Dr. Crisanto
Gregorio León
Montevideo. Uruguay.
Agosto de 2021.
Este
artículo está dedicado a mis alumnos y
a todos cuantos han sido o están siendo
abusados por un psicópata narcisista.
¡Cuánta desgracia
para la gente feliz, cuando un psicópata narcisista se cruza en su camino!
Estos depredadores sociales solo ejercen maldad y perversión, siendo la peor
representación de un ser humano, si es que los podemos llamar humanos.
Causó
conmoción mundial todo cuanto se escondía tras una fachada de rectitud y
decencia de Russell Williams, el coronel fetichista, violador y asesino. Se
disfraza con ropa interior femenina y graba y fotografía las torturas a sus
víctimas antes de asesinarlas. Fue piloto de las Fuerzas Aéreas de Canadá y
sirvió a personalidades como la Reina de Inglaterra. Y se trata de un Coronel
psicópata narcisista.
Pues
la siguiente historia está enmarcada en el comportamiento oculto de un Coronel
psicópata narcisista en res nullius, donde se recoge parte de sus
andanzas y violaciones a las leyes, a la moral, a la ética y a los usos
sociales. Un Coronel enconchado en algún país latinoamericano, pero sin
abstraernos de su existencia en alguna fuerza militar de cualquier parte del
mundo. Desventuradamente para alguna institución el psicópata narcisista o el
sociópata narcisista pudiera estar ahora mismo a sus anchas en tranquilandia,
haciendo corrupción, cometiendo delitos y burlando las leyes y como toda
realidad nefasta, seguramente tiene de aliado a algún homólogo que en vez de
perseguirlo y ponerle los ganchos, ambos están asociados para delinquir proveyéndose
de dólares mal habidos con negocios ilegales dentro de servicios públicos
legales. Right now , en algún lugar indefinido de un país
latinoamericano tal vez o del mundo , dirigiendo alguna institución del estado,
sodomizando por ejemplo algún servicio público al que han corrompido y en el
que han establecido un sinnúmero de vilezas y componendas internas para hacerse
de sumas millonarias pues la codicia no los detiene.
Nos toca conocer
la historia clínica de un Coronel psicópata narcisista. Que al igual que el
sociópata no desarrolla conciencia, ni es empático. No experimenta culpas
ni remordimientos como tampoco acepta responsabilidad por sus desafueros éticos
y morales y a otros les endilga sus tortuosidades. Es un ladrón
comprobado, que despoja a las personas e instituciones de gigantescos volúmenes
de bienes, así sean del patrimonio social de la empresa por derecho
propio o de las donaciones que esta recibe, el psicópata narcisista las recibe
a su propio y personal nombre. ¡Qué conveniente! Y si se trata de personas
naturales, de personas físicas las despluma.
El descaro y el
cinismo. Es un individuo que miente con descaro, que bajo perfil y entre sus
monos voladores, defiende y practica con excesiva desvergüenza, impúdica
y deshonestamente hechos y situaciones que merecen desaprobación general.
Es un cínico por antonomasia; además de hipócrita pues finge
cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente
experimenta. En este introito es menester indicar que los reales sentimientos
del psicópata narcisista son el odio, la envidia y el desprecio hacia sus
víctimas.
El Coronel psicópata narcisista, es
un trastornado sin empatía, que le gustan los riesgos y las emociones límite.
Se aburre con facilidad, es promiscuo y adicto. No posee norma moral, ni
ética, ni respeto a las leyes. Manipulador, controlador, con falso
carisma. Una persona falsa. Un depredador social.
Este
Coronel psicópata narcisista es una falsa persona. Averiguar las intenciones de
una persona puede ser bastante difícil, y muchas veces enterarse
termina en decepción, pero afortunadamente hay formas seguras de detectar a
una persona falsa:
Las
personas falsas como este Coronel
psicópata narcisista, se
preocupan por el estatus social de otras personas. Si quieres saber cómo es
una persona observa cómo trata a sus inferiores, no a sus iguales,
Cuando una persona no está en realidad preocupada por su propio
beneficio no le presta atención al estatus social de los demás sino que se
centra en los rasgos y las características de su personalidad.
Una persona falsa por otro lado no está interesada en ti. Está
interesada en lo que puede obtener de ti. La persona falsa juzga
a las personas por cuan poderosas o ricas son.
Las
personas falsas manipulan a otros. Y este Coronel es un truhan de la
manipulación. ¿Te imaginas una persona genuina y feliz tratando
de manipular a alguien? No sólo una manipulación inofensiva sino usar viles,
crueles, denigrantes, desagradables métodos y un despliegue de maldad
insolente, para lograr que otros hagan
lo que es mejor para ella, sin importar lo malo que sea para alguien más. Esto
es exactamente lo que hace una persona falsa, como este castrense personajillo.
La
gente falsa anhela atención. Este Coronel psicópata narcisista, se
hace rendir pleitesía, verbigracia haciendo esperar por horas a las personas
que solicitan hablarle y él y sus
asistentes amaestrados – sus monos
voladores - , se regodean en una insana satisfacción expresando ¡que esperen
jajajaa! , mientras el sociópata o psicópata está encerrado en su oficina o
burbuja narcisista holgazaneando o dándole rienda suelta a sus parafilias. Y
echándoselo de importante en lo que inunda de atención a su ego
depredador. Las personas genuinas y
seguras por lo general no sienten un deseo ardiente de ser el centro de
atención en todo momento. La razón detrás de esto es bastante simple, a las
personas auténticas realmente no les importa lo que la sociedad piense de ellos
en el sentido de ser normales y corrientes; pero con las personas falsas la
situación es completamente diferente, sienten que les falta algo importante e
intentan compensarlo adelantándose en el juego, sin importarles quién salga
lastimado en el proceso. La persona falsa obliga con sus
actitudes a que le rindan pleitesía
La
gente falsa nunca escucha. Este maléfico depredador social, el
Coronel Psicópata narcisista solo se escucha a sí mismo, solo presta atención a
los gruñidos de su licantrópica personalidad y alardea de cuantos cargos o
puestos de alto nivel ha tenido y de las muchas personalidades que conoce y de
cuantos favores le deben. A las personas falsas les encanta hablar sobre ellas mismas, si conoces a
alguien que nunca te pregunta por ti y hace que cada tema sea sobre él mismo,
es probable que estés tratando con una persona falsa que no
merece ni tu tiempo, ni tu esfuerzo; como es el caso de este hombre nocivo que
ha desprestigiado el uniforme y no honra a sus padres quienes le inculcaron
valores que él ha desdeñado.
A las
personas falsas les encanta presumir. Este parasito Coronel es un
presuntuoso, pedante y jactancioso. Nunca es divertido escuchar a alguien que
presume de si y de sus hazañas. Si te
cruzas con una persona que no puede dejar de hablar de lo maravillosa
que es, existe una gran posibilidad de que estés hablando con
una persona falsa. Las personas genuinas están orgullosas de sus
logros pero no se jactan de ellos de izquierdas a derechas. En cambio
una persona falsa, sigue y sigue y sigue hablando de lo hermosa,
inteligente y fantástica que es su personalidad, de sus cosas y hasta de sus insignificantes
logros.
La
gente falsa rompe sus promesas. Pudimos indagar entre la gente
abusada por este Coronel depredador social, que malvadamente deja en mal a las
personas que él no considera importantes – recordemos que él se cree un Dios -
y cambia la versión de los hechos donde
él empeñó su palabra o cambia irrespetuosa y burlonamente lo que había dicho
negando lo que era evidente que habría salido de su boca mentirosa y cual patán cambia la palabra empeñada y
tergiversa los hechos, dejando como tontos o mendaces a quienes le solicitaban
el cumplimiento del compromiso adquirido. Da una imagen de ser la persona más
encantadora del mundo pero resulta ser un fraude y un mentiroso que nunca
cumple sus promesas; en cambio las
personas auténticas demuestran ser de palabra. Si tratas con
una persona que habla mucho de sí misma y luego desaparece o niega haberse
comprometido cuando llega el momento de actuar; definitivamente no es una persona con
la que puedas contar ni en la que debas fiar.
Las
personas falsas son oportunistas. Hay muchísimos episodios de entre los
cuales mencionaré solo este que trataré
más adelante y para que percibas la situación con este Coronel psicópata
narcisista, y podemos traer a colación la habilidad retorcida que tiene de
adueñarse y/o secuestrar las relaciones sociales de importancia que tiene su
víctima, mediante el infiltramiento sagaz. Las personas genuinas adoran pasar tiempo
contigo y nunca tirarán una amistad o una relación por la ventana, en cambio
las personas falsas ven la situación de una manera completamente
diferente. Les encanta estar a tu lado
pero sólo hasta que conozcan a alguien de un estatus social más alto o que
tenga más dinero; y no tienen escrúpulos de arruinar la relación
con tal de obtener de ti lo mejor que tienes. Te usan.
La
gente falsa desprecia a los demás. Es el caso de que este Coronel psicópata
narcisista, ataca la autoestima de sus víctimas, las desprecia, las odia por no
tener él lo que ellas si tienen; las
humilla, las hace sentir inferiores, les aplica técnicas oscuras de dominación
como el gaslighting. Una de las señales más obvias de
una persona falsa es que intenta lucir mejor a costa de otros.
Este tipo de gente como este militar sin honor, nunca duda en criticar
mordazmente a sus presas humanas para verse él más genial. Las personas genuinas,
por otro lado, hacen todo lo posible para animar e inspirar a sus amigos y
compañeros, mientras las falsas no pierden oportunidad para hacer
comentarios ofensivos.
La
gente falsa se alimenta del drama. Este psicópata Coronel es peor que
una comadre chismosa y enredadora, pues alimenta situaciones para que se
produzcan enfrentamientos donde victimiza a personas en tanto disfruta el
espectáculo. A este Coronel le encanta carear – confrontar entre si - y humillar a la gente por diversión y
entretenimiento.
