jueves, 9 de abril de 2009

De esto no se habla

De esto no se habla

La ley contra la violencia a la mujer y a la familia, prevé tantos supuestos de hecho que al parecer es muy completa, cerrando cualquier puerta a este aterrador flagelo.
Para contrarrestar el avance inmisericorde de la violencia contra las mujeres, el legislador venezolano ha establecido circunstancias que a través del tiempo y producto de la experiencia, han demostrado que son formas de ejercer violencia.
La violencia es deplorable en cualquier caso, sea ejercida contra quien sea, mujer u hombre, niño o niña.
El aforismo “la justicia es ciega” que alude a la circunstancia por la cual ha de castigarse a quien sea culpable independientemente de su credo, sexo, condición o estatus social, no puede confundirse con ceguera mental o ceguera en la percepción de la realidad ante denuncias temerarias, ficticias e infundadas que pueden tener por objeto intereses inconfesables .
Es tan previsiva la ley que se puede prestar a ser usada de manera injusta y malintencionada por quienes no tienen en cuenta la filosofía que la inspira.
La buena fe se presume y la mala hay que demostrarla, pero los hombres pueden quedar en absoluto estado de indefensión, cuando las lágrimas de una mujer sorprenden la buena fe de quienes están obligados a procesar la denuncia o de quienes odian la violencia de género y escuchan a una presunta víctima narrando circunstancias que conmoverían la fibra humana del más prevenido o de la más prevenida.
De todo hay en la viña del Señor. Hombres que ejercen violencia sobre las mujeres y los hijos, y féminas que histriónicamente pueden causar daños irreparables a los hombres denunciándolos falsamente, teniendo como arma letal la ley que las protege.
Entonces, ¿como estar alerta ante las circunstancias que pueda narrar una presunta víctima, que además construye evidencias falsas, dibujando al hombre como el monstruoso ser que les ha descalabrado la existencia?.
El sentido común, que es el menos común de los sentidos, las máximas de experiencia y no olvidar que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, son de gran utilidad para no caer en el engaño.
Esta bondadosa ley que persigue erradicar el maltrato a la mujer y a la familia, puede igualmente convertirse en un instrumento de altísima injusticia y mediante la cual se pueden hacer verdaderos mártires.

Abogado

crisantogleon@gmail.com

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