domingo, 16 de diciembre de 2007

ABRIRSE A LA NAVIDAD

ABRIRSE A LA NAVIDAD
Crisanto Gregorio León

El espíritu que invade los ambientes en la temporada decembrina, no es sino un hálito que trasciende el mundo material y que se posesiona de los hombres aun sin estos darse cuenta de la magia que irradia el etéreo aroma del milagro de la Navidad.
El regocijo por las fiestas en vísperas del nacimiento del niño Dios y el afán por renovar la casa, las vestimentas, adornar el entorno, son una proyección del venturoso acontecimiento, donde cada cual vierte en el mundo material la disposición espiritual que está inhalando de la esfera celeste.
Pero es que el contento del alma y la expresión del sentimiento propio de la natividad es la sana algarabía que con cánticos se ofrenda al redentor por la pureza de su ser, por la grandeza de su esencia, por la salvación de los hombres.
Generalizado, es el despertar de los ánimos para honrar jubilosos la proyección celestial sobre los hombres y sobre la tierra, y en la que cada cual presto está en la disposición del espíritu a irradiar un mensaje de paz, una muestra de amor y una fraternal simpatía.
Sin embargo, cuando los hombres olvidan que son hermanos , cuando se irrespetan la dignidad burlándose de sus mutuos quebrantos, de sus padecimientos; cuando inmisericordemente los hombres se distancian de su naturaleza humana , cuando los intereses subalternos hacen impermeables las razones de los hombres , cuando la irracionalidad de los hombres se presume manipuladora, cuando los hombres se ríen del mal de los hombres, cuando se pone en indefensión a los hombres para provecho de los victimarios, cuando la prepotencia se justifica como inexperiencia, cuando se mutila la reputación de los hombres por la maldad de los hombres , cuando se pisotean a otros hombres para descalificar sus reacciones y defensas, cuando la malicia de los hombres invade sus corazones para someter a los hombres , cuando se discrimina a los hombres por el escozor de la envidia humana, cuando se segrega a los hombres por osar expandir su filosofía vital, cuando los hombres se enmascaran para sorprender la buena fe de los hombres ; entonces los corazones están cerrados a la Navidad .
Por eso, la buena voluntad que inspira estos tiempos debe ser característica permanente en todos nosotros, como reconocimiento de nuestra propia naturaleza que debe estar siempre por encima de resquemores y desafectos, como muestra constante de tolerancia, equidad y justicia, de amor y de paz.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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