sábado, 26 de abril de 2008

ANTIDOCENTE Y ANTIEDUCATIVO


Crisanto Gregorio León

A propósito del tema educativo actualmente en la palestra pública, es menester hacer algunas consideraciones.
La presencia de retrógrados académicos, que para mantenerse chupando los recursos universitarios se las ingenian desde sus cátedras para evitar generaciones de relevo que los puedan sustituir, constituyen el cáncer que carcome las bases para una auténtica educación humanista y constructivista, no excluyente participativa y protagónica.
Docentes que integran mafias académicas en las que con la connivencia de las autoridades universitarias, no sueltan el control maquiavélico de los estudios de educación superior para mantener una hegemonía perversa, desarrollando en la práctica una actitud despótica manifiestamente contradictoria con la publicitada por la propia casa de estudios en su afán de capturar una población ávida de una forma de aprender que sustituya la megalomanía morbosa del docente, donde el estudiante es un contrincante al que hay que “aplastar” , sobre todo si no pertenece a la familia de la “Nostra Universitaria” o demuestra talento y competencia y es peligroso por su actitud crítica , o no satisface los intereses inconfesables de un grupúsculo que domina y manda con bajo perfil.
¡Gran temor y sobresalto! constituye para la mafia docente universitaria la presencia del pensamiento crítico. Por lo que los delincuentes académicos prefieren a un estudiante tímido, asustadizo que les rinda pleitesía y los endiose a tal punto que la sola presencia del docente provoque en el alumno alto estrés y si es posible que tenga que ingerir algún antidiarreico o algún tranquilizante para los nervios.
Prácticas violatorias del derecho constitucional a la educación y al derecho de contar con docentes sanos mentalmente. Porque no se puede negar que hay mucho esquizofrénico impartiendo clases y por lástima o por ayudarlo o ayudarla los compañeros e integrantes de la mafia universitaria los mantienen en sus puestos a costa de cualquier daño que puedan causar incluso a la reputación e imagen de la universidad.
Numerosos de estos delincuentes académicos tienen vacíos conceptuales, procedimentales, cognitivos y afectivos que nunca han superado y de cuyo rendimiento académico como estudiantes es de dudosa credibilidad. Y sin embargo tienen el atrevimiento de hacerse pasar por intelectuales y científicos.
Muchos docentes se instalan en las universidades haciéndose pasar por constructivistas y no saben siquiera integrar conocimientos bajo una visión interdisciplinaria y tienen la osadía de autocalificarse de docentes humanistas, cuando fueron formados bajo la estructura del pensamiento conductista y recalcitrante de la venganza al estudiante en el que derraman sus amarguras y frustraciones; y sin haber ajustado cuentas con sus anteriores enfoques y prácticas son la referencia a la peor experiencia educativa que alguien pueda experimentar. Para eso se atornillan en las universidades, para provocar deserción y sufrimiento, cobrándose con los estudiantes sus propias limitaciones y frustraciones, demostrando carencias en todos los ámbitos de su personalidad.
El pensamiento decadente y revanchista de docentes que manejan la perversión despótica del conocimiento mediante el sadismo intelectual , como respuesta a su propia descomposición moral , donde pretenden ocultar bajo la supuesta sapiencia, el desorden de sus personalidades y la corrupción académica por favores a familiares y amigos y a los integrantes de la mafia universitaria.


Abogado
crisantogleon@gmail.com


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