martes, 16 de marzo de 2010

Si pensáramos

Si pensáramos…
Crisanto Gregorio León

Si pensáramos respecto del tiempo que permaneceremos muertos, asumiríamos el poco tiempo que permaneceremos vivos en ser mejores personas.
Mentiríamos menos o dejáramos de mentir, respetaríamos más a nuestros semejantes, no hiciéramos gambetas a nadie, no utilizaríamos el nombre de otro para achacarle nuestras responsabilidades y malas decisiones para salir airosos de deplorables acciones propias.
Si pensáramos más del poco tiempo que estaremos sobre la tierra, no dañáramos a nadie, dejáramos de lavarnos las manos como Pilatos y seríamos más honestos.
Digamos que el ser humano tiene un promedio de vida de setenta u ochenta años, aunque para los más optimistas bajo ciertas condiciones se podría extender a 120 años.
Pero comparando 120 años, con los siglos que perduran los difuntos en sus tumbas esperando la parusía o los años que llevan muchos desde su muerte; el promedio de vida es insignificante en relación con el que permaneceremos bajo tierra.
Si durmiéramos menos, disfrutaríamos más de las maravillas de la creación, invertiríamos el tiempo en más cosas provechosas.
Si pensáramos que realmente la vida es corta en comparación con la eternidad; buscáramos eternizar nuestra efímera presencia sobre el planeta siendo menos antipáticos y menos rígidos con nuestros hermanos.
Cuantas tumbas permanecen olvidadas incluso por sus deudos; cuanta gente es destinataria de anatemas por su crueldad y su petulancia. Y nunca se han puesto a pensar que nada cuesta ser más agradable y sincero; que mentir echándoles las culpas a otros nos degrada y nos hace pelmazos ante el espejo.
Si el poeta, dramaturgo y novelista Víctor Hugo tuvo razón al decir que la conciencia es la presencia de Dios en el hombre; muchísimos han de buscar que Dios permanezca en sus almas, para que les tenga misericordia; por tal o cual desazón en la que por creerse más astutos que los demás, aplastando a otros con sus actos o con su verbo o jactanciosos por su habilidad para salir al paso diciendo mentiras, no han hecho sino que su ángel de la guarda salga despavorido.
Si pensáramos sobre todo el tiempo que estaremos bajo la tierra, fuéramos mejores personas sobre ella. Disfrutáramos de la armonía de vivir, con menos rencillas, sin egoísmos, sin maldad.
Si pensáramos, admiraríamos desde otro punto de vista el batir de las alas de un colibrí.


Abogado
crisantogleon@gmail.com

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