sábado, 28 de agosto de 2010

! Infracciones de tránsito!

¡ Infracciones de tránsito!
Crisanto Gregorio León

Hay situaciones en las cuales las infracciones de tránsito, no son valoradas como tales ni por las autoridades, ni por los propios ciudadanos, atendiendo a las circunstancias y a las vicisitudes de las personas. Desde luego son de carácter excepcional y ameritan una apreciación de igual perfil.
Verbigracia, cuando se persigue un delito “infraganti” y la autoridad se ve en la “excusable” necesidad de irrespetar las señales de tránsito para capturar al delincuente. O cuando por virtud de los menesteres rutinarios de la actividad policial, esta “irrespeta las leyes de tránsito” y los ciudadanos “justificamos estas infracciones” por tratarse de uniformados o vehículos con signos y señales policiales.
También, se cede el paso a una ambulancia con la sirena encendida, porque la buena fe nos hace abrirle camino presumiendo que lleva un paciente con alto riesgo de perder la vida. Esto es de carácter humanitario.
De igual modo las autoridades electas por votación, de común u ordinario escoltadas, se abren paso y no se detienen en ninguna luz roja y no hay señal de tránsito a las que se sometan. Y los ciudadanos comunes solo mimáramos expectantes como “razones de seguridad” parecieran justifican estas violaciones.
A ninguna autoridad de tránsito, ni a ningún policía municipal en funciones de tránsito se le ocurriría detener y multar una caravana en la que viene el alcalde o el gobernador a “trocha y mocha” sin que ninguna señal lo ataje. ¿Y cómo?
cuando un ciudadano común se ve en la necesidad de hacer caso omiso de una luz roja porque su salud lo amerita y su vida podría correr grave riesgo; entonces salen los invisibles policías municipales a multar al infractor que expresa tener padecimientos de salud y el gendarme indolente cual robot, como una máquina calculadora pensando en el porcentaje que percibirá por el monto de la multa que está imponiendo; hace caso omiso de las declaraciones del conductor, quien sin querer justificar la infracción explica su estado de salud.
Es preferible dejar impune a un infractor que se excusa en su estado de salud así esté mintiendo, que poner en riesgo la vida de un infractor al creer que está mintiendo cuando dice la verdad.
Faltan dosis de humanidad y civilidad. Se cuentan las ganancias y no las pérdidas.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

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