viernes, 22 de octubre de 2010

AMOR A PRIMERA TRAMPA

AMOR A PRIMERA TRAMPA

CRISANTO GREGORIO LEÓN

 

            Erase una vez que en una aldea lejana se conocieron tramposa y tramposo, quienes habían obtenido gracias al prestigio del Rey la administración de aquel poblado. Tramposa blandía estandartes de honradez cuando era toda una histriónica en el arte del engaño, el fraude y la mentira y tramposo pasó a ser su ilícito consorte al haber demostrado sus cualidades de ladrón, estafador, corrupto, mentiroso, es decir, tal para cual, justo las credenciales que requería tramposa para hacerse de fortunas a costa de las necesidades de la gente desprevenida de esa región.

Habían nacido el uno para el otro, por lo menos así lo pensaba tramposa que obtenía de tramposo llenar su vida frívola y superficial, a la vez de creer haber encontrado el verdadero amor sin percatarse de que estaba siendo utilizada por un hombre sin escrúpulos, un chulo cuya juventud la mantenía embriagada y desconectada de la realidad.

Pero no se engaña a quien se sabe engañado, por lo que tramposa se hacía la autista y le sacaba el máximo provecho a la relación, de modo que no se sabía a ciencia cierta quién utilizaba a quién. Lo cierto es que todos estaban siendo burlados por estos dos timadores y el dinero sólo llenaba los bolsillos de tramposa y tramposo que hacían sus negocios sucios y el pueblo se mantenía sumido en la miseria. Una aldea estancada en el Medioevo sólo veía surgir a tramposa y a tramposo, quienes lo primero que hicieron al saborear el lado oscuro del poder, fue empezar a viajar para conocer otras comarcas, hacerse construir palacetes y aprovisionarse de nuevas caballerizas y carruajes para desfilar en aquel territorio como los potentados, burlándose de la buena fe de los lugareños.

Ella una cortesana, él un vividor, ambos se entregaron al desenfreno y a la corrupción y eran conocidos como "los nuevos ricos", ambos enmascarados con la engañosa cubierta de un malévolo libro cuya apariencia nada dice de su putrefacto contenido pero que al ser abierto, su fétida y nauseabunda pestilencia lo pone en evidencia como una obra del propio Satanás. Tramposa constituía para tramposo lo que el íncubo para el súcubo y encubiertos en un discurso de fachada, se regodeaban de la facilidad con que todos les creían cuando abrían su boca de la que sólo salían mentiras, porque astutamente decían lo que la gente quería oír o lo que la gente esperaba oír aun cuando no fuera verdad.

Lo cierto era que la mayor desgracia que pudo haberle tocado a ese poblado, fue haber caído en manos de tramposa y tramposo quienes mañosamente y llenos de vicios hacían lo que les venía en ganas sin respetar ningún decreto real.

Si bien estos episodios son arrancados de la imaginación para la Europa del Siglo XI, supóngase por un instante que en este siglo XXI, donde impera la alta tecnología, donde por efecto de la globalización todo se sabe al instante, pudiera existir en alguna parte del mundo una aldea que no arranque hacia la modernidad y se mantenga en el oscurantismo administrativo o en el silencio que impone el miedo porque la corrupción se haya apoderado de los destinos y del futuro. ¡Sería inconcebible!

crisantogleon@gmail.com