. Traigo a colación este aforismo jurídico porque permite expresar plásticamente, lo que ha venido sucediendo en Venezuela con las normas constitucionales y legales que inspiradas en una filosofía que persigue poner la educación al alcance de todos y en cada rincón de la patria; contienen un régimen de concesiones para que los particulares inspirados en un espíritu vocacional y deseosos de contribuir a la instrucción de sus conciudadanos se dediquen a la actividad docente estableciendo planteles privados.
Hasta ahora ha regido en Venezuela la famosa resolución 751, del régimen complementario sobre la organización y funcionamiento de la comunidad educativa; el cual prevé normas sobre el consejo consultivo, la sociedad de padres y representantes, la organización de los docentes y la organización estudiantil.
En cuanto a la administración de los fondos de la sociedad de padres y representantes, por expresa prohibición del parágrafo único del artículo 60 de la resolución 751, por argumento en contrario sensum, los dineros de la comunidad educativa no deberán invertirse en gastos de funcionamiento de los planteles privados; tales como mantenimiento, conservación y reparaciones menores, materiales y útiles de imprenta, reproducción y útiles de enseñanza. Permitiéndoles a estos planteles, la inversión de tales fondos en rubros como bienestar estudiantil, gastos propios de la organización y fondos de emergencia.
Esta grieta de la resolución 751 ha permitido que muchos propietarios de planteles privados
sorprendiendo la buena fe de los padres y representantes hayan amasado verdaderas fortunas al haber hecho habilidosamente un rodeo a la letra de la ley. Ciertamente no serán todos, por cuanto habrá quienes orientados en un llamamiento espiritual, por ser la educación un asunto de vocación, han conjugado sus esfuerzos y sus recursos en la ejecución de una instrucción de altura congruente con los principios de utilidad social y servicio público. Pero no están todos los que son, ni son todos los que están, es público y notorio que quienes ven en la educación exclusivamente un medio para acrecentar su patrimonio privado, han recabado “ fondos para la sociedad de padres y representantes”, invirtiéndolos en gastos de funcionamiento de su empresa privada y han construido incluso con tales recursos enormes plantas físicas, que no hubieran podido edificar en una etapa incipiente con tan solo las mensualidades de los alumnos.
Es obsceno además, que algunos propietarios de estos planteles privados cobren elevadísimas sumas por concepto de matrícula, mensualidades y de otras necesidades que se van presentando en el transcurso del año escolar, convirtiendo a los estudiantes en vendedores de rifas, o sugiriéndoles acondicionar la institución para el acto de grado con los dineros del comité de graduación cuando ese es un gasto que debe soportar el plantel, entre otras cosas.
Por otra parte, según sus actas constitutivas muchos planteles privados han nacido bajo el seudónimo de “sin fines de lucro” y la realidad nos dice otra cosa, puesto que constituyen una verdadera empresa comercial donde las mensualidades de los alumnos, los fondos de la sociedad de padres, las subvenciones y los aportes en efectivo que les hace el estado se perciben como signos externos de riqueza que no concilian la esencia de la educación como servicio público con el provecho que de ella obtienen los propietarios o socios.
Que el Estado desee poner coto o reparo a tantos desafueros y ordenar los asuntos de la educación, no es excluyente con la voluntad de cada cual de inscribir a sus hijos en la escuela que escoja y sufragar si puede hacerlo los gastos que fueren menester; porque si bien es cierto que de conformidad con el artículo 102 de nuestra Bolivariana Constitución la educación es un servicio público, no es menos cierto que está fundamentada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

