sábado, 3 de noviembre de 2007

¿APRENDIZAJE?


Crisanto Gregorio León

Es plausible que haya hombres y mujeres con verdadera vocación al servicio de la educación y que tienen las neuronas frescas y alertas, que además están dispuestos a no quedarse encajonados en la desventurada estampa de un hombre de poco léxico , de menguada capacidad de análisis ; porque temen ser más del montón , porque no quieren dimensionar la realidad solo con lo que hace decenios lograron aprender cuando se formaron en las escuelas normales o en las escuelas de educación , porque aspiran ganarle la partida entre otros al alzheimer.
Pero hay quienes se niegan a mejorar, porque aspiran los estudios universitarios sin esfuerzo y son renuentes a un mínimo de exigencias que redunden en provecho del intelecto y del aprendizaje, entonces se encabritan porque sencillamente no quieren poner en movimiento las neuronas, porque no quieren sino que se les recompense por estar derramados o echados en los pupitres sin tener que hacer el más mínimo esfuerzo por aprender. Y ¡cuidado! si les asignan alguna investigación básica o elemental en la que tengan que hacer uso del cerebro, inmediatamente se les estrangula alguna vena o arteria y se ponen casi parapléjicos porque pareciera que se les hubiese exigido diseñar alguna nave intergaláctica con tecnología extraterrestre.
¡Ah! , sin contar con aquellos que no solo se quedan en el sitio como si les hubiesen absorbido el alma, o los que se hacen acompañar de otros cuantos o cuantas para hacer bulto y quejarse porque se sienten traumatizados o traumatizadas porque no saben ni siquiera leer y mucho menos interpretar un texto y peor aún parafrasearlo.
En tiempos de posmodernidad donde el aprendizaje es cosa del que quiere aprender, muchos enquistados en épocas de dinosaurios solo quieren seguir siendo elementos pasivos en el proceso de aprender y no hay forma ni manera de sacarlos de su cueva con pintura rupestre, porque les asombra un computador o porque se niegan al cambio y padecen de una parálisis paradigmática, para no decir otra cosa, o quedan impávidos cual párvulo a quien se le exige resolver una regla de tres simple.
Que tristeza y decepción, que puedan existir ahora y aquí en este siglo XXI, “profesionales de la educación” que se han quedado varados en la época de las cavernas, que sientan aversión a la investigación, a la lectura, al estudio y al compromiso de prepararse cada día para provecho propio y de los hijos de la patria que son la esperanza del futuro.¿Que clase de estudiantes podrán estar formando los que se niegan a formarse? , ¿Que tan valederos podrán ser los conocimientos que trasmiten docentes como los descritos? ¿ Que podrán exigir quienes no se exigen nada, o aquellos para quienes la lectura mas fuerte es la gaceta hípica o la revista de condorito?. Algunos docentes y es obligatorio decir que no todos, pareciera que se les presentara un bloqueo cerebral cuando se les pone a leer y ni se diga si se les llama a interpretar algún texto que no pase de cinco párrafos como promedio, parecieran asfixiados y se tornan hasta enojados como si les hubieran insultado en su origen y hasta da la impresión de que experimentan un ataque de pánico por el sobresalto que les invade el haberles asignado una tarea.
Seguramente ya habrá quienes cerrando filas en la mediocridad encontrarán suficientes argumentaciones para auto-justificarse o justificar a aquellos que no se lo han pedido, pero que por un acto de presunta solidaridad defienden, para no descubrirse que se están defendiendo a sí mismos.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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