Si ves que
tú amigo o compañero destruye la vida a otros constantemente , no pienses que
nunca te hará lo mismo , porque una vez que se aburra de ti o sea estratégico
para él o ella, puedes convertirte en su próxima víctima muy fácilmente y
te culpará de sus errores. Este militar psicópata narcisista además es alevoso.
Las
personas falsas son chismosas. Las personas genuinas tienen altos
principios morales que no les permiten hablar a espaldas de alguien. Si no les
agradas simplemente no interactúan mucho
contigo, pero las
personas falsas prefieren la hipocresía, mostrándose muchas veces
amables contigo, a la vez que hablan mal de ti a tus espaldas. Este Coronel es
la expresión más insidiosa de la hipocresía. El Coronel psicópata
narcisista actúa con premeditación y
ventaja, a la vez que prepara a sus monos voladores para que disfruten el circo
que él monta para dañar a otros.
Las
personas falsas sólo son amables cuando necesitan algo. Lo único que
le importa a una persona falsa es ella misma - como este
delincuente Coronel - por lo que ven a los demás desde la perspectiva de lo que
pueden obtener de ellos. Esta característica oculta puede ser bastante difícil
de notar desde el principio, pero desgraciadamente, todos en algún momento de
nuestras vidas nos hemos enfrentado a gente falsa, hipócrita, envidiosa y
desleal que nos han jugado malas pasadas. « Por eso prefiero rodearme de
personas que revelan su imperfección, en lugar de personas que falsifican su
perfección». (Charles F. Glassman)
Las
personas falsas desaparecen cuando más las necesitas. Este Coronel
psicópata narcisista , construye y propicia escenarios donde le crea problemas
a sus víctimas y al momento de buscar su intervención para dirimirlos porque se
produjeron por su orden y consentimiento ; entonces este psicópata desaparece ,
se niega o no corrobora que la situación se generó por su orden y cuenta. Todos y cada uno de nosotros hemos estado en
una situación difícil al menos una vez en nuestra vida, estas situaciones son
lo peor. Claro, pero muestran quiénes son tus verdaderos amigos ya que
los falsos amigos sin error a dudas desaparecen a la primera señal de problemas o
te los endilgan, o los evaden, o niegan haberte dicho algo sobre un asunto
puntual, o gritan o se enojan cuando les pides ayuda y si tienen un escenario y
público se lucen delante de los demás para apabullarte y dejarte mal a ti, para salir ellas – las personas falsas - como
las rectas y ecuánimes. Así es el comportamiento de este miserable Coronel. Los
psicópatas narcisistas empujan y programan a sus víctimas a cometer errores
para que una vez consumada la falta, la infracción, el error o el delito;
entonces ellos los psicópatas
narcisistas se erijan en los verdugos de sus víctimas, exponiéndolas incluso al
escarnio público, en lo que consiguen burlarse de ellas y ensuciarles su
reputación. Para defecarse en el buen
nombre de sus víctimas.
¿Sabes quiénes son depredadores sociales? Son maniáticos
depresivos, poco estables emocionalmente, adictos a algo, como a las drogas y a
las parafilias. Ellos tienen un sentido malvado, parasitario, de
engaño, de control y manipulación, en la que ejercen y tienen
perversiones. Utilizan a otros como títeres o marionetas y los controlan para
jactarse maléficamente de hasta dónde pueden llegar sin que nadie los
descubra, por ello generan en su entorno situaciones donde le rindan
pleitesía y sean idolatrados como dioses y terminan afectando la
autoestima y el patrimonio de personas y la imagen y el prestigio de
instituciones. Son peligrosos delincuentes que se esconden en una fachada
falsa. En verdad, son personas de las que uno no se puede confiar y a las que
se les debe neutralizar. Buscan saciar sus perversiones con personas
apetecibles por sus cualidades, imagen, talento o patrimonio. El psicópata
narcisista como depredador social cuando está al frente de las instituciones
sociales, las corrompe y las desprestigia.
Este Coronel
tiene una grave afección en la amígdala cerebral. Algunos estudios basados en
diversas técnicas de exploración por imágenes muestran que los mecanismos
cerebrales subyacentes a la impulsividad, inestabilidad emocional, agresividad,
ira y emociones negativas podrían estar en una desregulación de los circuitos
neuronales que modulan las emociones. En especial, se han observado pequeñas
diferencias individuales en cómo se regula la amígdala, un núcleo cerebral que
desencadena el pánico o la ira en respuesta a estímulos de peligro procedentes
de otras áreas cerebrales. Algunos individuos como es el caso de este Coronel
psicópata narcisista al que se contrae esta historia, tiene dificultades para
inhibir esta respuesta desde el área pre frontal. Se sabe que el abuso de
sustancias o el estrés empeoran esta capacidad de inhibición. Y sobre el abuso
de sustancias hablaremos más adelante cuando hace su primera incautación de
drogas. Este desadaptado psicópata es un consumidor de sustancias ilícitas.
De unos apócrifos
recogemos un diálogo con nuestro Señor Jesucristo, en el que San Vicente
de Paul le dice al Rey de Reyes: “Señor, si tú estuvieras en mi lugar, ¿qué
harías en esta ocasión?”. Y Nuestro Señor, dentro de toda su
omnipotencia, magnificencia y su gloria, en ningún momento mutiló ni
censuró ese paralelismo y sin interrumpir entabló el diálogo.
Imagínense, ni
siquiera el creador del universo se sobresalta, ni predispone, ni censura que
un mortal haga un inocente parangón con Él para impulsar ambos un diálogo. No
ocurre así con este Coronel trastornado psicópata narcisista, despreciable.
Estos depredadores sociales no permiten que se les compare pues las demás
personas son cosas u objetos como un mueble o una silla y ellos son Dioses. No
digieren la idea que alguien haciendo uso de los recursos del lenguaje pueda
hacer un símil para graficar un asunto. Aunque quien desconoce la verdadera
personalidad de un psicópata narcisista, su destructiva, maltratadora,
delincuencial y maléfica esencia, nunca cometería el error de
compararse con él. A veces pecamos por desconocimiento, y después nos crispa el
asco.
El psicópata - y
mayormente el psicópata narcisista e inequívocamente el psicópata es
narcisista, está enfermo de grandiosidad como es el caso de este Coronel y
podemos escuchar de su boca la siguiente expresión: “Yo soy un Dios, criaturas
ridículas, todos están por debajo de mí”, al estilo Loki in the Marvel Comics.
Tal como ha acontecido en innumerables ocasiones con este Coronel , una de las
cuales cuando ejerciendo la máxima autoridad de una empresa del Estado,
en un episodio donde un funcionario quiso hacer un símil comparativo para
explicar un punto solo a los efectos gráficos, le dijo al Coronel,
“supongamos que en ese caso no se trata de mi sino de usted” , a lo que el
Coronel replicó de forma violenta e impulsiva sintiéndose incluso destronado,
¡no señor usted no se compare conmigo, yo soy muy superior a usted! .
¡Váyase a la ver….!
Solo imagínense
la escena, a este Coronel endiosado en una oficina dentro de su burbuja
narcisista y grabando en videos con cámaras ocultas y con su smartphone y los
de su asistente, para recoger morbosamente un material donde humilla a los
empleados de la institución. Bueno, es que este desalmado trastornado además es
chismoso, recuerden que es una de las características de las personas
falsas, - se maneja como una comadre
brollera - , es un peligroso individuo que padece gran angustia e
inseguridad, lo cual lo impulsa a agredir, ya que en su mente se forman un sin
número de fantasías destructivas que lo llevan a tener esa actitud. El
propio arrogante, ególatra, cuyas expresiones dieron pie, junto a otras
manifestaciones psicopáticas y narcisistas de este Coronel, para impulsar
la presente investigación. Se trata de igual modo de un voyerista -
trastorno mental en el que el individuo siente placer sexual de observar,
muchas veces a escondidas - , que se complace morbosamente en registrar en
videos o le gusta grabar o filmar sus ofensas y a sus víctimas. Mantiene
un registro de las reacciones de sus víctimas cuando las ataca y básicamente cuando les ataca la autoestima. Pasa horas y
horas en una perversa satisfacción enfermiza observando a través de
cámaras ocultas a sus víctimas.
La grandiosidad.
Es una característica puntual de este trastornado. «Miren, allá en el cielo, es
un ave, es un avión, ¡No!, es el súper Coronel. En la tierra, el súper Coronel
tiene poderes y habilidades mucho mayores que de los hombres mortales». Este
psicópata narcisista está convencido de que es superior a todos.
Un hombre con
enormes complejos de grandeza, su estampa morfológica le queda diminuta
comparada con el mega hombre que se cree de sí mismo. Una característica propia
del psicópata narcisista es la de creerse un Dios, un ser superdotado, con
cualidades superlativamente superiores a todo mortal. Enfermo de majestuosidad
en la que Ángeles se extasían, es megalómano y protagoniza reiteradamente
perversiones en la que le dice a los empleados de la institución - pero que él
asume como suyos de su propiedad, sus esclavos, o sea que le pertenecen
como una cosa o un objeto, pues los cosifica - , «no conmigo no se compare yo
soy muy superior» , nada más le falta decir YO SOY UN DIOS, y lo dice
convencido de que él es una especie de Dios a quien todos deben rendirle
adoración y mantenerse sumisos y genuflexos ante tan colosal hombre-deidad.
Este sentido de grandiosidad, con un ego infladísimo es otra de las
características del psicópata narcisista. Las personas con trastorno de
personalidad psicópata narcisista sobreestiman sus capacidades y exageran sus
logros (lo que se denomina grandiosidad). Creen que son mejores que los demás,
únicos o especiales. Cuando sobreestiman su propia valía y sus logros, a menudo
también subestiman la valía y los logros de los demás.
