sábado, 3 de noviembre de 2007

SEGUIDORES DE JUDAS


Crisanto Gregorio León

Tal vez Judas estaba convencido de que su plan era el mejor y trazó un patrón para sacarle provecho, sin embargo nunca se hace el mal de manera tan plena y alegre, que cuando se hace bajo un falso principio de conciencia.
Recoge el Eclesiastés Cáp.4, V. 9 al 12 que “Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Pues si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante. Si dos se acuestan, tienen calor; pero el solo ¿cómo se calentará? Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres hilos no es fácil de romper”.
Recordemos que Jesús y los discípulos constituían un equipo y como tal deberían enfrentar conjuntamente los embates en su contra, solo que siempre hay quienes en notorios actos de cobardía o conveniencia se alían indignamente con el contrario y en manifiesta desvergüenza que no borraran de su conciencia si es que la tienen, prefieren hacer leña del árbol que creen caído para garantizarse benevolencia del enemigo, sin importar crucificar al amigo o al compañero.
Si cuando Jesús echó con justa violencia a los mercaderes del templo, lo hubiesen tildado de inmaduro, indudablemente no estarían comprendiendo que se trataba de un acto de protesta pública ante el irrespeto al templo del Señor y por usar algún dialecto o lengua desconocida para los presentes, mas de un incapaz de dominar otro idioma o desprovisto de la fortaleza de aquel hombre lo habría criticado de arrogante.
El mismo Pedro en quien Jesús colocó toda su estima, le negó en tres ocasiones antes de que cantara el gallo dos veces, declaró en público desconocer al Nazareno y peor bofetada no compadecerse del hombre que estaba herido. Y fue tan magnánimo el Señor que hizo de Pedro su sucesor, porque siempre le tuvo en su corazón, además en el resto de su existencia no hizo sino expiar sus errores y como acto de desagravio a Cristo escogió ser crucificado con su cabeza hacia abajo. Y es que en tiempos actuales las cosas no han cambiando en el corazón de los hombres, cuando se presentan escollos hay quienes prefieren no asumir como equipo lo que si hubiese salido bien orgullosamente blandirían como propio, pero que al salir mal entonces la culpa es de uno solo. Por eso, bendito el Cirineo y toda persona que como él alivia el peso de su prójimo.
Cuando evocamos el nombre de Judas, lo asociamos a traición, deslealtad, infidelidad, quien vendió a un compañero por unas cuantas monedas y como actos repetitivos en la historia del hombre los traidores siempre son minoría y la mayoría sensata los detecta rápidamente; porque es que el traidor siempre quiere figurar y en efecto lo hace calculadamente esperando la oportunidad para sacar provecho, no vaya a ser que disminuyan las ganancias. Judas discrepó del pensamiento del Nazareno y por ser distinto prefirió venderlo y así, aún en pleno siglo XXI muchos llevan su propia cruz a cuesta por los Cristos que han clavado.

Abogado

crisantogleon@gmail.com

No hay comentarios: