miércoles, 15 de julio de 2009

Con bajo perfil

Con bajo perfil

Crisanto Gregorio León

 

            Muchos niños, jóvenes y adultos actualizados, saben lo que son los malware, spyware y adware, conocidos comúnmente como troyanos y que se introducen subrepticiamente en nuestros computadores cuando navegamos en la red.

            De estos troyanos, muy pocos son inofensivos, todos persiguen obtener información o destruir información, infectar el PC y acabar con él.

            Para defenderse de su ataque o hacerse imune, se instalan en los computadores herramientas de protección llamados antivirus.

            De igual forma sucede con los hijos, ellos son nuestros computadores y los padres somos los programas de protección, mientras la red es la vida real.

            Cuando los hijos se desconectan de sus programas de protección y hacen caso omiso a los consejos de  los padres, permitiendo que personas mal intencionadas manejen sus vidas en contra de las orientaciones maternas y paternas, consienten que la información amorosa depositada en ellos sea destruida y sus vidas sean manipuladas por el spyweare, los que se inmiscuyen en los asuntos de las familias para sabotear las defensas que los progenitores han instalado en sus descendientes.

            La mayoría de estas personas actúan ocultamente a escondidas, dando contraordenes y desorientando a los hijos, permitiéndoles lo que los padres les prohíben y bajo la falsa felicidad del libertinaje, los niños y jóvenes se sienten a gusto con esos nuevos comandos, a los cuales les es mas fácil obedecer, porque no hay reglas que los sometan y se sienten a sus anchas, mientras que sin percatarse de ello, se están labrando su propia destrucción.

            Sea esta una orientación que desde lo más profundo de mi ser, como padre regalo a los niños y jóvenes, y a los padres para que estén atentos contra estos troyanos, cuya única finalidad es desmantelar todo el trabajo protector que hemos depositado con mucho amor en los discos duros de nuestros hijos, sus cerebros, para que en su navegar por la red de la vida no sean destruidos.

            Cada generación habrá tenido la forma y manera de expresar estas preocupaciones para salvaguardar la integridad moral, física y mental de los hijos y en cada generación, en cada época hay troyanos acechando para introducirse con bajo perfil en la mente de nuestros hijos.

Si tan solo escucharan el consejo de los padres, muchísimos lograrían sortear con tino los escollos de la vida.

 

Abogado

crisantogleon@gmail.com

 

           

 

 

 

 

 

 

 

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