Ya sabemos que además de un psicópata, se trata de un narcisista exacerbado,
diagnosticado psiquiátricamente y de connotaciones negativas. Con un rasgo de
la personalidad caracterizado primero por una baja autoestima, que trata de
compensar con una exagerada sobrevaloración de la importancia propia y de un
gran deseo de admiración por los demás. Cuando se siente menos ante otras
personas de quienes sabe poseen mayores virtudes que las suyas, trata de
apocarlas, vertiendo su psicopatía en expresiones gestuales o verbales de
grandiosidad para sí mismo, mientras que de desprecio y humillación hacia la
otra persona atacando su autoestima. Este trastornado Coronel, es una falsa persona, que se reconoce por
tener un perfil maltratador en sus relaciones, actuando de forma insidiosa y
velada con sus víctimas cuando le conviene, pero queda expuesto porque
igualmente en muchas ocasiones no puede controlarse a sí mismo. . Entre otras
estrategias para abusar de las personas utiliza el silbato de perro,
expresiones cuyos significados sólo son percibidas o escuchadas por sus
víctimas pues las demás personas presentes no las entienden porque el psicópata
narcisista no las dirige a ellas.
Los
desprevenidos y empáticos amigos. Entre tantas características parasitarias de
este Coronel psicópata narcisista como depredador social, podemos mencionar la
habilidad retorcida que tiene de adueñarse y/o secuestrar las relaciones
sociales de importancia que tiene su víctima, mediante el infiltramiento
sagaz. Toda amistad desprevenida de la
víctima es manipulada por el Coronel
Psicópata Narcisista. Lo explico de este modo. Es reiterativo en la conducta de
este maniático, que cuando una persona que está siendo víctima de este malandro
de tres estrellas oscuras, resulta que tiene entre sus amigos y conocidos a
alguien con peso e importancia social o institucional , en fin una persona de
influencia y respeto con ascendencia sobre este pervertido Coronel y entonces
pide la intercesión a su amigo o conocido para que hable con el psicópata
narcisista para que deje de atacarlo y deje de victimizarlo y cuando esta
tercera persona interviene y contacta al trastornado, este timador social el
psicópata se luce como bueno y afable, arguyendo que no tenía idea de lo que
está sucediendo o de lo que la mente de la víctima o de su recomendado le
estaba jugando una mala pasada y cuando esta persona a quien él considera su
cuasi igual – recordemos que para este trastornado nadie es igual de magnifico
como él – , le habla y le refiere al asunto;
entonces el psicópata se hace el “desentendido de los sucesos mediante
los cuales humilla, ofende , sobaja y mortifica a su víctima ” y el ofensor
cual actor instala otra trama , otra obra teatral y se hace deber favores . Y «eureka», el coronelillo hampón pone en movimiento todo un entramado maligno
y falso donde se apropia y se roba la
relación de importancia social que era de su víctima y quienes desconocen su
alterada psicología ni se imaginan la astucia artera de este personajillo y sus
juegos mentales. Por eso hay que advertir a los amigos de que se trata de un
Coronel psicópata narcisista integrado
retorcido, pervertido y ladino, que se encuentra encubierto, con el que hay que
ser condescendiente para salir de ese escollo.
Ineludible mencionar el caso de la mesa
de la infamia, que es la mesa de trabajo en equipo, donde el Coronel psicópata
narcisista aprovechándose de su ascendencia jerárquica, humilla con palabras y
gestos a las víctimas a quienes les dirige toda su maldad atacando la
autoestima de estas personas, abusando de ellas, en una expresión de la
jactancia y prepotencia de su poder circunstancial. Es un hombre cargado de
anatemas. Una misma porquería, la peor representación de un ser humano,
es este timador. En ocasiones, convoca reuniones para
despotricar de sus víctimas, para desprestigiar a sus víctimas y decir de
ellas cuantas bajezas, mentiras e infamias pueda crear su retorcida
mente, para dañar la reputación de sus víctimas, con tal de desviar la atención sobre sí mismo
y retratarse como un hombre de honor y de corrección, siendo el peor
delincuente enmascarado. Y sus monos voladores prefieren escuchar las calumnias
de este espectro maligno en contra de un inocente que no estuvo presente porque
cobardemente este vil Coronel se las ingenió para no invitarlo, pero gente
decente le informó lo sucedido. Es que
el Coronel psicópata narcisista es como el espejo maldito de la película de Oculus (2013) del Director Mike Flanagan.
La diabólica
inquisición. Recordemos que los
psicópatas narcisistas como este coronel, se afanan y se afincan en destruir la
reputación de las personas que convierte
en sus víctimas, desacreditándolas y colocando sobre ellas la mirada
enjuiciadora de las demás personas. ¿Y por qué lo hace? Lo hace porque él
quisiera ser lo que esas personas son, las envidia y por tanto persigue
ensuciarlas y desprestigiarlas para dar el mismo Coronel una imagen que no
tiene, para figurar él como el virtuoso de la institución, donde nadie le haga
competencia. En un mundo al revés, el
delincuente psicópata narcisista hace ver a su víctima como el problema, cuando
el problema es el propio psicópata narcisista, en este caso el Coronel
depredador social y ciudadano
enmascarado. De modo que los monos voladores ya inoculados de la maldad del
depredador social y con un prejuicio sembrado en sus cerebros secuestrados se
convierten injustamente en inquisidores,
juzgadores y sentenciadores del comportamiento de la persona que han
victimizado y el psicópata Coronel se hace ver como el impoluto hombre de bien.
Tomás de Torquemada les queda pequeño.
Se burla de los
puestos de trabajo de sus víctimas como inferiores al de él, como pequeños en espacio
físico, además de escarnecer de la apariencia física y la vestimenta de su
víctima. Olvidando el efecto búmeran, el karma o la justicia de Dios, como
deseen llamarla. A este trastornado y
depredador social le excita lucirse a costa de los demás y usa entonces para
esos fines o directamente la humillación delante de todos o el silbato de perro
que explicaré en otro artículo.
Olvidan sus monos
voladores que cuando dejen de serle útiles, el Coronel psicópata narcisista los
dejará colgados de la brocha. Se trata de un timador, sin honra, sin
honor y sin esplendor que no sea falso, perecedero, circunstancial y
efímero. No apunta a que se le recuerde por sus méritos sino por sus deméritos;
es en consecuencia un deshonesto y un desprestigiado, sin integridad, sin
ninguna moralidad. Intimida cobardemente a las personas cuando no se siente
observado y que sus actos quedarán inmunes e impunes , es un pávido si no tiene
quien lo respalde , que se escuda en las armas y en una
circunstancial posición de jerarquía en la empresa del estado que ha convertido
en su concha del crimen y con una fachada de licitud la ha desprestigiado y la
hace su centro de operaciones delictivas obteniendo furtivas, inusitadas y elevadas riquezas en dólares mediante la
extorsión y la venta de lo que salvo pequeños aranceles en condiciones normales
es de expedición gratuita, pero que la corrupción en ambas direcciones
facilitan su entrega a través de la red interna y externa de descomposición
moral y ética , además de los sobornos, el tráfico de influencias, la
evasión fiscal, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la
prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo y la cooptación .
Quienes han podido observar , mirar o presenciar en su realidad explosiva al Coronel
psicópata narcisista , en su plena expresión , de su trastornado comportamiento
, al descubierto , cuando la impulsividad propia de este depredador social ha
dejado desenmascarada su esencia y tal cual se puede percibir su
verdadero rostro y no el que oculta , han quedado estupefactos al no digerir la
idea de cómo un hombre que aparenta una impoluta corrección acomodaticia en
público, es en verdad un monstruo , lleno de maldad , crueldad y de deformaciones
de todo tipo que describen a la peor versión de un ser humano .
A este Coronel psicópata narcisista se le diagnostica, según el DSMIV (Manual
de diagnóstico de Psiquiatría) dentro de los Trastornos de Personalidad, con un
Trastorno Antisocial de la Personalidad
y sea útil este expediente para
describir , registrar y evidenciar la prognosis de depredador y parásito, pues
constituye una información para que la sociedad se entere de sus
comportamientos y características, para estar alerta en su acontecer diario de
personajes que siendo psicópatas narcisistas o sociópatas complican o destruyen
con crueldad y malignidad, además de jactancia y prepotencia la vida de
otras personas o de las instituciones y que las víctimas no comprenden que es
lo que sucede con gente así que aparenta normalidad, como el caso de este psicópata
integrado; pero que constantemente tienen un plan perverso en donde la
manipulación y el control son sus armas esenciales. Es una descripción de
una patología desde sus inicios, que es un tipo de trastorno mental
caracterizado por la alteración del carácter o de la conducta social de esta
persona, que además se hace de un club de fans siniestro , o cómplices
que son sus monos voladores , a quienes el psicópata narcisista los ve como sus
lacayos.
Otras situaciones
enfermizas se generan en este ambiente , ante la ayuda y asistencia de las
esclavas sexuales , donde se producen desafueros morales y hasta
anticristianos, por embelesamientos de algunas empleadas que les gusta el
sometimiento, la sodomización, las relaciones adulterinas e hipnotizadas por
fantasías enfermizas personifican a Anastasia Steele. Pues no atisban que se
trata de un psicópata narcisista y son brazos ejecutores de las perversiones de
un maniático y sin miramientos dañan a las víctimas de este desalmado
Como es el caso de Sussana. Aberraciones como estas, le dan
combustible a las corrupciones del psicópata narcisista.
Sussana se
encuentra dominada por las pasiones, no hay formación académica ni cristiana
que la hagan razonar sanamente, sino que su mente y su corazón se encuentran
secuestrados por ese enamoramiento adulterino que la mantiene servil a un
psicópata. Incluso traiciona sus códigos éticos y persigue a gente honesta con
tal de satisfacer las perversiones del siniestro. Es falsa y enconadamente con
los que a su juicio han quedado al desamparo del mañoso hombre a quien ella
justifica mientras le asalte su intimidad, lo que en sus sueños húmedos es
recurrente; porque desea que juegue con
ella y en su erotopatía todo lo permite si encuentra que el depredador la tome
en cuenta.
Sussana lo mira
fijamente a los ojos, buscando la química cómplice que la autoriza a seguir con
el juego donde lo imita rebuscando su aceptación. Ella es la tercera en la
lista de las esclavas del enfermo. Pero en sus fantasías le gusta ser la
Anastasia Steele en todas las inmoralidades que le provea el psicópata
narcisista. Ni su esposa ni su amante
son tan entregadas a satisfacer al patán mejor que Sussana. Ella les hace la
competencia desleal. Cuando lo mira, cuando escucha su nombre y cuando está a
su lado, su brillo foveal la delata.
Sussana, se desvive por agradar al psicópata,
incluso en contra de toda regla moral hace que su propio esposo le sirva a su
amante bandido, desde el bajo escondrijo de su indecencia, con una moral de
bota ancha. Sí, Sussana está casada con
un buen hombre y tiene descendencia con él, pero ella desde que entró en los fogueos insanos con el psicópata
narcisista ni se respeta a sí misma, ni respeta a su matrimonio. No le importa
que idea puedan tener de ella el resto de la gente ni sus compañeros de
trabajo, ni siquiera Dios. Ella se deja
manipular del psicópata y él «le come el coco»,
se aprovecha permitiéndole ese acercamiento lastimero usándola para sus
fines vengativos, de envidia, ilícitos e inhumanos. Pues Sussana «está loca por su amor». Por el
amor de un hombre que no es su esposo, que circunstancialmente es su Jefe.
Pero ella ha preferido hacer
apostasía con tal de saciar los deseos de su enamoramiento insano, mientras
hace adúltero a su inocente cónyuge.
Se escuchan de
los labios de Sussana las defensas a
ultranza que hace de su jefe el malvado narcisista. «Él es así y ni tu ni nadie lo cambiará, no
ves su suficiencia, su don de mando, su personalidad avasalladora, es amigo de
gente de poder e importancia»; son expresiones por las que Sussana protagoniza
borrascosas adulaciones hacia el depredador social que la tiene rendida a sus
perversiones. Los pecados capitales han asaltado el alma vanidosa
de Sussana, pues la soberbia, la
avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza espiritual son
las banderas que serpentean en su esencia.
Sussana lo adula
y se entrega a los deseos de su insano amor oculto en una vorágine de
injusticias hacia otros, a quienes les miente, los insulta y los humilla al
saber que están pasmados atravesando momentos de grande susceptibilidad por
materializar ella y el psicópata innobles actos en su contra. Y ambos se
sienten justificados, se sienten orgullosos de sus maldades y Sussana
experimenta en su erotopatía clímax de fruiciones ilícitas.
Y si bien existen
las técnicas oscuras de dominación como el gaslighting, en este caso ha sido
Sussana quien como cachorra juguetona que expone su panza, le ha abierto las
puertas de la sodomización y de los juegos mentales por su embelesamiento
adulterino.
¿Acaso conoces a un Coronel así, o eres uno de sus monos voladores? Es que los
monos voladores copian o imitan las detestables conductas del psicópata
narcisista y obedecen sus órdenes criminales, como es el caso de Sussana que le
gusta cohonestar con el pecado haciendo apostasía, cede a las tentaciones, a la
inmoralidad sexual hasta de pensamiento
y a la codicia; incluso si para complacer al psicópata deba pisotear los
Derechos Humanos, la decencia o hasta al
mismísimo Jehová de los ejércitos. Un servilismo y esclavismo psicológico,
además delincuencial y ninguna autoestima – estas personas que fungen como
espías o esbirros no se quieren a sí mismos- , además que dejan enemigos en el
camino por obedecer al psicópata narcisista, el cual es un personaje tan
oscuro, tan dañino para la sociedad y los monos voladores hacen apología
de este delincuente. Son su club siniestro de fans, que como rebaño obedecen y
emulan al psicópata narcisista, para sentirse superiores o congraciarse con el
depredador social. Que como Ángeles malvadas traicionan a los suyos por ese
enamoramiento adulterino en el que se les caen los blúmeres por el Coronel
psicópata, que las embauca retorcidamente, pero son sus monas voladoras y
sus monos voladores. Aunque no se engaña a quien se sabe engañado y a estas
esclavas sexuales, con sus deformaciones psicológicas, les gusta que el entorno se entere que son
servirles del malvado y que este les delega poder, tanto poder como el del psicópata, así
entreguen su alma a Satanás por el daño que hacen a sus hermanos, al prójimo.
Estas mujeres de esta anchura moral viven y disfrutan con estar junto al
Coronel en su salsa psicopática en la que veneran a un desquiciado sintiéndose
protagonistas de viles, lacerantes y atroces escenarios.
Tanto el Coronel psicópata narcisista produce un daño psicosocial, como
los monos voladores que alcahuetamente no le dicen ni una palabra de reproche
moral, pero es entendible pues participan de las ganancias producto de la
corrupción. Si eres un mono volador o una mona voladora disfrazada de
Ángeles y estás consciente de la maldad que haces, no te dejes seguir
utilizando como una marioneta de este perverso Coronel. Ahora si eres perverso
como el psicópata narcisista tu alma seguirá a la de aquél en los tormentos
eternos.
Nos referiremos a lo largo de este artículo al paciente, como al trastornado
Coronel en parangón con Russell Williams, sabiendo ustedes que desde el inicio
al epilogo se trata de un psicópata narcisista que para infortunio y calamidad
de la sociedad logra llegar al grado de Coronel, desde donde
perfecciona la criminalidad y la delincuencia a través del robo y el hurto, las
drogas, el soborno y el chantaje, el cohecho , el control del miedo y de los
recursos para provecho propio, la manipulación, el engaño, la mentira
entre otras invirtudes.
Con una tendencia natural a hacer el mal y con historial de
problemas de conducta, al futuro Coronel,
de niño sus padres no logran enderezarlo. Él protagoniza actos realmente desconcertantes o
espeluznantes, bochornosos, reprochables e inmorales. Cosas que no
se conciben que pueden provenir de un infante sano mentalmente, porque se trata
de conductas psicopáticas narcisistas. Su padre, un hombre rígido de carácter,
no encuentra forma para que su hijo deje de robar y deje de vender las cosas
del hogar y de otras personas, porque se está entrenando como
ladrón. Su señora madre una dama muy correcta, se llena de tristeza al
ver que su hijo tiene un desorden de la personalidad, que aun cuando ella no
sabe cómo calificarlo médicamente, si entiende que no es habitual que un
infante se comporte como lo hace su criatura, que además se cree mejor que los
demás niños e incluso que los adultos, él siente que es grandioso y tiene un
egocentrismo escalofriante, que nadie puede compararse con él. Algo malo ocurre
con su hijo. Que además es mentiroso compulsivo, es un mitómano, es un
mentiroso crónico. Característica esta de su personalidad, que le agrada
grandemente a este niño , pues se sacia y se place en la mentira, y en su vida
de adulto siente complacencia e incluso defiende a quienes logra enfermizamente
identificar como mitómanos igual que a él y sobre todo cuando eso le deja
ganancias y máxime si son dólares. Sus padres le capturan las mentiras y él se ríe a media jeta o a media cara,
con el rostro perturbador, una sonrisa maliciosa y
predadora, prolongada, por lo que se puede sospechar de una personalidad
antisocial psicópata o sociópata.
También luego de
andar con una pandillita que tiene, se presenta en la casa de sus padres
con diversos objetos robados y de distinto valor, que los vende y se hace
de dinero. – Apenas tiene 10 años y se escapa del hogar por fisuras
convenientemente acondicionadas por el pequeño bribón y lo hace sigilosamente ,
en silencio para no advertir ni que no está ni donde está - , comportamiento
que de adulto lo singulariza al llegar a sus oficinas o al llegar a sus casas a
hurtadillas . Hacer todo furtivo, de llegar a escondidas a la casa o al
trabajo y de salir a escondidas cuando así lo planifica en tanto eso le
garantiza mantenerse encubierto de sus crímenes, corrupciones,
desviaciones y adicciones. Ya descuella como un delincuentillo, actividad
preferida por los psicópatas narcisistas.
Lo llaman el
psicópata albañil, porque en cada región donde lo envían, allí se construye una
mansión con dineros provenientes de la corrupción, y se compra vehículos para
sí y para sus parejas de ocasión, porque así como su personalidad está
adulterada, su vida es un continuo adulterio. Los vecinos de una de
las tantas casas que construyó y construye con los dineros mal habidos,
producto de trampas, cohecho, corrupción, tráfico ilícito de drogas,
etc., pues es su modus operandi que en cada localidad donde le asignan funciones
él levanta con una inmediatez delincuencial una mansión de por lo menos
tres plantas y estos vecinos lo describen como un hombre extraño, misterioso
que oculta algo, antisocial, que se esconde, pedante y jactancioso en sus
pocas apariciones en público.
Ya muchos
empleados de alguna de las instituciones a cargo de este psicópata
narcisista, narran como el Coronel llega cada vez que puede, como un humo
que se desliza a escondidas o a hurtadillas para que nadie
advierta su presencia en el afán de capturar a algún trabajador haciendo algo
indebido , no para corregir el suceso , sino para extorsionar al empleado y
sumarlo a su banda de delincuentes y esbirros personales; pues lo indebido,
ilegal e incorrecto es privativo de él y de sus monos voladores. A los
aprendices de ladronzuelos los extorsiona y los suma a su club de monos
voladores. En cualquier caso busca como ensuciar a alguien para
tener coartadas que lo exculpen y justifiquen de sus propios delitos en caso de
que se abra alguna investigación en su contra, haciéndose de chivos expiatorios,
a quienes tener en sus manos por saber
algo penoso de ellos, adjudicándose esclavos que obedezcan sus órdenes
delictivas y poder además ejercer manipulación y control.
