"Autonomía de cátedra"
Crisanto Gregorio León
Insultar, ridiculizar, denigrar y humillar a los estudiantes, no son prerrogativas de la "autonomía de cátedra"
Cuando es usada por quienes se jactan de preseas en su desenvolvimiento profesional para atropellar a los estudiantes o para desquitarse con inocentes de las propias carencias y frustraciones, ufanándose burlonamente de su capacidad en desmedro de la humanidad de un alumno o alumna; eso es deshonestidad y es aprovecharse de la condición "superior" circunstancial que se tiene respecto del estudiante, para apabullar, para abusar, para ser cruel, para difamar e injuriar.
En tiempos de bárbaras naciones, colgaban de las cruces los ladrones; pero ahora, en el siglo de las luces, del pecho del ladrón cuelgan las cruces.
Este pensamiento del escritor Hugo Fóscolo, que alude a la deshonestidad, lo traslado ex profeso a la educación, para quienes son deshonestos y deshonestas con la esencia de "la autonomía de cátedra".
Y aquí entramos en el área del derecho penal, cuando el profesor o profesora utiliza el aula como un compartimento donde amparada o amparado con la mal llamada "autonomía de cátedra" comete delitos en contra de sus estudiantes.
Luego se hace la chistosa o el chistoso para ganar seguidores que llenen su vanidad; para con ello despreciar y pisotear a la alumna o al alumno víctima y a quien decidió violarle sus derechos; tales como: el derecho a la educación, el derecho a la dignidad, el derecho a expresarse libremente, el derecho a ser tratado sin discriminación alguna, el derecho a no ser sometido a ningún tipo de tortura psicológica, entre otros.
Hay quienes amparados en el mal entendido concepto de "autonomía de cátedra" ejercen sevicia sobre sus alumnos, entiéndase ésta como una crueldad excesiva donde el profesor o la profesora se lucen delante del auditorio en un acto de histrionismo ofendiendo y avasallando a su víctima.
El o la estudiante apenado a apenada por tan detestable actitud de la profesora o profesor famosísimo y excelentísimo, el mejor o la mejor en su área, de quien no se tienen sino encantadoras referencias, es vapuleado por los propios compañeros para solidarizarse con el profesor y asegurar aprobar la asignatura y por el resto de profesores para curarse en salud y contar cuando les toque, con una solidaridad automática sin preguntas.
Abogado
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