LAS JUNTAS CALIFICADORAS , CONCURSOS Y ALGO MÁS

LAS JUNTAS CALIFICADORAS, ALGO MÁS QUE CONCURSOS .
Crisanto Gregorio León
El Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente a la vez que determina cuáles son los órganos competentes para evaluar y clasificar a los profesionales de la docencia, en plena correspondencia con la tan preconizada descentralización, atribuye dicha función a entes nacionales ,estadales y municipales, así como a otras entidades oficiales , por lo que nada obsta para que en consonancia con esta normativa y en atención a las necesidades de su jurisdicción ,las Alcaldías retomen el manejo de la educación, como ya se ha venido haciendo por disposición de algunos cabildos.
Por otra parte ,esta tasación y ordenación de los educadores por clases, han de ser efectuadas por los organismos a que están adscritos, pero no en forma caprichosa, arbitraria y subjetiva, sino de conformidad con la tabla de valores y las normas sobre promociones y ascensos respectivamente, contenidas en el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente.
En otro orden de ideas , a la Junta Calificadora Nacional le concierne elaborar su reglamento interno , función esta subordinada a la posterior aprobación del Ministerio de Educación Cultura y Deportes y aún cuando no lo diga el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente , considero que específicamente a su Dirección General. De forma que será el Ministerio el que avalará esas normas internas de funcionamiento ,o hará sugerencias para su modificación parcial o total, en atención al contenido intrínseco de su competencia , considerando la delicada actividad que este cuerpo calificador está llamado a cumplir y para evitar que en dicho reglamento, la Junta Calificadora Nacional ,se atribuya funciones manifiestamente contrarias a su labor, o al propósito ulterior de su concepción , cual será en todo caso, velar por el correcto desenvolvimiento de la actividad, evaluadora, calificadora y clasificadora.
También se establece como potestad o atribución de las Juntas Calificadoras Zonales , la elaboración de su reglamento interno. Pero a pesar de ser un órgano jerárquicamente inferior, inexplicablemente no se contempla ,que el mismo sea sometido a la aprobación o examen de una instancia superior, a diferencia de lo que ocurre con la Junta Calificadora Nacional . Esta ligereza en la redacción de la norma, constituye un foco para el cultivo de muchas aberraciones, por lo que las normas internas de funcionamiento de las Juntas Calificadoras Zonales deben ser objeto de mayor exigencia y pasadas por una criba, para ubicarlas estrictamente dentro de sus reales funciones, suprimiendo toda norma que brinde a las juntas vías de escapes o salidas, que las faculten para materializar posibles corruptelas. Los reglamentos internos de la Junta Calificadora Nacional y Zona­les, deben ser dados a conocer, mediante una publicación adecuada , para que así el mundo docente sepa a que atenerse. Desde luego deben ser normas con contenidos propios para el desenvolvimiento pragmático del órgano evaluador y no construcciones confusas y artificiosas que en sustancia propendan a crear formas de organización y funcionamiento, que disten mucho de lo que real y efectivamente debe acometer un servicio de evaluación , normas que sean concebidas con fundamentos de permanencia y no mediante valoraciones efímeras que gesten el caos o cuya aplicación pretenda relegarse cuando no convenga a la concepción política de turno ; deben ser normas, cimentadas en el ordenamiento jurídico ,a la altura de lo que se espera sea la educación para el desarrollo. Criterios de avanzada política educativa y no pareceres mediocres de intromisión política , que lejos de fortalecer el servicio de evaluación, lo enquistan en conceptos propios de tratos al margen de las leyes, amparados en la oscuridad de la ignorancia de los jurídicamente débiles. Estos criterios deben tener por norte, la justicia educativa, basados en consideraciones que persigan la eficacia y la eficiencia docente, que faciliten mediante una metodología idónea , actuar para el logro de una organización y funcionamiento eficiente al l servicio de evaluación.
La Junta Calificadora Nacional , es la segunda instancia para los casos de apelación y revisión , lo que es importante señalar, ya que con ella no se agotan los recursos, pues de no conformarse el interesado con los pronunciamientos de este órgano administrativo, puede ocurrir a la vía Contencioso Administrativa por ante los tribunales de justicia, solicitando incluso ab initio, si fuere el caso, ser amparado en su derecho.
Es menester destacar la inclusión de la revisión como recurso administrativo , aún cuando dada su trascendencia, el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente sólo contempla escuetamente , lo relativo a las apelaciones pero nada dice del procedimiento a seguir a los efectos de la revisión, que aún cuando recurso administrativo típico, debería considerarse dentro de una concepción mas acorde con la materia a que se contrae , pero en todo caso para su interposición y sustanciación, debemos remitirnos a lo establecido en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
Es deseable específicamente, que las juntas Calificadoras Zonales, publiquen y hagan circular previo a los concursos las normas vigentes que regulan su funcionamiento interno, para que siendo del conocimiento de todos sean valoradas en su justa dimensión, no vaya a acontecer que por la adopción de una norma manifiestamente contraria al Derecho y a la Justicia, se materialice algún desafuero y a imagen de los procesos electorales pasados, en las que el acta mataba al voto; aquí el reglamento interno de las juntas calificadoras, maten verbigracia, la objetiva evaluación.