Llega a
hurtadillas con el objeto de sorprender y hacerse el invisible para poder
ejercer control desde las cámaras ocultas y sabemos que ejercer control es lo que más hacen los
psicópatas narcisistas. Les obsesiona controlarlo todo en tanto se garantiza que
su mundo criminal se mantenga a salvo de quienes lo puedan descubrir e incluso
de otros depredadores sociales como él. Llegar a escondidas o hacer creer que
está en su oficina o que no lo está es un ardid en el juego psicopático
narcisista de este peligroso hombre y falsa persona, que custodia como todo
depredador su burbuja narcisista.
Un singular
episodio en la niñez de este
coronelillo, ocurrió con un camioncito de volteo de plástico que le robó al
vecino y cuya posesión no tiene forma de justificar y por lo cual llena
de pena y de vergüenza a sus padres, quienes no comprenden por qué su
hijo, teniendo muchos juguetes y otros camioncitos de plástico, éste opta por
robar. Pero es la envidia y el afán de
tener lo que a otro le pertenece aunado a la adrenalina que a este niño le
genera hacer cosas prohibidas legal y moralmente reprochables. En otra ocasión
le dio de palos a unos pichones de paloma solo por el placer de ver como no
levantaban vuelo. Le refirió a su mamá, riéndose malévolamente a media jeta,
“jajaja ya no podrán volar”. En otra ocasión metió un gato al congelador
y se extasiaba escuchando los desgarradores maullidos del minino, y luego lo
sacó muerto por congelamiento. Estos son solo algunos episodios de las
perversiones de niño de este trastornado Coronel. El sadismo lo practica por el
resto de su vida y significativamente en su ejercicio como Coronel es un
déspota, al menos que negocien con él pues deja un abanico abierto para que lo
corrompan y eso le excita y le deja ganancias en dólares o euros. Es una
hetaira de la moral.
Este
psicópata narcisista cuando niño, al ser regañado y verbalmente
sancionado, para nada siente ni pena, ni remordimientos. Se sigue
comportando reiteradamente como si nada hubiera pasado y reincide en las mismas
vilezas, maldades y atrocidades. Es exclusivamente burlón, se mofa de sus
víctimas, de su apariencia física, de su vestir. Conducta ésta que ejerce
repetitivamente de forma indecente a la edad adulta. Mantiene la vida
parasitaria propia del psicópata. Por otra parte es perverso o aberrado con las niñas. Con los
años se descubre que igual siente atracción por los niños o los varones
adolecentes. Es una de sus adicciones de adulto, la promiscuidad y la
bisexualidad, además patológicamente la pedofilia y la pornofilia. Por
muchas morbosidades cometidas en la familia, de niño y en la escuela es acusado
reiteradamente con sus padres. Su papá no lo aguanta, no lo soporta, lo da como
un caso tan siniestro y retorcido, por eso insistentemente le manifiesta, «cuando
estés en edad te voy a inscribir en la escuela militar para que te forjen
carácter». Pero el niño maliciosamente saca a flote un encanto timador para
salirse con la suya; otro tipo de sonrisa, una conveniente sonrisa
embaucadora, un carisma que finge y que lo ayuda habilidosamente a
zafarse de los problemas en que se mete y que para él solo son situaciones
límite que lo mantienen en una «emoción psicopática». Son patologías propias de
un niño psicópata narcisista. Nótense los dos tipos de sonrisas de este
paciente, una sonrisa embaucadora para engatusar a su público y una sonrisa
malévola como señal de satisfacción y engreimiento por el logro de sus
escabrosidades en obsequio a su retorcida mente y diabólicos juegos
mentales.
En su carrera
militar ya de adulto se descubrirían otras fantasías incontrolables del
Coronel, entre las cuales se citan que en el salón de la
oficialidad cuando era primer teniente se observaba cómo se descomponía con sus
subalternos y superiores afeminadamente al ingerir licor. Sus preferencias lo
identifican y pormenorizan desde entonces.
No siente
compasión. Entre tantos episodios llenos de maldad en los que de niño es su
artífice , podemos mencionar que en una oportunidad le prendió fuego a un
cachorro solo por el placer de ver como el animalito lloraba, gemía y se
desesperaba mientras se chamuscaba y esto le causa a este niño un placer
insano, una excitación en la que se regodea al presenciar el sufrimiento del
cachorro, un retorcido placer que se garantiza a lo largo de su vida con actos
perversos en contra de otros animales pero morbosamente en contra de otros
seres humanos, de muchos subalternos , en los que escogería de víctimas a empleados de los
Despachos en los que fungía como Jefe. Adviértase que este desalmado Coronel
asume que él es propietario de los empleados, que son sus esclavos y así los
mira y los concibe en su malévola mente. Para su deformada mente los empleados
de la empresa del Estado, no son personas libres que trabajan para una
institución del estado, ¡no! El psicópata ve a los empleados como de su
propiedad personal, como marionetas y cosas a las que hay que utilizar y que le
deben pleitesía y sumisión.
Es malvado con
los animales, lo que a través del tiempo y por disimular ante su ambiente
procura disfrazar y tiende a camuflar. Un amiguete le recomendó tener un
perro para hacer terapia, pero cada vez que puede de modo encubierto
lastima a los animales, entonces retoma las andanzas de su psicopatía infantil.
Él se va integrando al ver las reacciones de su entorno, pero no cambia, ni
cambió, en esencia es psicópata y eso no tiene cura. No hay opción, el
psicópata narcisista es la peor versión de un ser humano. Entonces él hace gala
de su falso carisma y de su encanto perverso y se zafa de sanciones, por el
amor que sus padres le tienen. Se formó como un maligno de la mentira,
desde chico demostró ser un mentiroso compulsivo. Su sonrisa despectiva a
medio rostro le delata, su maléfico engreimiento y su satisfacción personal por
la maldad que comete.
No olvide el
lector que el psicópata narcisista, se vale de una imagen que construye sobre
sí para manejar y manipular su entorno, a la gente que lo rodea y cual actor o
histrión se hace de un falso encanto o un falso carisma, pero con una visión egocéntrica
en la que se cree magnífico y está convencido de que nadie puede
superarlo ni en astucia, ni en habilidades, ni en inteligencia. Este depredador
social, se ensalza de grandiosidad mientras cosifica a las demás personas.
Puntualicemos además que tiene una vida parasitaria, no produce sino que chupa,
roba, hurta o estafa a otras personas o a las instituciones por las que pasa en
funciones de jefe. Es la corrupción en su más malvada y asquerosa expresión, en
lo que ha perfeccionado hacerla bajo perfil, pero los signos exteriores de
riqueza lo delatan.
En su infantil
etapa son muchos sus conflictos en las relaciones personales e
interpersonales o ataques físicos y al autoestima de otras personas,
regularmente ataca a sus compañeros de estudios, a sus condiscípulos y a sus
vecinitos y primos, es de niño un azote para quienes deben soportar su
violencia física, sus juegos mentales y la maldad verbal que este les propina
en su locuacidad insultante y denigrante; además se roba o hurta cosas, ser
ladrón es una de sus pasiones. Es puntualmente vengativo con los compañeros que
obtienen mejores calificaciones que él y planifica y les hace maldades y
atrocidades, pues ningún niño puede tener la osadía de superarlo, ya que él
siente que es mejor que todos. Siente
complacencia en engañar a otros niños y presume de ello. Desde pequeño
demuestra sus vicios y resabios como ladrón. Comenta su mamá que cuando falta
algo en casa, es el niño quien se lo roba y lo vende y anda con dinero producto
de sus malas mañas, al robarle de su casa o al robarle a sus compañeros en la
escuela, o a los familiares. Se entrena en su vida parasitaria que
lo personaliza el resto de su vida. Entre una de las características
diagnósticas de las clasificaciones existentes sobre los psicópatas, tenemos la
del Doctor Robert D. Hare, y es la vida parasitaria; es decir, viven de los recursos
de los demás y como cualquier parásito, se alimentan y se nutren de las
personas que tienen alrededor y necesariamente de la pareja, y si tienen a su
cargo una institución o una empresa social, la corrompen y desprestigian. En el
caso de este Coronel psicópata narcisista, solo ha vivido de la corrupción. No
produce, sino que chupa y chupa a otros y todo cuanto tiene patrimonialmente es
resultado de su vida parasitaria y de corrupción. Este coronelillo solo sabe chupar y no
sabe producir que no sea
corrupción.
A este
coronelillo psicópata narcisista le es connatural ser ladrón, de infante lo
practica consuetudinariamente, se roba lo que está a su alcance y se convierte
en un luzbel del camuflaje, engaña a todos los que puede seducir con su falso
carisma y se hace de una pandilla que lidera. Su presencia es un horror
para quienes conocen su personalidad. Son niños de su edad, a los que él
controla y manipula, pero sobre los que también ejerce violencia física y
psicológica; son sus primeros monos voladores que lo tratan como al jefe y se
garantiza ser el anti líder, un anti líder siniestro, que a lo largo del tiempo
buscó puestos de jerarquía para poner en práctica su psicopatía. Observaremos
que si no se siente jefe que manda y si no tiene quien le obedezca se siente
vacío, pues manipular y controlar es su combustible.
Como pueden darse
cuenta, ya desde niño este Coronel
psicópata narcisista, se entrena en patear y en darle la vuelta a
las reglas, a violar las leyes, a contrariar la moral y a vivir pisoteando la
ética. En todo momento busca como irrespetar los usos sociales y burlar las
prohibiciones, para él es un reto y le llena de adrenalina vivir al
límite al saltarse las verjas. Y solo es un niño, figúrense ustedes en lo
que se convirtió de adolescente psicópata narcisista o de hombre psicópata
narcisista.
Hay prolijidad de
acontecimientos que por razones de la extensión de este artículo no se pueden
pormenorizar, pero no queremos igualmente
mutilar la etapa adolescente y la adulta.
