jueves, 13 de marzo de 2008

UN COPP PARA GENTE DECENTE

UN COPP PARA GENTE DECENTE
Crisanto Gregorio León

Nada es definitivo, sin embargo el corte humanitario, respetuoso de los derechos humanos, el avanzado pensamiento del legislador y la vanguardista filosofía que lo inspira, hacen del Código Orgánico Procesal Penal venezolano un código concebido para gente decente, para gente honesta, para gente que circunstancialmente por algún revés pudiera verse envuelto en un asunto indeseable. Está pensado pues, para una sociedad de alta civilidad, de gente respetuosa de las leyes, de gente que ha superado en grado sumo estados de barbarie mental y que perciben la sociedad como una organización ideal para la convivencia fraternal, con arreglo a pautas de estructuras donde la libertad es un bien muy preciado y donde la inocencia es garantía de la visión del juzgador, en tanto que la criminalidad sea un asunto excepcional.
Como se puede colegir, es un código de alta factura, creado con la mejor disposición del ánimo del legislador, que en su diseño posiblemente se quedó corto en la apreciación de algunas figuras e institutos pero que en su espíritu, propósito y razón se dejan dimensionar las elevadas bondades que constituyen las herramientas para la delicada tarea de administrar justicia.
De tal forma que es un código ex profeso para una sociedad civilizada - si es que cabe esta construcción gramatical - , y no para la incivilizada sociedad a que es destinada su ejecución y administración día a día.
Y no pudiendo el legislador crear un código para gente decente y otro para gente que no lo es, por cuanto además de ser altamente discriminatorio, sería un inaudito instrumento de represión, violatorio de los mas elementales derechos del hombre y de todos los criterios universales en materia del derecho penal, como sucedió con la tan mal usada y ya derogada Ley de Vagos y Maleantes; entonces la unicidad de criterios son recogidos en un solo cuerpo que estatuye los parámetros adjetivos del juicio.
Esta fortaleza orgánica que constituye la sustancia del COPP como instrumento de avanzada legislativa y su romántica visión son fracturadas por quienes divorciados de la sociedad arriba descrita, se aprovechan de las ventajas procesales que ofrece y logrando fragmentar sus prístinos ideales, su profunda filosofía respetuosa del hombre, de la libertad y de la presunción de inocencia, se acorazan ante tan noble instrumento logrando evadir la mano de la justicia.
Desgraciadamente el COPP “es mucho camisón pa’ Pepe”, es de un material jurídico intelectual muy costoso y sofisticado en la evolución del derecho procesal penal, incongruente con la naturaleza criminal que azota a nuestra Patria. Dicho plásticamente, nuestro COPP es una figura convexa que forzadamente se quiere ensamblar en otra figura convexa, o viceversa es una figura cóncava que se quiere acoplar a otra cóncava. Por lo que se requiere de una regulación procesal penal cóncava-convexa, que encaje con la naturaleza sociópata y criminal del delincuente que está y ha estado socavando la salud mental y espiritual del venezolano, su derecho a la tranquilidad y a vivir sin sobresaltos, una disposición adjetiva penal que infunda temor al delincuente , que devuelva el derecho de transitar libremente sin miedo a ser atracado , violado o asesinado, un instrumento que sin dejar de ser compendio de humanidad , no permita que las leyes sean burladas , por ser extremadamente blando y de naturaleza osmótica invertida , dejando fuera al delincuente y encarcelando al inocente .
Así los delincuentes redefinieron las siglas del COPP y lo utilizan como un manual de: Cómo Omitir el Proceso Penal.
Abogado
crisantoleon@gmail.com

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