Abogado
crisantogleon@gmail.com

EDUCACIÓN Y PROBIDAD

EDUCACIÓN Y PROBIDAD
Crisanto Gregorio León

Atinadamente expresó La Rochefoucaul que “Nuestras virtudes son mas frecuentes, pero nuestros vicios se distinguen mejor”, una verdad de perogrullo que trasladada a la educación venezolana implica que la mayoría honesta que constituye la regla en la docencia, rechace a la minoría indecente que si bien constituye la excepción, hace deslucir al educador ante la opinión pública, por la mayor distinción que tiene el vicio sobre la virtud.
A propósito del decreto 1011 y la figura del supervisor itinerante, del que se aspira no sea punitivo sino orientador, es menester destacar el talante de algunos directivos donde la punición sería el cenit idóneo habida consideración del daño causado a la educación.
Que podría orientársele a un directivo quien de manera continua y reiterada desmantela dolosamente a la institución a la que debe proteger, despojándola de su patrimonio aparentando la legalidad del acto, porque temerariamente lo hace a la luz de todos y mal podría imaginarse alguien que aquello que no se hace escondido pueda no ser legal.
Un directivo que vende los pupitres de su escuela o dispone de cualquier bien que pueda negociar, quedándose día a día con la precaria entrada dineraria que brinda la cantina escolar, que bajo la eufemística forma de estar golpeado en sus finanzas “baja de la mula” quincenalmente al docente interino quien agradecido porque el director le consiguió el contrato, calla por temor a que se lo quite o por pena de admitir ante todos que está siendo atracado por el jefe.
O el directivo que negocia diligenciar la consecución de la pensión por vejez a su personal obrero, siempre y cuando no olviden que “nada pierde quien da el muslo a quien le da la gallina”.
Quien mantiene a sus “amigos” cobrando sin trabajar, garantizándose una entrada extra, gracias a la canonjía.
Quien obviando la circular 42 permite la entrada de vendedores en la escuela y se queda con los réditos que debieran ser para la institución, o negocia con fotógrafos una entradita adicional de dinero, pero no para la escuela, sino para el director.
Quien se queda con los textos de muestra o distribución gratuita destinados a la escuela o a los docentes o los vende o los cambia por los libros que necesitan sus hijos.
Quien mantiene abarragamiento notorio con obreros, administrativos, docentes, representantes, en fin un harén en la escuela.
Quien logrando despertar la rapacidad entre los directivos de la sociedad de padres, consigue apoderarse de los fondos de la institución manteniendo un connubio con ellos.
Quien sugiere o corre con la suerte que se haga la entrega en efectivo de la “colaboración” para la inscripción de los alumnos y se los guarda para sí, obviando el depósito bancario.
Quien pide colaboraciones o donaciones para la escuela que nunca entran en la institución o difícilmente ingresan en su totalidad.
Quien se asocia para “matar tigres” con algún personal de la institución, dejando a la escuela acéfala del personal necesario.
Quien permite a su personal consentido ausentarse por largos períodos de tiempo a cambio de dinero, vestimentas, favores sexuales o algún apoyo incondicional ante un posible ruido de sables.
Quien con apariencia de humilde persona , de probidad notable , de afable aspecto , de conducta intachable , se mete a muchos en el bolsillo si es descubierto “in fraganti” cometiendo pecadillos , obteniendo convencer al desprevenido que todo ha sido una equivocación , una confusión y que su mente le ha jugado una mala pasada , pues lo que usted vio es una fantasía creada en su subconsciente y hasta le ofrecerá disculpas por haber osado asomar la posibilidad de que el director es un corrupto y usted saldrá con la convicción que se trata de un hombre honesto y nunca vio lo que vio .
Quien es un artista forjando facturas , con las que justifica inversiones de cosas fungibles o de bienes cuya adquisición obedecieron a otros presupuestos u otras donaciones , encontrándose usted quizá con alguna estructura o bien escolar que donado por algún particular u organismo público , mañana resulta que fue adquirido con dinero de la comunidad , o con los dineros que envió el gobierno a los directores en cheque no endosable se pagan cosas que ya habían sido pagadas con otros aportes en otros tiempos y el mago de la trampa se apropia del patrimonio escolar .
Quien asiste a la escuela cuando le viene en gana y se pone su propio horario ante la vista cómplice de muchos.
Ahora mas que nunca cobra especial vigencia la sentencia de Carlyle “se un hombre honesto y habrá en el mundo un pícaro menos”