La erotopatía del
Coronel psicópata narcisista. Aunque es
adicto al sexo, a las drogas, lo es también a la mentira compulsiva, es un
mitómano. Aunado a eso le complace ver
sufrir a las demás personas, es un sádico en toda la extensión del término,
pues además entre sus parafilias es pedófilo. Causar dolor y atacar la
autoestima de sus víctimas es una de sus peores invirtudes. Parejas describen
como en el sexo es insanamente obsceno, perverso y sádico; utiliza unas pautas recurrentes de conducta en las
que le es necesario acudir a una serie de objetos, rituales y situaciones poco
usuales para obtener la satisfacción sexual completa, es voyerista le complace
sexualmente pasar horas espiando a través de cámaras ocultas a sus víctimas
sean empleados o no de la institución donde funge como jefe, tiene fetichismos como usar leotardos durante
el sexo; vestirse con ropa interior de niña y una infinidad de perversiones en
los que los impúberes son su delicia.
Además de
que humilla y esclaviza a sus parejas mediante la técnica luz de gas,
"Gaslighting" es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es
manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria.
Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva, que
es usada por el maltratador para someter y anular a la víctima. Una forma de violencia
sutil pero muy efectiva, que acaba provocando que la persona sobre quien se
aplica se convenza que está perdiendo la salud mental, despojándola de su valor
en sí misma y haciéndola creer que no es nadie sin la ayuda del
maltratador, que él es quien le permite ser algo en la vida y que sin él no es
nadie, ni es ni podrá llegar a ser feliz. Le quita su autoestima y
la abusa sexual y psicológicamente. Este Coronel psicópata narcisista ha
perfeccionado esta técnica de dominación para destruir y someter a sus víctimas
y a sus parejas. Es un hombre medianamente inteligente, pero peculiarmente
perverso.
Este Coronel,
psicópata narcisista se ha convertido al tipo integrado, está
encubierto, cosifica a las personas y las ve como medios para alcanzar sus
propios fines. No muestra empatía emocional, pero sí empatía cognitiva.
Comprende las emociones de otros, pero es incapaz de ponerse en su lugar. Usa
esa comprensión para manipular y ejercer dominación. Para este psicópata
narcisista, las reglas solo aplican si lo atrapan y hasta ahora ha tenido
muchos cómplices a lo largo de su carrera militar y en su mundo como parásito.
Hay problemas
estructurales en el sistema límbico de este personajes [Coronel psicópata
narcisista]. Los procesos de selección para el ingreso a la vida
militar, no eran tal cual son hoy, pero que a los fines de ser gráfico
los homologaré aquí a los actuales procesos en cuanto sean aplicables. Con
grandes resistencias y con peligrosas alertas, singularmente de a quienes
les correspondió hacerle los exámenes psicológicos y psicotécnicos, los
test proyectivos y los psicométricos. Se le presentaba cuesta arriba a este
siniestro personaje entrar a la Escuela Militar. Los test proyectivos dejaban
muchas verdades expuestas, y los expertos y especialistas en psicología y en
psiquiatría lograron el hallazgo de evidenciar que algo no está bien en el
comportamiento aparente ni en el comportamiento subyacente de este aspirante a
la vida castrense. Al indagar en los laberintos de la mente de este aspirante,
se encuentran problemas a nivel de la amígdala y que su cerebro tiene alterado
el sistema de recompensas. Sí, en efecto, los expertos de la mente y del
comportamiento lo dieron como no recomendado. Encontraron en el
desalmado, un joven medianamente inteligente, pero de mente retorcida,
por lo que no recomendaban su ingreso a esta fuerza castrense. Que su
ingreso al honorable cuerpo militar
sería una mancha que pondría en tela de juicio incluso la ética y el
profesionalismo de quienes permitieran esa aberración. Pues el desalmado no
tiene el perfil psicológico para asumir diáfanamente funciones militares.
Nótese como el Coronel Russell Williams también trampeó evadir estos
controles.
Pero, como «arte
de “magia» el desalmado joven psicópata narcisista, el joven aspirante
logra entrar a la Escuela Militar y empieza a deshonrar a la institución. Unos
tíos y amigos de la familia, se supo después, influyeron para que
este no recomendado, al fin lograse entrar al honorable
cuerpo militar. Con el falso halo con el que se hace identificar, y con
una cara de quien no mata una mosca, con una cara de huevón, el trastornado, el
desalmado empieza a hacer de las suyas. Rápidamente se hizo de una camarilla,
que por supuesto son sus nuevos monos voladores en la vida castrense.
Aquí en los
ascensos, hay un limbo en esta exposición que no abordaré porque es tan
indecente, tan tortuoso y tan funesto de parte de este psicópata narcisista,
que prefiero censurar. Solo fantaseen lo que hace y es poca su
imaginación así la dejen volar. Recuerden que para el ingreso a la carrera
militar se le calificó como no apto, como no recomendado. Y por sus insanas
estratagemas para lograr siniestramente sus objetivos, protagoniza detestables
actos de bajeza, mediante el uso de tortuosos y oscuros procedimientos.
Siempre tiene un padrino o amiguete cómplice que hace el trabajo sucio por él. Es que él deja que otros
hagan su trabajo indecente, para él quedar distanciado de los sucesos y nunca
piensen en la intervención de sus manos, de sus juegos mentales, de sus
patologías y de su maldad. Este psicópata tira la piedra y esconde la
mano, o busca a otras manos que tiren la piedra por él y que nadie se imagine
que él es el titiritero. Sus títeres son sus monos voladores que lo justifican
y quienes creen cejijuntos en este timador infeliz, a veces por inocencia otras
por conveniencia al participar en sus delitos y de las ganancias furtivas que
su criminalidad les genera. Es de tener
en cuenta, que este Coronel, todo lo altera y todo lo vicia. Nada de lo que
pasa por sus manos ni tiene pureza ni es en esencia tal como lo expone o la
exhibe, él es una estafa como persona. Una colega psicóloga que lo conoce como
a una radiografía, expuso en su diagnóstico presuntivo: A este Coronel
psicópata narcisista no lo subestimen ni en maldad ni perversión.
El psicópata narcisista
llegó hasta Coronel. En este jerarquía se hace como de costumbre de una
camarilla de gente con baja autoestima , los monos voladores de ocasión , de
aliados o cómplices dentro de la fuerza , que en el futuro le alcahuetean sus
desmanes y malas costumbres – la inclinación al robo entre muchas otras
delincuenciales mañas - y desde altos rangos lo solapan y cada cual hace
carrera y son ascendidos , pero el psicópata narcisista tiene muchas
averiguaciones en contra , muchos expedientes abiertos por infinidad de faltas
y violaciones al honor , a la ética , a la moral y a las leyes y no obstante
muchas influencias que mueve dentro de ese mundo furtivo de corrupción,
malandrajes y delincuencia, a pesar de ello y por tantas evidencias que quiso
tapar cuales excretas de gatos, no logra pasar del grado de Coronel. Es muy
evidente su comportamiento deshonroso. Es y fue una vergüenza para el cuerpo
castrense al que pertenece, así llegue a retirarse es una mancha indeleble, una
mácula de indecencia. Solo cuenta con los deshonrosos amiguetes quienes
participan con él en la comisión de delitos y en bochornosos y afrentosos actos
de vileza, esos son sus cursos quienes estudian con él y del mismo modo
delincuentes enmascarados igual que él o inocentes personajes que desconocen
que son utilizados por este psicópata narcisista.
En un afán por
lograr dominio y sumisión, cuando se enamora enfermizamente de alguien,
pone en marcha el hostigamiento, la persecución, el acoso y hace de la
presa su víctima. Ya de adolescente este Coronel hubo experimentado su
bisexualidad con algunos cadetes; así podemos advertir una primera adicción de
este depredador social, la adicción al sexo sea con hombres o con
mujeres. El punto es que los psicópatas narcisistas tienen adicciones y esta es
una que delata al pervertido Coronel psicópata narcisista de este caso.
Acostumbra usar en contra de sus víctimas el gaslighting entre otras formas
oscuras de dominación.
Cuando tiene una
extraña fijación con algún empleado porque entre otras cosas le envidia sus
carreras universitarias, su imagen pública , su lustre y buena reputación , su
preparación y sus talentos; el jefe psicópata narcisista y este caso el
Coronel; por razones fútiles y con una morbosa atracción destructiva
hacia su víctima, se empeña en acosarlo en el trabajo en sus
intentos frustrados por someterlo, le ordena a todos sus monos voladores que le
irrespeten, que no hagan caso de su jerarquía en la empresa y le apliquen
ignominia, además de desprestigio. En una ambivalencia entre admiración y
desprecio por no lograr someterlo, el Coronel explota impulsivamente y comete
graves delitos contra los derechos humanos que no prescriben. Has leído bien,
no prescriben y hay cabos sueltos. No solo usted graba Coronel, le dijo un empleado.
El
licántropo. La licantropía es un fenómeno psicopatológico que se manifiesta
como la firme creencia de la propia transformación del cuerpo en el de un
animal con la adopción de conductas y expresiones acordes con el cambio. La expresión
clínica de este cuadro da lugar a diferencias en su ubicación nosológica. Aunque
a usted le cueste creerlo, es enteramente cierto. Manifiesta
un empleado el momento en el que divisó la presencia de alguien que venía
avanzando detrás de su silla de trabajo, a sus espaldas mientras laboraba
en su computador, y se trata del Coronel psicópata
narcisista, en lo que describe el empleado de la institución que venía
caminando hacia él literalmente con los dientes pelados, enseñándoselos y
salivando en actitud amenazante. El mañoso abusador, estaba detrás del
empleado mostrándole sus dientes cual animal rabioso a punto de atacar
mientras lo miraba con desprecio, por lo que el empleado se levantó de su
asiento y se alejó con precaución y dejó solo a ese trastornado quien lo miraba
con la agresividad propia de un depredador salvaje. El Coronel estaba fuera de
sí, o mejor dicho dentro de su esencia psicopática y licantrópica semejaba un
mismo animal salvaje y se dejó ver como perro con mal de rabia, pero por la
gracia de Dios el empleado evitó ser objeto de un crimen. Otra circunstancia
que define el interés por la presente investigación, esa escena donde el
Coronel psicópata narcisista cual licántropo amenaza la integridad física y
psicológica del empleado.
