Fisuras y troneras
Crisanto Gregorio León
Hay quienes invocan a Dios pidiéndole
la muerte del prójimo. Y hasta del prójimo más próximo. Existen personas que se
arrogan la potestad de señalar, juzgar y sentenciar a su hermano o hermana, a
su padre y a su madre, a su esposa y esposo, a su compañero o compañera. Incluso
siendo estos inocentes.
Bajo esta acomodaticia manera de
conducirse en la vida otros u otras son capaces incluso de programar la muerte
de alguien con un bajo perfil casi inadvertido, Se han visto casos por ejemplo,
donde una esposa con aparente corrección maquinó durante largos años la muerte
de su esposo solo para poder entregarse a las riendas del desorden concupiscente
con otros hombres. Y poco le valió
pensar en su alma inmortal y el juicio
que tendrán ante el tribunal de Dios.
Igual hay hombres que creen que se
la saben todas al destruir hogares y que andar con liviandad es una gracia,
cuando causan desgracias a otros seres humanos. Es hacerse pasar de ángel y ser
un verdadero demonio. Allí tenemos el ejemplo de lucifer.
Unos y unas andan por la vida
cazando fisuras en la vida de otros para hacer de ellas unas troneras, para
poder justificar las propias. Y olvidan las palabras de Jesús el Maestro, el
Galileo “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la
viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que
te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves la viga que tienes en el tuyo?
¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar
la paja del ojo de tu hermano” (Lucas 6, 41-42).
No importa como te vistas, ni del
color como te tiñas el cabello, ni la clandestinidad de tu pecado, siempre
donde creas que te estás escondiendo y aunque creas que engañas a Dios , solo
engañas a los hombres y caes en tu propio engaño , pero jamás engañarás al hacedor
del universo. Que siempre te ve no importa donde te metas.
Abogado