sábado, 3 de noviembre de 2007

EL ACOSO SEXUAL EN EL TRABAJO

EL ACOSO SEXUAL EN EL TRABAJO
Crisanto Gregorio León

Sin escrúpulos y con una pesada conciencia de la cual parece no tener idea el acosador, enfila sus baterías en contra de quienes considera susceptibles de caer en sus garras y la sonrisa y la jovialidad desaparecen de la personalidad de la mujer.
Son innumerables los e-mails que he recibido de jóvenes profesionales que están aterradas y acorraladas por eso del refrán “a veces las moscas se paran donde no se pueden matar”, significando lo cuesta arriba de algunas situaciones que se nos presentan en esta terrenal existencia.
Es indescriptible el escenario anímico de la mujer que viéndose en la necesidad de asistir a su trabajo por el natural apremio de obtener un ingreso salarial, se encuentra día a día en la disyuntiva de enfrentar al acosador corriendo el riesgo de ser objeto de retaliaciones por las influencias que este maneja o renunciar a su trabajo comprometiendo su modo de subsistencia.
Este personaje discordante en el sitio de trabajo, se vale de múltiples argucias para someter a sus victimas, las cuales por prudencia, por miedo, por incautas o por quien sabe que motivos no enfrentan de manera abierta la situación.
Las mujeres, se ven coaccionadas cuando no pueden elegir libremente con quien dialogar cuando el tiempo se los permite, porque el acosador valiéndose de su posición además de su indeseada presencia, les impone un tópico de conversación y entonces las victimas se tienen que calar las acechanzas de estos propasados “superiores”.
Por esas innobles tácticas del acosador, la dignidad de la mujer se ve menospreciada cuando se tiene que aguantar los relatos de los supuestos sueños que tuvo con ella, la manera radiante como la veía y la traslucida vestimenta con que dormía.
Y si se trata de madres solteras que han decidido echarle voluntad a la vida para salir adelante con sus hijos como madre y como padre, entonces se encuentran con un acosador que no les deja libertad en su trabajo, que está convencido de que es un garañón y que ella está buscando marido y tiene entonces que ser suya a como de lugar.
Este personaje – el acosador - , entre otras estrategias utiliza la de manejarse con la victima en su sito de trabajo como si realmente tuviera algo con ella, desprestigiando así su honor y generando en los espectadores la falsa percepción de que alguna relación afectuosa debe haber entre ellos, cuando la verdad es que la dama, la profesional, la trabajadora quiere gritar de viva voz que esta siendo acosada y que su alma suplica al cielo serenidad.
Lleno de acuarelas psicológicas este personaje – el acosador - , está convencido de que es “el súper buen mozo “, sin importarle la edad o el aspecto que tenga, porque es que esa cualidad se la da el status que ocupa en el sitio de trabajo, el cual considera campo fértil para cometer sus atropellos.
Acercamientos indeseados y hasta valimientos tienen que ser soportados por las mujeres que no quieren sino ganarse la vida digna y honradamente, pero estos desalmados no las dejan en paz.
Ayudémoslas con nuestra mejor artillería.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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