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crisantogleon@gmail.com

EL CONSEJO DE LOS DOCENTES II

EL CONSEJO DE LOS DOCENTES (II)
Crisanto Gregorio León

El Código Sustantivo Civil establece en su artículo 2 que“la ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento” y el artículo 1399 ejusdem dispone que “no se admite ninguna prueba contra la presunción legal, cuando fundada en esta presunción la ley anula ciertos actos o niega acción en justicia...”. En igual sentido el artículo 60 del Código Sustantivo Penal recoge tal presunción al preceptuar que “la ignorancia de la ley no excusa ningún delito o falta”.
Como colación de lo anterior es menester indicar que nadie puede zafarse de la responsabilidad penal, civil o administrativa en que pudiere incurrir arguyendo que no sabía de la ilicitud, la ilegalidad o la punibilidad de lo que haría, hizo o hace, en fin que desconocía que aquello es manifiestamente contrario al ordenamiento jurídico.
Es de Derecho que la imprudencia del artífice no le excusa ya que cada cual está obligado a tener pericia en su arte, dicho de otro modo nadie puede pretender salir ileso de sus acciones cuando en razón de su profesión debe estar consustanciado con la materia a que se contrae su oficio y en consecuencia conocer los procedimientos de su trabajo.
Jurídicamente nadie puede argumentar a su favor su propia torpeza por lo que, el declararse inexperto en aquello para lo cual la ley le presume hábil, no le absuelve de responsabilidad ante el Derecho. Y es aquí donde se corre el riesgo de pasar por un craso ignorante de la ley o por un hombre con malicia, de la que ya decían los romanos, cuyo legado es fuente del Derecho Occidental y por ende del nuestro; que no se ha de tener indulgencia con la malicia de los hombres “ Malitiis hominum indulgendum non est “.
El Derecho es lógica y ella nos acerca al sentido común, que nos advierte lo que está mal y lo que no lo está; por lo que pasar de incautos o de ignorantes nada favorece en descargo.
De manera que con propósitos meramente pedagógicos debo decir, que los docentes al sesionar en consejos deben tener cautela de no incurrir en apología del delito; de no concordar omitir el cumplimiento de la normativa educativa al desobedecer aviesamente el ordenamiento jurídico; deben evadir no constituirse en islas de abierto desafío al Estado de Derecho, por lo que no les sería lícito ni con la venia de un “letrado” directivo o supervisor acordar relajar las normas jurídicas, decidiendo por ejemplo no acatar resoluciones ministeriales, o resolver internamente algún asuntillo donde sea evidente el dolo de alguno de sus miembros; deben librarse de alcahuetear alguna lesión al patrimonio escolar o de la nación; deben estar alertas de no esconder alguna violación a los derechos de los menores; deben proscribir arrogarse funciones jurisdiccionales, cuando aviesamente puedan crear comisiones quebrantando el artículo 49 de la Carta Magna; deben respetar la estabilidad docente evitando incurrir en falta grave de conformidad con la Ley Orgánica de Educación cuando persiguen sin Justa causa la aplicación de medidas ilegales en contra de algún educador; en fin deben ser celosos guardianes de la legalidad para no hacer temerariamente ejercicios difamatorios o injuriosos, de daño moral u omisivos a los reglamentos, resoluciones o circulares, donde por intereses creados, los propósitos educativos brillen por su ausencia, solapándose los vicios e institucionalizándose las vagabunderías.


Abogado
crisantogleon@gmail.com

EL CONSEJO DE LOS DOCENTES I

EL CONSEJO DE LOS DOCENTES I
Crisanto Gregorio León


Las sesiones del consejo de docentes, pueden ser ordinarias según sea su instalación programada o estipulada para cada lapso del año escolar o extraordinarias según su convocatoria obedezca al tratamiento de asuntos de tal relevancia o urgencia que no es prudente esperar el siguiente consejo ordinario. De igual modo el Consejo De Docentes puede serlo restringido o ampliado, denominándose el primero Consejo De Docentes propiamente dicho y el segundo Consejo General De Docentes. El Consejo de Docentes o Restringido es la exclusiva presencia en la sesión de los educadores de la institución y el Consejo General de Docentes o ampliado es aquel donde por razones obvias de excepción, asiste la Directiva de la Sociedad de Padres y Representantes o la representación estudiantil a partir de la tercera etapa de educación básica.
Al Consejo Ampliado de Docentes o Consejo General de Docentes, se pueden invitar a personas para que aporten con su participación elementos edificantes en torno a algún aspecto técnico-docente de cuyos conocimientos se pueden aprehender o capturar visiones plenarias del tópico que ocupa la sesión. Sin embargo estos concurrentes aunque por dispensa del mismo consejo tienen voz, no podrán en modo alguno tener voto para la toma de decisiones. De modo que el personal docente jubilado podría invitarse al consejo si ello es acordado por unanimidad, con derecho a voz pero no a voto.
Por no tener la formación académica y no ser profesionales de la docencia, lo que desvirtuaría la denominación del consejo, no es permisible sesionar con la presencia del personal obrero y administrativo, pues tal reunión podría calificarse como asamblea del personal de la institución, pero jamás Consejo de Docentes. Para el personal obrero y para el personal administrativo existen las figuras propias a que se contraen sus oficios, pero no un consejo de docentes. Máxime si como invitado al consejo, de algún modo lo tratado atiende aspectos sobre la eficiencia en el desempeño del administrativo o del obrero, o de la responsabilidad que les compete por desmanes en el ejercicio de sus oficios, porque se constituirían en jueces y partes, siendo esto una verdadera burla a la objetividad e imparcialidad. Si lo que se desea es allanar algún entuerto mal podría obtenerse la verdad si quien se encuentra involucrado puede votar a su favor y en contra de las normas que debe respetar.
El secretario de actas debe ser una persona imparcial u objetiva que no se vea inducida a metamorfosear las exposiciones al momento de transcribirlas, por lo que sería un desafuero que un adversario manifiesto a algún álgido problema se le designe para esa tarea.
Las actas del consejo deben contener lo tratado en la sesión y para ello el secretario designado al efecto debe plasmar en el libro los contenidos desarrollados según el orden de los aspectos señalados en la convocatoria en la que deben aparecer según agenda, los puntos a tratar y la mención de quien convoca o a solicitud de quien se convoca, con indicación de quien lo presidirá. El acta de la sesión deberá leerse inmediatamente, luego de finalizada esta y para su aprobación se requiere el consenso y en ningún modo una mayoría calificada, la cual pudo ser idónea para aprobar algún punto en la exposición del consejo, pero no para aprobar toda el acta; por ser lo tratado en el consejo lo explanado por los intervinientes, no es lícito modificar los términos de sus opiniones. De modo que es el consenso o la unanimidad lo que le da el carácter de aprobada al acta, cuya redacción y aprobación no deberá diferirse para un nuevo consejo o para cualquier otro momento posterior ya que la inseriedad del procedimiento haría atacable de nulidad al acta por quien se sintiera lesionado en algún derecho si fuera el caso al colocar en su boca palabras que nunca pronunció o por ser lo aprobado manifiestamente ilegal y en cuyo caso lo acordado es nulo de pleno derecho. Es una aberración procedimental llevarse el acta a casa para “arreglarla” o redactarla mejor; de manera que simultáneamente una vez transcritas las intervenciones y los asuntos tratados para que el acta del consejo quede aprobada su contenido no debe ser objetado por nadie, salvo manifiesta contradicción, asistiéndole al disconforme la facultad de hacer uso de su derecho para reestablecer la situación jurídica infringida. El registro de asistencia del personal docente a la sesión, no constituye de ninguna manera rubrica aprobatoria del acta del consejo, ella debe constar en instrumento separado.




