domingo, 9 de noviembre de 2014

Psicología de la Credibilidad

Le veo el rostro y sus facciones reservadas nada me sugieren sobre su astuta naturaleza. De engañosa personalidad confunde al más prevenido. Aparenta un comportamiento cabal siendo un acopio de desórdenes morales; que con una locuacidad ametrallante defiende con holgura lo sagrado o lo obsceno según le calce, conforme le convenga acomodaticiamente a sus peculiares escenarios y circunstancias; a propósito del público ante el cual desea alardear en su afán de ganar credibilidad. 
Sabe fingir con extrema naturalidad, lo hace con una espontaneidad pasmosa, casi única que parece real, por lo que se ufana de sus dotes histriónicos. Es estratega de la simulación, con elegancia o con vulgaridad dependiendo del terreno que pisa. Posee habilidades asombrosas para alternar con inescrupulosa sagacidad entre una postura u otra transitando de la rectitud a la deshonestidad en un chasquear de dedos con descarada maña. 
Se regodea en su cinismo. Conoce suficientemente su maligna destreza  y sabe como emplearla. Es capaz de cualquier perversión sin turbar su semblante, nadie inadvertido descubre sus emociones.  
Es un espíritu de contradicción, de molestia; por su porfía implanta la necedad, convierte en guerrilla la dulce conversación y hace enemistad con los más próximos que con los que no le tratan. Hace que en el bocado más sabroso se sienta más la espina que se atraviesa y eso es la oposición a los buenos momentos; es pues necedad perniciosa y personalidad intratable; para parafrasear el pensamiento de Baltasar Gracian. 
Su lenguaje es soez genéticamente, si esa analogía pudiera extenderse al uso irreverente, indecente e impúdico cual arsenal de inmundicias que salen de su boca como si se le hubieren trasmitido desde la gestación y durante toda su crianza. Ese es su genotipo, solo observable para quien haya logrado analizar concienzudamente sus conductas y habituales arrebatos, mientras que su fenotipo es tan engañoso que nadie podría percatarse que una personalidad así viniera con ese envoltorio.