sábado, 3 de noviembre de 2007

ALICIA Y EL CONEJO BLANCO


Crisanto Gregorio León

Una obra literaria de gran complejidad es Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll publicado por primera vez en Londres el día 4 de julio de 1865 y que nunca pierde vigencia. Cuyo nombre original fue las Aventuras subterráneas de Alicia, que evidencia la personalidad dual de esta pequeña que tiene un complejo por su estatura y trata de ocultarla con intemperancias psicológicas, comportándose como dos personas a la vez y así lo manifiesta cuando dice "¡Pero de nada me serviría ahora comportarme como si fuera dos personas, cuando ya se me hace bastante difícil ser una sola persona como Dios manda!"
Alicia hace solo uso del cerebro ciego del reptil, no alcanza el llamado límbico de los mamíferos superiores y se hunde en un túnel profundo.
En un encabritado descubrimiento de sus propias incapacidades y sabiéndose rechazada como "mala hierba", no encaja en el género de las preciosas flores cantarinas, prefirió construirse un mundo donde no obedece las leyes, ni de la lógica, ni de la moral. Para ella es un éxtasis burlar las normas.
En el disfraz de su mundo e inconforme con él, se obsesiona con un simpático conejo blanco a quien persigue y por cual experimenta un sentimiento ambivalente. Así una tarde calurosa y aburrida, de pronto sucedió algo inesperado: apareció un conejo blanco con ojos rosados. Vestía chaleco y llevaba prisa y ella quedó cautivada. Un ejemplar sin igual que le despertó instintos primarios, propios del cerebro reptil según los psicólogos. Y en ese frenesí persecutorio, Alicia cae cada vez más abajo, calificando a los demás de antipáticos, se erige como la perfección en un reflejo de sus propias carencias.
Alicia representa una visión del mundo caótico y terrible, su tiempo es un tiempo psicológico y sin sentido. Y es precisamente ese lado corrosivo e insano el que la describe a la perfección.
"Se podría aún decir que se trata de un viaje de Alicia al interior de sí misma. Pero la verdad es que en un viaje siempre existe el factor del aprendizaje y el sujeto que parte nunca vuelve al mismo lugar, ya sea porque el lugar ha cambiado entretanto, ya porque el propio sujeto que vuelve no es el mismo que ha partido. En Alicia no parece haber ningún cambio. O los cambios en el personaje se procesan a un nivel más allá de lo consciente, o el final del texto es profundamente irónico, indicando la incapacidad humana para afrontar sus propias inconsistencias".
Hubiese sido útil en la vida de Alicia, haber tenido un diálogo con un zorro, como el de la novela El Principito de Antoine Saint Exupéry - quien en el Capítulo 21 le dice "Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos". Porque tal vez su vida de ficciones, artificios, astucias, hubiese sido al revés y su mente y su corazón hubiesen madurado para no manipular la realidad.
Los paralelismos con la vida real son incuestionables. ¿Cuantas personalidades así conoces tú?
Definitivamente, una obra que parece para niños y para provecho de una maestra de escuela, sugestiona a todo público. Quien la haya leído observará la fidelidad en los términos.
Abogado

crisantogleon@gmail.com

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