Observe como el
psicópata narcisista, deja de andar encubierto cuando la impulsividad le gana
la batalla y queda expuesto, cuando no puede controlarse como un disfraz de
persona que tiene engañados a muchos, pero que se descubre o deja ver su
verdadera personalidad, ante las personas de quienes por alguna razón ya
no le importa que opinión puedan tener de él y se muestra tal como es. No se
trata de que usted recree o piense que el psicópata hace algún gesto
desentonado, ¡no! Aquí el psicópata real y literalmente le muestra al empleado
los dientes como un animal que va a atacar a su presa. Y el Coronel, al leer
esto si pudiera y desde cualquier país donde se escribe esta historia
clínica y donde se encuentre su esfera de acción, sabrá que es así.
Es un disfraz este Coronel.
Empezó entonces
el empleado a estudiar a este Jefe hasta determinar que en efecto es un
psicópata narcisista, se puso en contacto con muchos amigos especialistas y
desde aquel acontecimiento donde el Coronel como perro rabioso le enseñó los
dientes y en actitud de ataque mostró desprecio hacia el empleado, este decidió
descifrar el anormal comportamiento de este militar. 60 periodistas. 34
abogados, 44 psicólogos y 5 psiquiatras a nivel global saben de las atrocidades
de este desadaptado social y conocen su personalidad.
Parte del
trastorno de la personalidad del psicópata narcisista o sociópata narcisista es
sentir y expresar desprecio hacia sus víctimas, así de este modo se comporta el
Coronel. Y usa entre otras cosas mostrarles literalmente los dientes o
usa una sonrisa desdeñosa como afrenta y desprecio. Y para lograr sus delitos y
el control, la manipulación finge tener sentimientos nobles para
conseguir sus objetivos. Es un timador, un actor. Pero los reales sentimientos del
psicópata son: la ira - se lo pasa fuera de si - , el odio - es rencoroso
no gestiona sus emociones - , la envidia - quiere tener todo lo que ve en
los demás - y el desprecio - es perverso humillando a sus
víctimas. Es impulsivo y pierde con facilidad el control de sí mismo.
Hay incontables
canalladas y delitos ahogados en el mutismo. Una sargento quiso acusarlo,
denunciarlo de haberla violado presuntamente y de cometer contra ella
asquerosas depravaciones con saña enfermiza, pero no se supo nada más de la
infortunada y todo quedó en silencio. ¡Juzgue usted! Este es el silencio
de los inocentes del que se habla, que son callados o sacrificados para
encubrir a un delincuente psicópata narcisista.
Es menester
mencionar que gracias a gente decente, con honor verdadero, que sabe de la
existencia de este Coronel Psicópata Narcisista y conoce de su camuflada
personalidad, este depredador social fue impedido de seguir ascendiendo, pero
lastimosamente para la sociedad llegó al grado de Coronel. Solo
imagínense nada más que desgraciadamente hubiera podido seguir ascendiendo.
Pero ese descalabro institucional se detuvo, por su múltiple
historial aterrador, el cual se dedicó a borrar o a desaparecer como de
costumbre hace con las pruebas que lo incriminan, pero que hay muchos cabos
sueltos por los que en su momento le pondrán los ganchos. Hay crímenes Coronel,
que no prescriben le dijo un empleado, son las excretas de gato que por el olor
se descubrirán, así se esconda en el medio de una constelación.
En el entorno del
psicópata narcisista aún hay personas con el sentido de la ética que suministra
información sobre su comportamiento y desmanes, sus delitos y sus escondrijos,
camuflajes, y mañosos subterfugios para robar y delinquir, corromper y
corromperse. Hay hasta cuentas bancarias internacionales en dólares
que no tiene cómo justificar. El largo brazo de la ley seguro le pondrá los
ganchos.
Los tontos
útiles. A medida que va ascendiendo, y
ya con el rango de Coronel y con los amiguitos que él usa , pervierte ,
sodomiza y convierte en sus serviles delincuentes y « que algunos no se
saben usados», viola sucesivamente los derechos humanos de empleados y
subalternos (sobre todo si el empleado no quiere unirse a su banda
criminal y además tiene capacidades, talentos y titulaciones que para el
psicópata narcisista constituyen una humillación que alguien pueda superarlo),
a los que personalmente y utilizando a su monos voladores se encarga de
apocarlos para darles el mensaje de que no son nada, que no son nadie, les
ataca la autoestima , les hace percibir que no valen nada, que el jefe y Dios es
el psicópata narcisista, el súper jefe . Este hombre descarga su ira incontrolable
e impulsiva cuando que se siente frustrado al encontrarse una presa a la que
hay que destruir, porque la endivia, pues no olvidemos que se trata de un
«predador humano», un depredador social, sumamente envidioso y va tras personas
apetitosas , porque tienen más talento que él , o capacidades o mayores
titulaciones que no han obtenido fraudulentamente como sí el psicópata
narcisista que se vale de sus posiciones para adjudicarse títulos universitarios
por los que no estudió y solo imagínese
cómo los obtuvo .
Es un hombre
malo, con una fea personalidad, induce los acontecimientos. No se suceden
espontáneamente los eventos que él recrimina y que le permiten ejercer control.
Sus enojos en la oficina son desorbitados, y desproporcionados, vive en una
continua ira. Vive en un estado de irritación permanente y está alerta sobre el
comportamiento de los demás para recriminarles cualquier nimiedad o tontería,
para humillarlos y muy especialmente para controlarlos y manipularlos.
Promueve el acontecimiento de sucesos que puedan ser de alguna forma objeto de
censuras para tener alguna excusa de donde apuntalarse y humillar, denigrar y
sobajar a las personas, especialmente a sus víctimas. Incluso promueve e
impulsa el enfrentamiento entre personas solo por la enfermiza satisfacción de
ver como se atribulan o desmoronan moralmente, además que nunca los empleados
de la institución ni se esperan una afrenta de tal bajeza, ni se imaginarían
que su jefe los irrespete de esa manera y les ponga emboscadas para satisfacer
sus psicopatías. Impulsa de igual manera a los empleados que según él
puedan ser manipulables a que cometan delitos y una vez teniendo en sus manos
toda esa información que desprestigia a su víctima, lo hace su lacayo, su
sirviente y su servil delincuente. Los sodomiza moralmente. Reportan
empleados y otras personas que por efecto del giro de la institución han tenido
que conocerlo y relacionarse con él , que este psicópata narcisista el
Coronel desalmado , confecciona escenarios en los que hace que las personas se
enfrenten entre sí, los hace carear y se gratifica morbosamente en
presenciar como seres humanos producto de la ruindad de este tipejo , quedan
incrédulos de que un hombre que ejerce jerarquías importantes se comporte como
una persona vulgar sin educación y vierta tanta maldad, donde viola las
leyes – pues su autoridad no es la del sistema judicial- , e irrespeta
los derechos de las otras personas. Es un hombre maligno. This psycho colonel
is a motherfucker.
Una
característica propia del depredador social es su disposición para el chisme y
hurgar sobre las demás personas sobre todo para tener insumos para someterlos,
controlarlos y manipularlos a su antojo. Luego se sacia amenazándolos, les dice
“yo a ustedes los conozco”, en lo que constituye la advertencia de que los
tiene en sus manos, pues les sabe secretos de los que haría uso si dentro de su
psicopatía necesitara para mantener su hegemonía y control. Hace uso de
bajezas, de tratos impropios y de toda clase de chantajes y extorsiones, para
mantener su mundo de delitos y corrupción. Este parásito, que es su
característica, pues la vida parasitaria es propia del psicópata, se
arroga el derecho de entrometerse en la vida ajena y se cree justificado al
hacerlo.
El hostigamiento
psicópata narcisista. Estos depredadores sociales tal como el Coronel, buscan
al igual que los depredadores en el reino animal, a presas que les atraen, que
sean apetitosas para ellos, porque tienen o poseen lo que en ellos
carece. Y el depredador humano que tiene este prognosis , asume una
fijación cuando alguien tiene talentos y virtudes que él no tiene , y para este
psicópata constituyen una ofensa , un desafío , pues dado su egocentrismo y un
exagerado sentido de su propia valía que es el sentido de grandiosidad ,
entonces nadie puede distinguirse mejor que él. De tal forma que este
trastornado encubierto, con la ayuda de sus monos voladores, gente con baja
autoestima a los que él hace delincuentes (espías, serviles, lacayos,
cómplices, encubridores, correveidiles, esclavos y sirvientes) persigue, aísla
y enfila toda su artillería psicopática narcisista a los fines de destruir la
reputación y el buen nombre del empleado que para el predador constituye
una competencia porque quiere la fama y el prestigio de las cuales goza su
víctima. Por sus hechos el Coronel no tiene buena fama y está
desprestigiado, de tal manera que envidia la marcada buena reputación de
su víctima, y entonces, se propone quitarlo del camino, a través de muchas
tretas bajas, abusando de su jerarquía en la institución. El psicópata
narcisista es un envidioso y es ofensivo que otro tenga ingenios y
capacidades de las que él carece. Así es este delincuente Coronel.
Este psicópata
narcisista, al igual que todos los que padecen este trastorno de la
personalidad, son individuos muy susceptibles. Se sienten ofendidos con
gran facilidad, reaccionan con ira extrema cuando se les cuestiona y tratan de
destruir o infravalorar y sobre todo ridiculizar a quien lo haga. Este Coronel
se cree con el derecho de sobajar, maltratar, difamar, humillar, golpear la
autoestima de las personas y entrometerse en la vida privada ajena, pero que a
nadie se le ocurra devolverle el mismo trato porque lo califica de hipócrita,
así todas “las relación interpersonales” con sus víctimas estén signadas por la
hipocresía, lo que es característica de este depredador. Nadie puede ser
hipócrita conmigo porque aquí el hipócrita solo puedo ser yo. Así se
expresa el coronel.
