jueves, 19 de enero de 2012

Anclajes

Crisanto Gregorio León

Por nuestras vidas pasan muchas personas; unas nos valoran y nos prodigan amor, otras son inocuas, no aportan ni quitan, solo se presentan y se van sin alterar de ninguna manera tu espíritu; otras son como un placebo, inofensivas pero con un efecto sugestivo benéfico así no hagan nada.
Algunas surgen en el escenario de nuestras vidas con la idealización que le otorgamos subjetivamente, desde la aspiración que sean como nosotros pensamos y tarde o temprano descubrimos que habíamos hecho una construcción artificiosa desde la admiración o el amor, del cual sacaron provecho y se zafaron acomodaticiamente porque su imagen existía solo en nuestra mente, porque esas personas poseían una esencia distinta a la que habíamos diseñado. Porque los trazos de su personalidad ya estaban delineados cuando se tropezaron con nosotros, previa a la concepción que nos habíamos hecho.
Como la joven enamorada que encumbra a un hombre que con astucia y engaños le roba la tranquilidad, le es infiel, le hace dilapidar sus ahorros y le regala cartones sin valor y que ella como un síndrome no deja de mencionar su nombre en cada referencia masculina; la gente diseña seres contrarios a la exacta naturaleza de estos y luego ellos mismos se encargan de dejar en claro que eran la unión de muchas piezas que apiñamos en nuestros corazones o en nuestras mentes pero que solo eran eso, una idealización.
En esa vorágine de la vida, hay quienes Ignoran a quien les quiere, quieren a quien los ignora, aman a quien los hiere e hieren a quien los ama. Y pierden la autoestima añorando a esa persona que les generó esa sensación de soledad, de abandono, de miedo y minusvalía.
Hay quienes pasan por tu vida dejando dolor, mientras hay quien te valora, tú solo quieres que te valore quien no te toma en cuenta, la incomprensible naturaleza humana queda en ocasiones anclada en episodios que no te dejan fluir hacia otros horizontes.


Abogado
crisantogleon@gmail.com