Abogado
crisantogleon@gmail.com

LA LETRA DE LA LEY , EDUCACIÓN Y SATUS QUO

LA LETRA DE LA LEY, EDUCACIÓN Y STATUS QUO
Crisanto Gregorio León
¿Será uno de los fundamentos del ataque a ultranza al decreto 1011, el timo en virtud del cual ha sido objeto hasta ahora el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, toda vez que se blande la ley en defensa de la carrera docente cuando conviene, pero se hace caso omiso de ella cuando regula sus propios fueros?.
Por ejemplo, por una supervisión deficiente, Docentes Coordinadores, Subdirectores y Directores soslayaron el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, después de haber asumido la jerarquía; pues de conformidad con el ordinal 9° del artículo 28 de este cuerpo normativo están obligados a dedicar tres horas semanales a la docencia en el aula.
Los artículos 35 y 36 Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente sin violar la estabilidad docente, preceptúan períodos de tiempo para el ejercicio en los cargos de Docente Coordinador, Subdirector, Director y Supervisor, no pudiéndose exceder estos dos últimos de cinco años y no más de cuatro años los dos primeros; salvo que hayan concursado y ganado para el desempeño de un nuevo período por una única vez, caso en el cual el máximo tiempo que pueden permanecer estos funcionarios en el ejercicio de sus cargos lo sería por ocho y diez años respectivamente. Uno de los tantos puntos que podría ser objeto del itinerario de un supervisor de cuarta jerarquía, lo constituiría por ejemplo la sugerencia de la actualización de la clasificación de estos funcionarios cuyo período está vencido y que obviamente sus actuaciones podrían ser atacadas si fuere el caso, por no tener competencia para el ejercicio de las facultades que se arrogan toda vez que de conformidad con el artículo 138 de la Constitución Nacional “ toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”, sin poder esgrimir a su favor la aplicación retroactiva de la ley por haber nacido su situación jurídica bajo el imperio de la Constitución de 1961, ya que aquella también en su artículo 119 contenía idéntica redacción.
Los funcionarios no titulares que en el argot educativo llaman de papel, porque se desempeñan como Coordinadores, Subdirectores, Directores o Supervisores, gracias a un memorando firmado por un Jefe de Municipio Escolar -donde exista esa figura - o en el mejor de los casos por el Jefe de una Zona Educativa, si bien asumieron dichas responsabilidades por las razones que fueren ante la acéfala situación no obstante no poseer la jerarquía según sus vouchers; independientemente de la denominación que aparezca en sus credenciales tales como responsabilizados o encargados; aún cuando no gocen de la contraprestación a que tienen derecho, son en propiedad funcionarios interinos, que si bien no los ampara un contrato individual, sí los protege la figura de la relación de trabajo, la cual deberá remunerarse de conformidad con los artículos 65 y 66 de la Ley Orgánica del Trabajo; además de que los profesionales de la docencia a tenor del ordinal 4° del artículo ocho del Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, tienen garantizado el derecho de percibir la diferencia de sueldo cuando desempeñen en forma temporal, cargos de mayor