domingo, 22 de noviembre de 2020

Cuando le pongan los ganchos a Mary

 Cuando le pongan los ganchos a Mary

Crisanto Gregorio León 


  Mary, es un carcinoma que destruye  el buen nombre de las instituciones. Mary o la bola del gas, como la llaman o el demonio de Tasmania por su escandalosa e impune manera de hacer negocios redondos  ilícitos dentro de las instituciones del Estado.

                Ella es zumbá, no respeta ni leyes, ni ética, ni ninguna autoridad, y se encierra en cualquier cuartico para el cuadre y aquí cabría un emoticón con los ojos desorbitados  o con el rostro rojo lleno de arrechera.

Mary es la corrupción indecorosa, es una peste que produce repugnancia, es una pestilencia con cómplices y es la malignidad que desprestigia a la gente decente para desviar la atención de sus complots internos en los que altera toda la documentación que le permita hacerse de muchísimos dólares, porque es venal.  Mary otorga títulos valores al forjar documentación y de la que se aprovecha gente que le paga furtivamente muchos billetes verdes; gente que ahora tiene credenciales crediticias por las que nunca se esforzó salvo el pago en divisas y la madre que ostentando un puesto clave, le da a su hija ausente  un master de indecencia.

En casa de Mary pueden encontrar todo tipo de tecnologías que se ha rateado de su centro de trabajo y tiene la bajeza de culpar a otras de su satrapía. Mary hace  como el director de una escuela que para otorgar cupos de estudios exige a sus representantes que le den para la casa de él y a la brevedad gigantescos tanques de agua y los captures de los diálogos son por todos conocidos pero Mary sigue por ahora  impune e inmune.

Al igual que ella,  las auras de quienes andan con Mary, son de colores sucios y su maléfica influencia enrarece todo el ambiente de trabajo. Todo el tiempo andan haciendo trampas, esparciendo chismes,  buscando pleitos, desafiando a las autoridades y queriendo desviar la atención sobre ellos viendo cómo construyen a inocentes en delincuentes.  Mary y sus cómplices son personas frívolas que le rinden pleitesía a los dólares mal habidos,  se burlan y carcajean de sus maldades y son una ofensa a toda la dignidad de lo puro y de lo correcto.

Mary es un personaje de tan mala entraña que la gente decente de su familia se aleja de ella como quien se aleja de la lepra.  

A Mary puede detectarse en cualquier institución por las siguientes características: es negativa, muy tóxica, mentirosa, agresiva, egoísta, hiriente, envidiosa, se la da de sabrosa y dolosamente altera toda la documentación que beneficie a quienes le pagan en divisas.  Solo por la impunidad que alguien le garantiza a Mary es que puede la gente decente, íntegra y honrada entender medianamente como esta pudrición puede permanecer en los centros de trabajo.  

Que detestable engendro y tan repugnante es Mary que cuando le pongan los ganchos muchas otras caerán con ella. Porque Mary cree tener agarrado al toro por los cuernos y siendo tan maléfica no se irá sola a la cárcel.

Apreciado lector, el seudónimo con el que denomino aquí esta putrefacción pudo llamarse Agosto o Abril pero en este artículo la llamé Mary un nombre de ficción, para proteger a la gente que aún merece el beneficio de la duda porque aún creo en la integridad de los otros meses del año.  Y  cuando me refiero a Mary me estoy refiriendo a la corrupción que todo lo corroe y que se burla de los trabajadores que no ganan ni siquiera 4 dólares de salario al mes, mientras Mary factura miles y miles de dólares mensuales y esta arrogancia producto de su inmundicia y de su oscura personalidad la mantiene altiva y olvida el largo brazo de la ley.  Caerás presa corrupción.  Todos te conocen y saben quién eres.

La gorda corrupción caerá  presa y dejará al descubierto todo el entramado de perversiones con los que la imagen de las instituciones se ha ido al piso. Irán presos con desprestigio y será una noticia pública, notoria y comunicacional

No hay comentarios: