martes, 19 de enero de 2010

EL TONEL DE DIÓGENES
Crisanto Gregorio León

Diógenes de Sinope, antiguo filósofo griego, vivía en un tonel como praxis de un pensamiento desafiante de los usos sociales y los convencionalismos de su época, radicalizando tal postura hasta el punto de abstraerse del mundo para vivir conforme a sus convicciones en la más clara expresión de la rigidez, bajo la creencia de que todos estaban equivocados, pues para él su única realidad era su verdad, la cual ejemplificaba aviesamente mediante el evidente desprendimiento de las cosas mundanas y la austera existencia.
Y para ser congruente con su pensamiento, apenas vestía una capa, andaba con los pies desnudos; granjeándose las burlas del pueblo, pero también el respeto de otros, hasta el punto de quererle condecorar haciéndole merecedor de honores que no aceptaba. Además de ser un ejemplo de sapiencia, por su inusual manera de abordar la vida fue llamado el Sócrates delirante, porque en su filosofía de desprendimiento y desinterés por las cosas materiales, su estilo de vida era consecuente con su pensamiento.
En la época actual, muchos criticarán esta posición ante la vida y la exigencia de tales extremos, para otros sencillamente es inconcebible; sin embargo para algunos arrogarse las virtudes que pudieran separarlos del común de la gente por ser capaces de gestos de enorme significancia, tales como el desapego de lo material , el desinterés por reconocimientos ante actos de extrema humanidad , el querer pasar inadvertidos por engendrar actos de nobleza , la defensa de lo justo ante cualquier Goliat , no son sino el antifaz de quienes acuñan puntos para enarbolar su real bandera y poner encima de la cabeza de muchos el pesado tonel de su conveniencia .
Habrá quienes excepcionalmente estén deslastrados de toda chicana, y sin hacer juicios de valor sobre la honestidad de los principios de Diógenes, reconocemos cada día más adeptos a la Obra “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, por su astuta manera de enfocar la consecución de las aspiraciones.
Nadie da nada por nada , es una expresión antiquísima indicadora del trasfondo de las intenciones de quien se muestra altamente generoso , especialmente complaciente , o particularmente desprendido; porque salvo se trate de una entidad divina , generalmente se busca algo a cambio, como una reciprocidad en el gesto , un cambio de conducta, una permisión , o una omisión que por no ser celestiales , serán celestinajes .
Sin embargo, convencido de la naturaleza bondadosa del hombre, todos estamos a prueba en este teatro terrenal, donde la desesperanza no debe invadir permanentemente nuestros corazones, pero si palpitar con cautela para no permitir que nos sorprendan en nuestra buena fe.
Cierto día Alejandro Magno parado frente al Tonel de Diógenes le preguntó qué deseaba y este le respondió: solo apártate pues no me dejas ver el Sol. Por eso, mientras unos exponen una visión del mundo y de la vida con ponderada dirección de hermandad, otros toman por asalto la fragilidad de la inocencia por la ductilidad de quienes desconocen la verdadera intención de quien mueve los hilos de aquello oculto para tus ojos.



Abogado
crisantogleon@gmail.com

martes, 5 de enero de 2010

La filosofía del oprimido de Paulo Freire

La filosofía del oprimido de Paulo Freire
Crisanto Gregorio León

Para obligar a los equinos a mirar en una sola dirección, se les instalan gringolas o protectores plásticos oculares en las “capucheras”. Y eso es válido pues se trata animales.
Pero en los seres humanos, en lo atinente a la creación del intelecto; esas grígolas son instrumentos mutiladores del cerebro neocrotex.
Pues bien. Fundido en una sola estructura, nuestro sistema nervioso central alberga tres cerebros. Por orden de aparición en la historia evolutiva son: primero el reptiliano (reptiles), luego el límbico (mamíferos primitivos) y por último el neocórtex (mamíferos evolucionados o superiores). Esto es denominado el cerebro triuno.
Al hablar de ideologías y métodos de la educación, hay quienes con gringolas, mutilan el cerebro neocórtex, condenando a aquellos que con fundadas razones denominan la magistral obra Paulo Freire como “la filosofía del oprimido”, en vez de “La Pedagogía del Oprimido”; asumiendo entonces una visión bancaria de la educación y no una educación liberadora que son los dos tipos concebidos por este educador brasileño, que también fue filósofo, psicólogo y abogado.
Toda la obra de Freire, encierra una filosofía del oprimido, en la que su propuesta dialógica es esencialmente liberadora. Una cosa es el título de la obra y otra la médula que lo impulsa.
No olvidemos algunos de los postulados de Freire: 1.- “la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado”; 2.-“el estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre; 3.-estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”; 4.- la cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio”; 5.- somos seres condicionados pero no determinados; 6.- todos sabemos algo, todos ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre.
Entonces, podemos afirmar con toda propiedad que el planteamiento inspirador de su pensamiento liberador, es un proyecto filosófico que persigue corporeidad pedagógica.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

Nada cuesta sonreír

Nada cuesta sonreír
Crisanto Gregorio León

“Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste, porque más triste, es la tristeza de no saber sonreír”.
La mayoría al tener un poco de poder se trasforma en un monstruo insoportable, creyendo que el tiempo y las circunstancias se congelarán y olvida que las cosas podrían dejar de favorecerles, incluso la vida misma; porque hoy estamos, pero mañana quien sabrá, y teniendo la oportunidad de escoger entre buenos recuerdos y maledicencias seguramente preferiríamos los primeros.
“Aquel cuya sonrisa le embellece es bueno; aquel cuya sonrisa le desfigura es malo” (proverbio húngaro). Hay quienes fingiendo simpatía esconden su maldad detrás una sonrisa. Hay otros cuyo sonreír es una morisqueta, siendo una expresión de burla. Pero una sonrisa sincera es como una brisa fresca para el espíritu de quien la da y de quien la recibe.
Sea cual sea nuestro oficio, profesión o posición en la sociedad o en la familia, ¿qué nos cuesta sonreírle agradable y sinceramente a nuestros semejantes?
La responsable: nuestra soberbia, un pecado capital, que impide vernos en los demás, creyéndonos superiores. Y por ocupaciones o cargos circunstanciales pateamos nuestra propia esencia; siendo grotescos en el trato y en la mirada, displicentes en los gestos, jactanciosos en nuestro desenvolvimiento y en las relaciones con el prójimo.
Para unos es difícil mostrar cortesía hacia gente que no conoce, pero con la cual debe relacionarse a diario en ocasión a su trabajo, y en su trato con ellas son rudos, déspotas o majaderos y en vez de una sonrisa le exhiben una mueca que afea a su emisor y deja en su receptor la peor impresión; la sensación de haberse topado con el lado oscuro y perverso de aquel hombre o de aquella mujer.
Quienes así se conducen no tienen el menor cuidado, ni la menor noción de relaciones humanas y no se han dado cuenta que su trabajo existe porque existe el público y que sin esa gente a la cual maltratan, su puesto o su cargo no tendría razón de ser, ni utilidad.
En casos de dolor y de pena, nos ennoblece obsequiar una sonrisa. Para Gabriela Mistral, “Hay sonrisas que no son de felicidad, sino de un modo de llorar con bondad”.
La sonrisa alimenta el espíritu, hace agradable el rostro de quien la tiene y predispone las buenas relaciones; pues “una sonrisa sincera embellece más que el maquillaje”.

Abogado
crisantogleon@gmail.com

Más allá de la letra

Más allá de la letra
Crisanto Gregorio León

Escritos de letra preciosa, pueden revelar sandeces pero también conocimiento valioso; como el contenido que la letra describe puede mostrarse confuso para un lector inculto, así sea la caligrafía experta o el garabato de un genio culto.
El genio Leonardo Vinci además de zurdo, usó una escritura confusa para quienes no tenían idea de que incluso su expresión escrita era genial. Se trataba de la “escritura especular”, cuya lectura solo es posible al revés. Actualmente puede verse al frente de las ambulancias, donde la palabra "AMBULANCIA" está en escritura especular con el objetivo de que los conductores lean la palabra en el sentido normal en sus espejos retrovisores.
Sin lugar a dudas “leer una bella caligrafía es como oler el aroma de un tulipán”, como dijera el gran Mustafá Izzet Efendi, maestro entre los maestros calígrafos.
Los que se dedican al arte de la caligrafía son los expertos calígrafos y allí su genialidad. A través de distintos métodos de caligrafía hay quienes han podido imitar los trazos para lograr “una geometría espiritual hecha con un instrumento material”.
Para quienes analizan la escritura, ésta revela algo de la personalidad de su autor, pero no es determinante; pues muchos criminales son poseedores de una caligrafía esplendorosa, donde la ponzoña de su propietario no se deja ni oler; pero de igual modo hay gente de bien , talentosos y brillantes cuya letra es poco menos que un garabato.
Por sus manuscritos, unos que buscaran una bella caligrafía sin estimar el talento de sus autores, poco valor darían a la obras de Salvador Dalí, Pablo Picasso, Vincent van Gogh, entre otros.
Muchos científicos brillantes, expertos cirujanos, artistas y profesionales de todo género cuyos conocimientos y genialidad los han hecho merecedores de los más elevados reconocimientos por sus méritos y aportes al desarrollo de la humanidad; no se han destacado precisamente por tener una “bella caligrafía”.
La genialidad de una persona no se revela en su letra, como tampoco la belleza de un rostro, nada revela sobre su capacidad y conocimientos.
Hay quien lee sin entender lo escrito, sea letra bella o un garabato preciso; no porque sea confuso, sino porque no sabe interpretar lo entredicho.

Abogado
crisantogleon@gmail.com