sábado, 3 de noviembre de 2007

CHINCHORRO LIGHT



Crisanto Gregorio León

La corrupción se achinchorra, se acuesta plácidamente a elucubrar bajo la mirada cómplice de unos y la impotencia de otros, como los dineros públicos serán depositados en las arcas de la indignidad y de sus secuaces.
La corrupción es sinónimo de descomposición, podredumbre, peste, fermentación , corruptela, depravación, perversión, vicio, prostitución, deshonestidad, adulteración , cohecho , contaminación , degeneración , envilecimiento , extravío , deshonra , impureza , infección , necrosis , putrefacción , relajación , soborno .
Desde luego que con esas características y desde esos antecedentes, la corrupción no se confesará culpable jamás, porque nada bueno le adorna, ninguna virtud les es natural, por el contrario toda retrechería le es propia, porque es la oscuridad total y su naturaleza es la inmoralidad en las costumbres .
La práctica del achinchorramiento en la administración dolosa de los dineros públicos, es el relax que da la tranquilidad de la impunidad en los hechos de corrupción.
Planear el asalto al patrimonio público desde un chinchorro, con la impunidad que brinda la sinvergüenzura de quienes no tienen honor, ni ética, es llanamente poseer el control de la conciencia de muchos quienes artificialmente se hacen pasar por inofensivas personas, cuando la realidad arroja que están llenándose el propio bolsillo a costa de lo destinado a la comunidad.
Maquinar un futuro lleno de estafas desde la seguridad que da la práctica en la manera y forma de imponerse desde la corruptela, por haber tomado un curso rápido de "cómo a adueñarse de los dineros del Estado, para el corrupto que tiene prisa", es dejar indefensa la hacienda pública desde cualquier nivel de gobierno.
La corrupción aspira y proyecta atornillarse porque ya tiene artimaña en el manejo fraudulento de los contratos cuyo financiamiento está provisto por los dineros públicos; persigue continuar en la depredación de lo que pertenece a la comunidad, porque es experta en adueñarse de lo que es ajeno.
A la corrupción le ha resultado fácil imponerse, porque cual camaleona, se ha disfrazado con el ropaje de la honestidad y pasa desapercibida su depravación, pregonando aquello que la gente quiere oír; porque si se diere a conocer tal como es, todo el negocio sucio se le vendría abajo.
El más grande hombre de América, Simón Bolívar, por lo general dormía en chinchorro y en su estampa visionaria tenía proyecciones de libertad, de honor, de grandeza, de probidad y de honestidad en las cosas de la administración pública.
Por eso, reposar en la hamaca o en el chinchorro pensando implementar los mejores esfuerzos para la grandeza de la patria y de su pueblo, es de alta dignidad para los ciudadanos.
Pero El Libertador, jamás fue un hombre achinchorrado, era un ciudadano a caballo, cabalgando un pensamiento de honestidad, integridad, rectitud, sinceridad, decencia, lealtad, moralidad, desinterés, conciencia, honorabilidad y dignidad.
No olvidemos que la corrupción es tortuosa y se vale de cualquier imagen, para hacer símiles de comparación con lo honesto y lo decente en su propósito de engañar la buena fe de los ciudadanos.
En la hamaca de Bolívar se planeaba la libertad de los pueblos, se recreaba una visión decorosa de ejemplo ciudadano y se forjaban pensamientos de alta factura intelectual para erradicar los males de la República.
Traigo a colación un pensamiento de Joan Báez. "Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella". Sobre todo sabiendo que los delitos de corrupción no prescriben y mas pronto que tarde a los corruptos les alcanzará el largo brazo de la ley.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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