domingo, 19 de agosto de 2007

LA TIRANA DEL LAGO

LA TIRANA DEL LAGO
Crisanto Gregorio León

Alzada y sin bridas, cimarrona y camorrera, desatada y revoltosa, peligrosamente desobediente, rabiosa, insociable y caprichosa; corroe sistemáticamente su entorno, no le da tregua a la armonía, ha robado cuantiosos recursos a la patria y hasta ha venido de tierras extranjeras.
Se burla de las leyes, no teme a ninguna autoridad, se regodea de su maléfico poder, sorprende la pureza, se aprovecha de empalmes, mata la fauna y mata la flora para reinar, se impone morbosamente, es patológicamente obstinada, obscenamente altiva, insoportablemente violenta y por demás repugnante.
Perversamente represiva, diabólicamente expansiva, oscura mancha en el Lago que se aprovecha de su mal, que restringe libertad, arbitraria y desafiante, despiadada y atroz, arrebata la alegría, se mofa de natura y se jacta de su afán.
Una nota altisonante en la melodía del ambiente, que reprueba la frescura y la noble postura de quien quiere liberar al paisaje de su corrupto manipular.
Las cabezas de los hombres que se asoman en su espejo, ven distorsionada su esencia al confundirse sin saberlo en la patética figura de su irreverente reflejo.
La pesadilla dominante, de cuando en vez se dopa, para ocultar su carácter, pero mayor barrabasada comete, cuando al despertar la mañana la realidad le devela, su furia incontenible y su fétida semilla.
Con inocultable jactancia y rebeldía demencial, al igual que Herodes se impone por la fuerza, aprovechándose de inocentes que no conocen su maldad.
Destructiva por demás, se repliega para ahogar, cualquier esfuerzo pertinaz que la aurora bondad desee colocar en su solio terrenal. Taimada y persistente, es osada al exigir que por su ansiado partir los hombres deben sufrir la inclemencia de su antojo.
Displicente y alevosa, se nos ha entronizado sin ni siquiera pensarlo, por su forma correosa cuando la tenemos atrapada, pero inclemente y desaforada, cuando se cree ya salvada.
Puede que la burla o el veleidoso destino, nos obliguen a aguantar la impureza ruinad de esta enfermiza figura, pero ni su poder, ni su locura, podrán evitar el consecuente final en la búsqueda de lograr que se aparte su mal y su irónica presencia.
Sin desmayo y con holgura, tengamos la soltura de extirpar de nuestro lar, la temible tiranía, que se encarga de dañar la mágica envoltura de este Lago terrenal.
La contaminación en el Lago de Maracaibo, es la tirana que todos los hombres de buena voluntad estamos llamados a derrocar.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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