jerarquía. De manera que donde la ley no distingue, el interprete no debe hacerlo, titulares o interinos con contrato o sin él, los Docentes Coordinadores, Subdirectores, Directores y Supervisores que se hayan excedido temporalmente del periodo establecido, vista la situación objetivamente se encuentran en un limbo legal que la prudencia obliga a evaluar. Y la eficiencia en el desempeño profesional podría ser un agravante o un atenuante para recomendar la permanencia o la suspensión en este caso de un directivo, toda vez que las reformas educativas persiguen mejorar para avanzar.
No olvidemos “que la cultura popular tiene amigos a montones y en ella se colean zorros y camaleones”, de igual manera en la educación algunos personajes que de docentes solo tienen la adjetivación, se benefician de las normas que amparan al verdadero educador y las enarbolan en protección a lo moralmente indefendible, aprovechándose del amparo legal. Las normas que resguardan a los docentes, los protegen a todos, a quienes asumen con responsabilidad y vocación su labor, como a quienes esconden su ladino rostro tras la digna magistratura de educador. Entonces, si las leyes se elevan en abstracción independientemente de quien sea para proteger al profesional de la educación, en atención a las garantías que brinda el estado de derecho, los expedientes instruidos en contra de algún educador raramente resultan sancionatorios, pues el sistema de derecho concebido para proteger al “verdadero educador” de los posibles desmanes del sistema, desgraciadamente extiende su protección objetiva a quienes no lo merecen.
Adversarios y simpatizantes del decreto 1011 están de acuerdo con los considerándos del mismo, tales como la profundización de las reformas del sistema educativo que obedecen a las deficiencias y al abandono de que ha sido objeto los últimos años y que por ser un área estratégica, los controles de supervisión deben funcionar a cabalidad.
Si lo que desea el Estado es poner fin al contrato del supervisor que no lo haga bien, se encontraría con un cuerpo normativo amparando al itinerante en sus derechos de inmovilidad y demás elementos protectorios de la carrera docente, por lo que continuaría la misma infuncionalidad de los controles de supervisión cuando se hiciere dilatorio procesar a quien no llene las expectativas en la actividad supervisora. Una cosa es la credencial curricular que confiere el desempeño como supervisor itinerante y otra cosa es la asunción al cargo en los términos del concurso que pauta el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente para invocar su normativa a los efectos de supeditar la escogencia de funcionarios de relevo bajo el imperio de los desaciertos del pasado.
¿ No se ha puesto usted a pensar que el espíritu, propósito y razón de la creación del supervisor itinerante, no es precisamente que este haga carrera docente, como que tampoco viole el escalafón, sí no que garantice el ejercicio de la calidad de la educación y es esa la circunstancia por la cual se incorpora en el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, como una figura sui generis, cuyo contrato podría dejarse sin efectos cuando no llene las expectativas de la función que debe desempeñar?.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

