sábado, 3 de noviembre de 2007

EL MESÍAS Y SU PRECURSOR


Crisanto Gregorio León

Debemos buscar la luz y salir de las tinieblas, no engañamos al Señor Dios, dándonos golpes en el pecho diciendo una cosa y practicando otra. El creador que todo lo sabe nos conoce aún antes de ser concebidos y él sabe de que está hecho nuestro corazón. Sabe si nuestro corazón es de piedra o si por el contrario es tierno como el del Niño Jesús. Si eres un buen hombre o una buena mujer, y en el fondo quieres enmendarte, ve y perdona las debilidades pero rectifica tus bajas acciones que siempre hay tiempo, mientras nos dure la vida.
Es verdad que el Señor no nos juzga por episodios o fragmentos que solo muestran una pequeña parte del todo, porque somos mucho más que eso y los hombres y las mujeres por nuestra estigma pecadora siempre cometemos errores , pero a menudo el perdón es algo sumamente poderoso, hasta para aliviar las propias cargas.
Le decimos una cosa a la gente en su cara y luego le salimos con otra, nos decimos mentiras, vivimos engañando a nuestros semejantes, confabulando en contra de nuestros congéneres, hasta el punto de disfrutar como destruimos al otro o a la otra, y tergiversamos las cosas y sorprendemos la credulidad de los demás, hasta le achacamos al prójimo nuestros propios defectos que son tan graves que escandalizan al oyente quien se pone de nuestra parte porque nos hacemos las víctimas. Nos comportamos con hipocresía y eso no nos permite vivir en paz, sino en un verdadero infierno. Queremos que los otros cambien de actitud, pero nosotros mantenemos una actitud miserable que no nos deja ver la luz y por el contrario nos mantiene en la oscuridad.
La época de navidad, debe contraerse al regocijo de la grandeza de amar, tal como Dios ama. La navidad debe ser un cambio de postura y de visión de la vida ante la presencia de un espíritu superior que derrama bendiciones sobre la humanidad que cree en él y que le busca, no solo aparentando delante de los demás que se es cristiano o cristiana porque se reza el rosario y se reparten regalos. ¡No!, la navidad es punto de unión de los hombres y mujeres de buena voluntad. Y esa buena voluntad se demuestra por el rastro de nuestras vidas sobre la tierra. Dejemos atrás la soberbia y recapacitemos, es hora de hermandad, elevemos pues al Niño Dios el cántico de Zacarías, - Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había prometido desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que hizo a nuestro padre Abraham. Para concedernos que libres de temor, arrancados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas, y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.-

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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