sábado, 3 de noviembre de 2007

ESTATUAS DE SAL

ESTATUAS DE SAL
Crisanto Gregorio León


¿Qué pensaría usted de quienes consienten la violación de su madre, donde los más instruidos y la prosapia de esa familia erigen todo tipo de argumentaciones para ocultar y silenciar que su madre ha sido ultrajada y no hacen nada para salvar su honor, que es el honor de todos ?
Por supuesto que se trata de una casta maligna, llena de inmoralidad peor que Sodoma y Gomorra, que cual burdel ampara la perversión, donde la dignidad brilla por su ausencia.
Los y las que saben de los hechos y a quienes la persona culpable confesó su crimen, se hacen de la vista gorda, para que el tiempo transcurra y todo se olvide como si nada hubiera acontecido, como si también tuvieran algo que ocultar. Pero es el caso que tan culpable es quien la violó como quienes guardan un silencio cómplice y una inacción que los compromete y el descrédito les acompaña por conniventes, por alcahuetas, por celestinos y el tiempo y la tierra los juzgará. No merecen pertenecer a esa familia, cuando buscan la muerte de su madre vociferando que la quieren, que es su alma y están cometiendo matricidio al permitir que ahora lacerada por quien debería protegerla, pueda ser impunemente violada una y otra vez por que se sentó un precedente. Al congraciar a un solo miembro de la familia, la circunstancia siniestra de haber violado a su madre, es carta blanca o mas bien negra, para que todo aquel que lo haga pueda justificar y excepcionarse arguyendo con obsceno descaro, pero aquella persona también lo hizo y aún sigue perteneciendo a la familia como si se tratase de alguien honorable, entonces de nada podrán señalarnos. No habrá moral para reclamarle a nadie, que les viole la madre, cuando quienes teniendo todas la evidencias y a la persona culpable, la protegen, mientras a la madre la han prostituido y como si se tratase de una vestal con himen complaciente se hacen “los locos” como si no existiesen pruebas del desgarro, a pesar que como en la obra de Da Vinci, hay tantos testigos como en la última cena, prefieren ocultarlo para amparar a quien traicionó los más elementales principios de la rectitud.
Encubriendo a la persona violadora, manteniéndole en la misma posición de respeto dentro de la familia, se hacen partícipes de la violación y por tanto autores de tal aberración.
Si por ser intrínseco a la naturaleza humana, los hijos velan por la seguridad y defensa de su madre y al tener la menor noticia de que algo malo le ha podido pasar, se vuelcan a socorrerla, entonces en cuál concepto podría usted tener al resto de los hijos que teniendo informes del crimen y suficientes pruebas, no impulsan desde el seno familiar el juzgamiento de la persona responsable. ¿O es que la madre ha aceptado ser mancillada por sus hijos? , en este caso, no se trata de una violación sino de un incesto consentido, por que si todos están de acuerdo en permitir que un solo miembro de la familia abuse de la confianza que se le ha brindado, nada hay que buscar en esa familia y al salir de esa casa es preferible no voltear no vaya a acontecer que nos volvamos estatuas de sal.
¡Respeto por los universitarios auténticos¡

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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