EL MAESTRO DE DIFUSIÓN CULTURAL

EL MAESTRO DE DIFUSIÓN CULTURAL
Crisanto Gregorio León

El docente es y debe ser un difusor cultural por excelencia, por cuya acción se manifieste la herencia y el acervo de su pueblo en consubstanciación con el legado universal, en torno al cual gravitan las creaciones del hombre en su afán por manifestarse como un ser que genera cultura y mediante la cual se transforma junto a su entorno.
Concebida la cultura como el quehacer del hombre en cuanto al cultivo de las creaciones del espíritu en función de la utilidad trascendente e inmanente de la producción del intelecto , como huella de su paso por la tierra ; es la hermosa visión cuya alineación conceptual rompe con las deformaciones culturales que reflejan la cara oscura del ser humano al significar como cultura , el odio, la violencia , la delincuencia , la corrupción , y cualquiera otra expresión nada bondadosa que desvirtúa alguno de los caracteres de la esfera definitoria de la cultura como placentera y utilitaria en el mejor de los sentidos.
Seguramente, cuando se implementó la figura del maestro de difusión cultural, la administración educativa de la época, para aliviar la tarea del docente de aula, recogía el anhelo de transmitir a los educandos lo más representativo de las manifestaciones folklóricas de nuestra patria; aunada a la larga lista de efemérides escolares que estaban corriendo el riesgo de olvidarse, a la vez de despertar en los niños y jóvenes el amor hacia la autoctonidad, sin desvalír claro está las fechas patrias de cuyo contenido se fundamentan representaciones tradicionales enmarcadas en lo que en la escuela se denominan actos culturales; que por demás alientan en los educandos el espíritu de participación, colaboración y expresión.
Múltiples deben ser las facetas del arte, la música, el drama, el espectáculo, las manualidades, en cuya esencia e imbricados con docentes de otras áreas, constituyan en conjunto una concepción pedagógica de las tareas que les tocaría abordar a un maestro en funciones de difusión cultural y en cuya labor coadyuva el maestro de aula en lo que debiera ser una transmisión conjunta en la aprehensión de una escolaridad cultural integral.
Por lo que concebir al maestro en funciones de difusión cultural como un hacedor de carteleras exclusivamente es castrar las innumerables posibilidades de trabajo que tiene.
Lamentablemente, algunos maestros con credenciales para desempeñarse como difusores culturales, han confundido la palabra difusión con disfunción; cuando sí deciden asistir al trabajo pero no laborar, llegan ojerosos con fétido aliento alcohólico; cuando no asisten el lunes a sus obligaciones porque la resaca del fin de semana los dejó “desbarataos”; cuando no trabajan el viernes o deciden irse temprano porque es sábado chiquito y apremia empinar el codo; cuando pagan para hacer la cartelera porque el alcohol les ha restado capacidades; cuando se hacen profesionales del volante y no cumplen en la escuela; cuando antes que asumir su rol, prefieren hacer de taxistas, correveidiles o cachifos del director; cuando montan un negocito aparte y desatienden las tareas escolares pero no se les olvida cobrar el salario al Ministerio; cuando vegetan observando pasar las agujas del reloj halando la hora de salida, etc.
Innegable es la existencia de magistrales difusores culturales, pero también hay unos cuantos a quienes se les debe revisar su situación laboral por ser nada útiles a la educación, toda vez que el Estado se ve obligado a contratar a maestros interinos para atender la falta de docentes cuando hay cantidades de maestros de difusión cultural, en disfunción educativa, sin asumir el desempeño de un docente, máxime cuando en sus vouchers son clasificados como maestros de aula y la patria necesita muchos maestros trabajando y no vagos cobrando.
La realidad de muchos difusores culturales, o maestros en disfunción cultural para hacer honor a su contexto; es que jamás han dado una hora de clase en un aula, porque corrieron con la suerte y la nación con la desgracia, de que coetáneamente a su ingreso un amiguito les dio una credencial que les garantizaba cobrar sin trabajar, haciendo del ocio un negocio.

Abogado
crisantogleon@gmail.com