miércoles, 14 de octubre de 2009

Esplendor de mujer

Esplendor de mujer

Crisanto Gregorio León

 

            Presurosas, hacendosas, diligentes y desafiantes; atentas, radiantes, motivadas y motivadoras; intuitivas, misteriosas, tiernas y fuertes.

            Adorables criaturas, complementos perfectos, deidades terrenales, compañeras ideales, caprichos sublimes, enigmas indescifrables, destinos queridos, sueños reales, pasiones ansiadas, amores concretos, horizontes buscados, ternuras del alma, voces acariciantes, hálitos de vida, cautivantes ninfas, vestales encantadores, virtuosas señoras, afanes luminosos, inteligencias desbordantes.

            Jardines encantados, montañas retadoras, cúspides conquistadas, noblezas encarnadas, bondades enraizadas, sufrimientos silentes, valentías impetuosas,  esplendores de amor, baluartes de firmeza, graciosos frenesíes, etéreas y tangibles, veleidades soportables, anclajes del hombre, deleitosos aromas , encuentros añorados.

No podría haber sido otra la magnificencia del creador al hacer a la mujer como idónea para el hombre, por no ser bueno que permanezca solo (Génesis 2:18). Así, el Señor de los cielos, le dio al hombre un maravilloso ser, que se conjuga entre el dulzor y las especias.

Con el paso de los años la mujer se torna mas hermosa, se tonifica, se intensifica, se irradia al derredor cual esplendor; como remontar los cielos en un ave  blanca que al ser perseguida por la mirada su luz nos deslumbra. 

            Es su esencia, la cadencia en su caminar, el éxtasis de su mirada y su respuesta al saludar.

            Lo impresionante de sus pucheros o el  enojo; pero mejor aun, su sonrisa que todo lo ilumina, las llenan de sobriedad como un "blend" de 33 años.

            La mujer evoluciona hacia estadios de mayor delicadeza, donde la sensatez que le entregan los años, las coronan  como reinas o princesas, que hacen nacer el anhelo en todo hidalgo que las admira y las añora.

            Ellas son la fascinación del hombre,  siempre primavera, reverdecer del espíritu.  La mujer es sin lugar a duda un alma sensible y sincera, revestida por una piel de seda que remarca su silueta… Para el conquistador Bonaparte "Una mujer hermosa agrada a los ojos; una mujer buena agrada al corazón: la primera es un dije, la segunda es un tesoro".

            Son bellas, fuertes y sensibles, cariñosas, intuitivas, sentimentales e inteligentes; pero lo más importante, solo ellas son dadoras de vida.

 

Abogado

crisantogleon@gmail.com

 

 

“Autonomía de cátedra”

"Autonomía de cátedra"

Crisanto Gregorio León

 

Insultar, ridiculizar, denigrar y humillar a los estudiantes, no son prerrogativas  de la "autonomía de cátedra"

Cuando es usada por quienes se jactan de preseas en su desenvolvimiento profesional para atropellar a los estudiantes o para desquitarse con inocentes de las propias carencias y frustraciones, ufanándose burlonamente de su capacidad en desmedro de la humanidad de un alumno o alumna; eso es deshonestidad  y es aprovecharse de la condición "superior" circunstancial que se tiene respecto del estudiante, para apabullar, para abusar, para ser cruel, para difamar e injuriar.

En tiempos de bárbaras naciones, colgaban de las cruces los ladrones; pero ahora, en el siglo de las luces, del pecho del ladrón cuelgan las cruces.

            Este pensamiento del escritor Hugo Fóscolo, que alude a la deshonestidad, lo traslado ex profeso a  la educación, para quienes son deshonestos y deshonestas con la esencia de "la autonomía de cátedra".

 Y aquí entramos en el  área del derecho penal, cuando el profesor o profesora utiliza el aula como un compartimento donde amparada o amparado con la mal llamada "autonomía de cátedra" comete delitos en contra de sus estudiantes.

             Luego se hace la chistosa o el chistoso para ganar seguidores que llenen su vanidad; para con ello despreciar y pisotear a la alumna o al alumno víctima y a quien decidió violarle sus derechos; tales como: el derecho a la educación, el derecho a la dignidad, el derecho a expresarse libremente, el derecho a ser tratado sin discriminación alguna, el derecho a no ser sometido a ningún tipo de tortura psicológica, entre otros.

            Hay quienes amparados en el mal entendido concepto de "autonomía de cátedra" ejercen sevicia sobre sus alumnos, entiéndase ésta como una crueldad excesiva donde el profesor o la profesora se lucen delante del auditorio en un acto de histrionismo ofendiendo y avasallando a su víctima.

            El o la  estudiante apenado a apenada por tan detestable actitud de la profesora o profesor famosísimo y excelentísimo, el mejor o la mejor en su área,  de quien no se tienen sino encantadoras referencias, es vapuleado por los propios compañeros para solidarizarse con el profesor y asegurar aprobar la asignatura y por el resto de profesores para curarse en salud y contar cuando les toque, con una solidaridad automática sin preguntas.

 

Abogado

crisantogleon@gmail.com