domingo, 19 de agosto de 2007

EL APRENDIZAJE EN LA POSMODERNIDAD

EL APRENDIZAJE EN LA MODERNIDAD Y EN LA POSMODERNIDAD
Crisanto Gregorio León

Siguiendo el pensamiento de Miguel Martínez entre otros, el aprendizaje en la modernidad, se desarrolla en base al paradigma epistémico del conocimiento científico, que ha imperado desde el renacimiento. Y se contrae a valorar, privilegiar y propugnar la objetividad del conocimiento, el determinismo de los fenómenos, la experiencia sensible, la cuantificación aleatoria de las medidas, la lógica formal y la verificación empírica.
Una de sus orientaciones epistemológicas de mayor uso académico, es la denominada “modelo especular” del conocimiento, que asume como cierto el supuesto de que nuestro aparato cognoscitivo es básicamente pasivo , en el sentido que fuera de nosotros existe una realidad totalmente hecha, acabada y plenamente externa y objetiva, y que nuestro aparato cognoscitivo es como un espejo que la refleja dentro de sí, o como una pasiva cámara oscura o fotográfica que copia pequeñas imágenes de esa realidad exterior, al estilo, por ejemplo, del ojo, que formaría una pequeña imagen del objeto exterior en la retina y el nervio óptico se encargaría de transmitirla al cerebro.
Con este tipo de aprendizaje se corre el riesgo de convertir a los estudiantes en autómatas, que hablan de memoria y repiten ideas, y aplican métodos y técnicas entontecedoras y hasta cretinizantes, además que el carácter simbólico del lenguaje científico es limitante en el aprendizaje.
El aprendizaje en la posmodernidad, se desarrolla en base a un paradigma epistémico distinto al del conocimiento científico, donde el conocimiento no solo se obtiene mediante observaciones sensoriales directas, sino que va más allá de las imágenes estáticas e instantáneas. El conocimiento no tiene barreras ni limitantes en el proceso de su aprehensión.
El aprendizaje en la posmodernidad es obtenido de manera opuesta a los parámetros tradicionales modernos del positivismo clásico; y en este “el espíritu humano no refleja el mundo: lo traduce a través de todo un sistema neurocerebral donde sus sentidos captan un determinado número de estímulos que son transformados en mensajes y códigos a través de las redes nerviosas, y es el espíritu-cerebro el que produce lo que se llama representaciones, nociones e ideas por las que percibe y concibe el mundo exterior. Nuestras ideas no son reflejos de lo real, sino traducciones de lo real (Morin, 1984).”
En la captación del conocimiento, toda definición o todo término mediante el cual se intenta representar la realidad es limitante y finito; en tal sentido, se puede explanar que, por ejemplo, los formalismos matemáticos, no son verdades fijas, sino una extensión de nuestra forma del lenguaje.
Para algunos -entre los que no me cuento -, convierte la educación en un proceso fragmentario, para ir desapareciendo todo lo tradicional e ir en contra de la razón; forma discípulos más iconográficos que lógicos, más sensibles que racionales, más intuitivos que discursivos, más instantáneos que procesales, etc.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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