Narra un empleado
que descubrió toda la mafia y movimientos delincuenciales internos
institucionales dirigidos por el Coronel psicópata narcisista, que al
escogerlo como a muchos como su víctima, lo persigue y envía a espiar,
mientras almuerza o se corta el cabello, mientras dialoga con otras personas ,
incluso le impide recibir ayuda de otros empleados para surtirse de
combustible, le colocó sendas cámaras para vigilarlo personalmente y
desde su computador pasa horas observándolo obsesivamente cual voyerista
que es ; le envía gente a plantearle conversaciones ficticias a ver si el
empleado dice o hace algo en contra del Coronel, o que le sirvan de excusas
para desprestigiarlo , además ordena aplicarle ignominia. Es este Coronel
un desadaptado, un criminal que enmascarado en una institución lícita
como fachada, tiene un hervidero de corrupción y un desmadre en una
organización delincuencial encubierta.
El Coronel
está desquiciado, en fase maníaca. Y estas y otras maneras de asediar al
empleado es una de las tantas formas de control de este depredador social para
mantener a salvo su mundo furtivo de delincuencia y depravación moral. Cuando
el empleado encuentra un escenario adverso sin haber ninguna razón aparente que
lo justifique, es el Coronel psicópata narcisista quien sin arriesgarse
personalmente envía a sus monos voladores a cometer estas infamias. Porque otra
de las características de estos psicópatas narcisistas es mantenerse a salvo de
lejos mientras otros ejecutan sus órdenes siniestras. Pero para su
beneficio el empleado en este caso es advertido de lo que sucede, por personas
muy cercanas al psicópata narcisista y de inmediato el empleado intuye que se
trata de maniobras del parásito Coronel quien usa y manipula a otras personas
para que hagan o digan crueldades que hieran la autoestima del empleado. Es
insanamente perverso este Coronel, no experimenta remordimientos ni culpa.
Aunque es un
psicópata narcisista encubierto, del tipo integrado; la conducta de este Coronel es
una depravación total, es un disoluto, un insulto a la dignidad, a la
honradez, y a la decencia, además no le importa que sepan que es un bandido, es
más se justifica y lo asume. Así se jacta de cómo obtiene dólares
delincuencialmente. No tiene ni honor ni vergüenza, como tampoco
remordimientos, ni cánones morales. A este psicópata narcisista nada lo detiene
así tenga que camuflarse de lo que sea, no olviden que es un Luzbel del
camuflaje , a cualquiera convence de lo que sea pues tiene un verbo disuasivo
para aparentar ser una santa paloma y esconder su tiranía y perversiones de la
atención de cualquiera, pues es un actor capaz de fingir encantos y luego
de escucharlo puedes salir convencido de que es un santo varón, una especie de
mártir , con un gran corazón y se trata de un farsante, que engaña y manipula a
todos. Nótese que los psicópatas narcisistas son grandes manipuladores que
manejan a todas las personas para
conseguir y materializar sus planes perversos, sus delitos, su falta de probidad,
pues son mañosos y se jactan de pregonarlo a manera de chiste macabro.
Otra adicción la
podemos descubrir cuando hace su primera incautación de sustancias ilícitas.
Desde ese momento este Coronel se las ingeniaría y en lo futuro para quedarse
con gran parte de la droga incautada, para venderla a través de sus monos
voladores y para el consumo personal. Sistemáticamente toma para sí lo
ajeno o se aprovecha de bienes producto de delitos donde él funge como
autoridad actuante, verbigracia se adueña, se apropia de parte o de todo el
alijo de drogas, no pierde oportunidades, invariablemente deja para sí parte de
la mercancía que decomisa fuere de la naturaleza o del tipo o clase que fuere.
Tomen en cuenta que el psicópata es ladrón y este paciente es ladrón desde
niño; por lo que este psicópata
narcisista no pierde la oportunidad de hacerse de recursos de manera mal
habida. No pierde oportunidad cuando le ponen los mangos bajitos y si no están
bajitos, él se las ingenia para robarlos.
El grave error
que tiene la gente empática, es fantasear o pensar que el psicópata
narcisista no va a actuar como psicópata narcisista. Las ratas actúan como
ratas y erramos si esperamos que actúen como palomas. Este depredador social en
todo momento está urdiendo un plan, su maléfico pensamiento de perversión, de
control y de manipulación continuamente está en modo activo. Este perverso mal
de la sociedad empática, no cambia, pues su trastorno no tiene curación ni
tratamiento efectivo. Él puede acomodaticiamente metamorfosearse para hacer
creer que ha cambiado, pero no, ese es otro disfraz temporal para salir de
algún apuro o evitarse algún lío.
Un hombre de muy
baja ralea, sórdido, camuflado bajo un falso carisma. Lo subestiman quienes
creen que es una buena persona o un hombre correcto porque lo ven en modo
encubierto y porque no los ha atacado a ellos, ni los ha escogido como sus
víctimas, porque no les ha tocado de cerca tratarlo y sortear sus afrentas. No
se puede menospreciar la maldad de este sórdido psicópata narcisista.
Es un abusador y
en puestos de poder, es mayormente despreciable con el mando, es un abusivo en
todo el sentido de la palabra, asiduamente es un violador de los derechos
humanos. Este psicópata es un infame, perfecciona la maldad y es artífice de
los peores actos de tortura psicológica a sus víctimas o a los empleados que se
atrevan a darse por enterados y criticarlo en su mundo de delincuencia y
violación de las leyes. No se puede ser neutral ante las perversiones que
planea y ejecuta el psicópata narcisista, y sus monos voladores están
peligrosamente comprometidos con él y seguro el destino les será el desprecio
público o la cárcel cuando ya el psicópata no esté. Sí, ya están todos
identificados y sólo la prudencia, la diplomacia o la educación permiten
a la gente saludarlos o lidiarlos.
Ya es alarmante
que alguna institución latinoamericana o de cualquier latitud sea dirigida por
un Coronel corrupto, para que además sea un psicópata narcisista. Es
inaudito, debido a su camaleónica forma de proceder y pasar inadvertido para
quienes no lo conozcan, porque un psicópata es una bomba de tiempo, no tiene
alterada su inteligencia sino su forma de proceder en sociedad, pues comete
toda clases de delitos sin experimentar ningún remordimiento por sus actos, ni
de los desmanes y violaciones a los derechos humanos y en contra de
cualquier hombre o mujer. Un psicópata se justifica a sí mismo incluso en
el poder que ostenta momentáneamente para ejercer crueldad y cometer
impunemente toda clase de delitos y fechorías. El Coronel psicópata se
turba y pierde los estribos fácilmente cuando las cosas no salen como las ha
planeado.
Esta gente como
el Coronel, es malvada, perversa y están en pleno uso de sus capacidades
mentales. El Psicópata, posee una personalidad anormal. Es muy difícil
conseguir que un psicópata deje de vulnerar las normas sociales y legales y sus
comportamientos no tienen la cualidad como para liberarlos de sus
responsabilidades penales, sino que son agravantes incriminatorios por tratarse
de psicópatas.
Los psicópatas
saben lo que hacen, están conscientes de que violan las leyes y de que cometen
delitos y sienten emoción en ello, les gusta el riesgo, saben manipular a
las personas con un encanto que es falso, que es solo una fachada, para engañar
y sorprender la buena fe de todos. Y no son empáticos. Nunca se colocan en la
situación y el lugar de las otras personas, de cómo se sentirían si a
ellos les hicieran las maldades, los daños que el narcisista, el
sociópata o psicópata hace y ejecuta en perjuicio de los demás seres
humanos.
¿Tienes tú un
Jefe Psicópata Narcisista y eres tú uno de sus monos voladores? ¿O te respetas
tanto que te sentirías indigno por formar parte del grupo de lacayos
delincuentes en que este depredador social disfrazado de gente honesta los ha
convertido? Él podría salvarse y ustedes caerán. Él no es íntegro,
ni honesto, ni decente, se cree superior a ustedes, desde niño ha sido ladrón,
analiza esta historia clínica.
Los hechos
son expresiones y materializaciones propias de los psicópatas narcisistas, los
acontecimientos con el Coronel Russell Williams, nos han permitido
recrear situaciones que personajes como estos tienen la insolencia, el descaro
y la desfachatez de cometer sin escrúpulos y sin experimentar culpa.
Además de las dos
cadenas perpetuas, el coronel de la Fuerzas Aéreas Russell Williams, fue
sentenciado a veinte años de prisión por otros dos asaltos sexuales y a un año
de cárcel por cada uno de los 82 robos cometidos. Todas estas penas las está
cumpliendo de forma simultánea en el centro penitenciario de Port-Cartier
(Quebec). ¿Entonces puedes creer que los crímenes de los psicópatas narcisistas
son puro cuento? La impunidad de la que
hasta ahora pueda gozar algún tipejo como este es por el tráfico de influencias
y la vagabundería de la corrupción que a muchos moja las manos , pero el
largo brazo de la Ley le llegó a este Coronel psicópata narcisista.
¿Crees que quienes
amparan a tipejos así, puedan tener a Dios con ellos? Por suerte la
ficción nos permite ilustrar situaciones. Observen el complejo de grandiosidad
de este Coronel psicópata narcisista encubierto integrado. «Miren, allá en el
cielo, es un ave, es un avión, ¡No!, es el súper Coronel». En la tierra, el
súper Coronel tiene poderes y habilidades mucho mayores que de los hombres
mortales. No se comparen conmigo, yo soy un Dios, dice el delincuente
Coronel. ¡Váyase a la v…!
Escritor/ Abogado/ Periodista/Psicólogo/Profesor
Universitario
No hay comentarios:
Publicar un comentario