sábado, 3 de noviembre de 2007

INDECENCIA ADMINISTRATIVA

INDECENCIA ADMINISTRATIVA
Crisanto Gregorio León

Atinadamente expresó La Rochefoucauld que “nuestras virtudes son más frecuentes, pero nuestros vicios se distinguen mejor”; una verdad de Perogrullo que trasladada a la función pública implica que la mayoría honesta que constituye la regla en la administración se ve desprestigiada por la minoría indecente, que si bien constituye la excepción, hace deslucir al funcionario ante la opinión pública, por la mayor vistosidad que tiene el vicio sobre la virtud.
Partamos del evento donde un ente público se encuentra con alguna o todas de las siguientes hipótesis: una administración que de manera continua y reiterada desmantela dolosamente a la institución a la que debe proteger, despojándola de su patrimonio, aparentando la legalidad del acto, porque temerariamente lo hace a la luz de todos y mal podría imaginarse alguien que aquello que no se hace a escondidas, pueda no ser legal; que vende los contratos de obras o dispone de cualquier bien que no debe negociar; que hurta día a día la precaria economía del ente con guisos en los contratos de suministros; que bajo la eufemística forma de colaboración “baja de la mula” a los contratistas quienes deben mostrar su “agradecimiento” porque se les otorgó una obra o el suministro de bienes y servicios y que por añadidura callan bajo un silencio encubridor ; que negocia diligenciar la consecución de los beneficios laborales a los funcionarios y a los obreros siempre y cuando no olviden que “nada pierde quien da el muslo a quien le da la gallina”; que mantiene a sus “cómplices ” bajo una impunidad por sus actos de alcahuetería ; que se queda con altas comisiones disminuyendo calidad y cantidad de obra desacreditando la institución o negocia una entradita adicional de dinero que es un negoción para la corrupción – para los jefes - ;que pide aportes o donaciones y que, una vez obtenidos, nunca entran en la institución o difícilmente ingresan en su totalidad.
Una administración cuyos responsables visibles se asocian para delinquir con algunos secuaces del organismo quienes con apariencia de gente honesta , de “probidad notable” , “de afable aspecto” , de “conducta intachable”, se meten a muchos en el bolsillo y si son descubiertos in fraganti cometiendo “pecadillos”, otros colaboradores o compinches sabrán como justificar o dejar pasar por alto ; que son artistas forjando facturas con las que demuestran inversiones que nunca se hicieron, o de cosas fungibles o de bienes cuya adquisición obedecieron a otros presupuestos u otras donaciones, encontrándose usted quizá con alguna estructura o bien que, ejecutado o adquirido con otros proyectos o presupuestos se hacen figurar como nuevos o de ejecución reciente y se pagan cosas que ya habían sido pagadas con otros aportes en otros tiempos y los magos de la trampa se apropian del patrimonio publico.
Ahora más que nunca cobra especial vigencia la sentencia de Carlyle: “Sé un hombre o una mujer honesto u honesta y habrá en el mundo un pícaro o una pícara menos”.
¿Acaso ha podido usted ver retratado o retratada aquí a algún funcionario o funcionaria de estas características?
Abogado
crisantogleon@gmail.com

No hay comentarios: