CARRUSEL
Crisanto Gregorio León
Al igual que los padres, los maestros marcan al estudiante, existen verdaderos docentes y con vocación de servicio, a quienes hay que rendirles homenajes; verbigracia, por ser insignes y docentes a toda prueba.
Pero también hay muchos camaleones infiltrados en la educación. A manera de ilustración, recordemos a las iguanas y a las serpientes, que son reconocidos cual reptiles precisamente por su epidermis, la cual mudan cada cierto tiempo, pero que en esencia siguen siendo el mismo animal.
¿Se acuerda usted de la maestra Jimena? Aquella adorable maestra proyectada en una miniserie mexicana, donde la protagonista encarna, la docente ideal, la que se interesa por las diferencias individuales de cada uno de sus alumnos, la que es consecuente con el apostolado que implica asumir el rol de maestro o maestra y el disfrute compartido de las experiencias del crecimiento colectivo. Una maestra que respetando los criterios, no deja de ser orientadora, impulsora de la construcción del conocimiento y además respetuosa y no impositiva.
Pues bien, seguramente cada cual ha de recordar a la maestra o al maestro que por su significativa presencia marcó huella para bien o para mal en sus tiempos de estudiante.
Ciertamente, no habría necesidad de tantos estudios, teorías, tratados, postgrados, en materia educativa, si no existieran antítesis de docentes a la ejemplar maestra Jimena. Porque es que abundan, los o las anti-Jimenas, camuflados como docentes de supuesta mente latitudinaria, que son pseudos practicantes de modernas teorías de la educación, que prevenidas o prevenidos ante la “censura profesional” se aprestan a infiltrarse como redimensionadores de la visión educativa y el rol del docente , cuando en realidad no son otra cosa que defensores a ultranza del régimen del magíster dixie , del propio maestro a maestra que con regla en mano imponen sus criterios e imponen su desagradable personalidad.
¡Infiltrados e infiltradas! , ¡Si! Muchos individuos de esta especie, no están extintos, aparentan una metamorfosis, cursando estudios superiores e incluso están posesionados de cátedras o programas de educación superior y no obstante sus estandartes, siguen siendo los mismos maestros represivos, que se imponen infundiendo terror, que no obstante su discurso de “relajación, apertura y reformas”, son retrógrados , amenazantes , y no ceden ni un ápice en pro de una educación armónica , ni en el reconocimiento de las opiniones y de los talentos del estudiante , muy por el contrario desdeñan los títulos , honores y valores de los demás , pero blanden con pomposidad los propios.
Pura bazofia, que alardea de humanismo, que utiliza a los débiles mentales para sojuzgar a la disidencia que piensa, que maneja al estudiante sin personalidad como una marioneta para mantener su “liderazgo” y que se complace en creerse la poseedora o el poseedor absoluto del conocimiento.
Muchos maestros o maestras de pensamientos obtusos aún activos en la educación básica, media o que han emigrado a la educación superior con títulos de magíster o doctores, solo han cambiado la epidermis.
Abogado
crisantogleon@gmail.com
Crisanto Gregorio León
Al igual que los padres, los maestros marcan al estudiante, existen verdaderos docentes y con vocación de servicio, a quienes hay que rendirles homenajes; verbigracia, por ser insignes y docentes a toda prueba.
Pero también hay muchos camaleones infiltrados en la educación. A manera de ilustración, recordemos a las iguanas y a las serpientes, que son reconocidos cual reptiles precisamente por su epidermis, la cual mudan cada cierto tiempo, pero que en esencia siguen siendo el mismo animal.
¿Se acuerda usted de la maestra Jimena? Aquella adorable maestra proyectada en una miniserie mexicana, donde la protagonista encarna, la docente ideal, la que se interesa por las diferencias individuales de cada uno de sus alumnos, la que es consecuente con el apostolado que implica asumir el rol de maestro o maestra y el disfrute compartido de las experiencias del crecimiento colectivo. Una maestra que respetando los criterios, no deja de ser orientadora, impulsora de la construcción del conocimiento y además respetuosa y no impositiva.
Pues bien, seguramente cada cual ha de recordar a la maestra o al maestro que por su significativa presencia marcó huella para bien o para mal en sus tiempos de estudiante.
Ciertamente, no habría necesidad de tantos estudios, teorías, tratados, postgrados, en materia educativa, si no existieran antítesis de docentes a la ejemplar maestra Jimena. Porque es que abundan, los o las anti-Jimenas, camuflados como docentes de supuesta mente latitudinaria, que son pseudos practicantes de modernas teorías de la educación, que prevenidas o prevenidos ante la “censura profesional” se aprestan a infiltrarse como redimensionadores de la visión educativa y el rol del docente , cuando en realidad no son otra cosa que defensores a ultranza del régimen del magíster dixie , del propio maestro a maestra que con regla en mano imponen sus criterios e imponen su desagradable personalidad.
¡Infiltrados e infiltradas! , ¡Si! Muchos individuos de esta especie, no están extintos, aparentan una metamorfosis, cursando estudios superiores e incluso están posesionados de cátedras o programas de educación superior y no obstante sus estandartes, siguen siendo los mismos maestros represivos, que se imponen infundiendo terror, que no obstante su discurso de “relajación, apertura y reformas”, son retrógrados , amenazantes , y no ceden ni un ápice en pro de una educación armónica , ni en el reconocimiento de las opiniones y de los talentos del estudiante , muy por el contrario desdeñan los títulos , honores y valores de los demás , pero blanden con pomposidad los propios.
Pura bazofia, que alardea de humanismo, que utiliza a los débiles mentales para sojuzgar a la disidencia que piensa, que maneja al estudiante sin personalidad como una marioneta para mantener su “liderazgo” y que se complace en creerse la poseedora o el poseedor absoluto del conocimiento.
Muchos maestros o maestras de pensamientos obtusos aún activos en la educación básica, media o que han emigrado a la educación superior con títulos de magíster o doctores, solo han cambiado la epidermis.
Abogado
crisantogleon@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario