domingo, 13 de enero de 2008

¿QUIÉN LOS PROTEGE DE LOS 18 A LOS 25?

¿Quien los protege entre los 18 y los 25?
Crisanto Gregorio León

Mayores de edad, recién estrenando su condición son engañados y deformados, para propósitos indignos que destruyen y deforman su personalidad.
Ya decían los romanos, no son los nacimientos los que hacen a la madre de familia, sino sus buenas costumbres. Ahora, esas buenas costumbres que inicialmente dependen de los padres, deben ser interés del Estado y de la Sociedad, sobre todo si con ellas se garantiza la protección de la familia y especialmente de los hijos que tanto nos duele verlos autodestruirse con la connivencia de gente perversa, bajo la excusa de ser mayores de edad.
Tratar a los menores de 25 años como niños y adolescentes cuando de su protección se trata y cuando de la captura y enjuiciamiento de criminales amparados en la excusa de la mayoridad de sus víctimas, sodomizan a la juventud, la envilecen, la prostituyen, la alcoholizan y en fin se las ingenian de tal forma para succionarles la lozanía y la ternura para satisfacer aberraciones e intereses delincuenciales. De tal suerte que todo el peso de la ley y el rigor de las normas penales, les sea aplicado sin miramientos y consentimientos.
La LOPNA establece una obligación para con los padres, la cual consiste en garantizarles sustento y manutención a los hijos hasta los 25 años de edad, si aun no se han casado y están estudiando. Pues bien, hago un llamado a nuestros legisladores para que en consonancia con esa disposición en situaciones como las que prevé la LOPNA para la protección de los niños, niñas y adolescentes, se coloque en manos de los padres y de la sociedad en general, una herramienta de jurisdicción penal, en protección a la familia, en contra de quienes consientan, promueven, incentiven, procuren, coadyuven, colaboren, amparen, encubran y de cualquier modo participen en la “destrucción” de nuestros jóvenes y nuestras jóvenes, utilizando para sus aberrantes propósitos, la excusa de que ellos son mayores de edad y bajo esta premisa, siendo entonces nuestros hijos dueños de sus actos , otros malintencionadamente se escudan en esa condición para manipularlos y arrancarles los sueños y las ilusiones, sin cuya influencia perniciosa podrían alcanzar en la expectativa de modo y tiempo que normalmente se espera y se aspira.
De tal forma que, sustentados en la filosofía que inspira esa disposición, se prevea una extensión de protección para los hijos, en el lapso comprendido entre la recién adquirida mayoría de edad y hasta tanto no cumplan los 25 años. Por cuanto, si no obstante ser mayores de edad, la ley obliga a los padres para con los hijos bajo esas previsiones, en prevención a quienes no quisieran hacerlo espontáneamente por amor; de igual manera la ley debiera garantizarles a los padres, a los propios hijos y a la sociedad en general que nadie esgrimiendo como defensa la mayoría de edad de ellos, destruya lo que se quiere proteger. Dicho de otro modo, la ley debiera garantizar su propia filosofía más allá de la obligación de manutención y alimentación, sino que en el interés no solo de la formación académica y de no carecer de sustento material, el resguardo moral y psicológico entre otros por ejemplo, no quede por fuera.
Porque es realmente absurdo que si la ley protege a los hijos entre los 18 y los 25 años de edad bajo los supuestos de hecho expuestos , entonces los deje a la deriva y vulnerables a la parte insana y malévola de la escoria social que les mutila el alma, la decencia, los sueños , y les desgracia la vida. Entonces la obligación a manera del período de gracia de las pólizas de seguro, debería asegurarles protección contra la ruindad y la maldad social. ¿Porque, como se protege a quien se cree que la mayoría de edad lo hace un hombre o una mujer de criterios maduros cuando realmente están siendo manipulados, por delincuentes que disfrazados de gente decente asesina la personalidad sana de nuestros hijos e hijas?
Abogado
crisantogleon@gmail.com

MAYORÍA DE EDAD ¿PARA QUÉ?

MAYORÍA DE EDAD ¿PARA QUÉ?
Crisanto Gregorio León

Los niños, niñas y adolescentes, tienen una legislación que tiende a protegerlos y busca en la filosofía que la inspira evitarles situaciones de peligro que menoscaben su personalidad, su desenvolvimiento y desarrollo sano. Esa legislación no obstante sus bemoles y ácidas críticas, lo que quiere realmente es resguardar a quienes pueden ser expuestos a actos y situaciones que los mutilen física, económica, social, psicológica y moralmente. ¡QUIERE CUIDARLOS! Y la sociedad decente, los padres y representantes hacen uso de la LOPNA para garantizarles sus derechos.
Pero, ¿Y los que recién estrenan la mayoría de edad, que por razones legales y no precisamente por estar preparados para ello, asumen las riendas de sus vidas?
Una vez que se adquiere la mayoría de edad, la persona desde el punto de vista legal asume la dirección “autónoma” de su vida, aún cuando la complejidad de la realidad social los expone a situaciones que incluso a los adultos entrados en edad les es difícil de manejar y hasta de comprender.
Ahora, ¿Cómo cuidar a quien no se deja cuidar? , ¿Cómo orientar a quienes se creen que por haber adquirido la mayoría de edad, sus decisiones son las más correctas y acertadas? , cuando graves errores debido a la falta de reflexión están destruyendo a nuestros jóvenes, a quienes son nuestra progresión en la vida y que por acción de bandidos son utilizados para intereses macabros, malsanos y aberrantes.
Son incontables las veces que se oye a un Joven o a una joven decir , soy mayor de edad y hago lo que quiero hacer , sin ni siquiera darse cuenta que no están haciendo lo que quieren por decisión propia sino, que están haciendo lo que otros le han implantado en sus tiernas mentes y les exaltan sus egos , diciéndoles , ya no hagas caso a lo que te dicen tus padres , ellos no te quieren dejar disfrutar de la vida , no saben lo que dicen , esto que es lo que te conviene y en un afán por materializar perversas intenciones , van destruyendo el trabajo que la familia y los padres se han esforzado en hacer para lograr hombres y mujeres sanos y útiles, para la sociedad y para la patria.
Y entonces con su recién estrenada mayoría de edad, se autodestruyen y no aceptan ninguna opinión que no sea la propia, que en realidad es ajena, pues proviene de quienes se dedican a deformarlos y a utilizarlos para sus monstruosos planes.
Restregándoles a los padres su mayoría de edad, se creen que se las saben todas y desprecian el verdadero amor, que es el que viene de papá y mamá, quienes desde el nacimiento los han cuidado y arropado con su manto protector; pero ahora se sienten independientes, sin analizar que eso que hacen con su mayoría de edad es un libertinaje que los va destruyendo.
Se están viviendo tiempos de franca destrucción moral, donde la escoria social, se dedica a dañar a la juventud y enfrenta a los hijos en contra de los padres. Induciéndoles una borrachera en su personalidad, los controlan y manejan a su antojo. Y los jóvenes y las jóvenes piensan que esta gente son sus amigos y que por dejarles hacer todo cuanto los padres no les permitieron, entonces estos delincuentes, sabandijas, lepras y cánceres sociales, son los buenos y los verdaderos “panas”.
Se está utilizando la mayoría de edad para autodestruirse, autodañarse, autodegradarse y para pescar enfermedades y hasta la muerte.
¿Quién no se ha arrepentido de alguna decisión que tomó apenas a los 18 años, o a los 21? ¿Quién no hubiera preferido tener mayores elementos de convicción para asumir otro comportamiento?
A los hijos les digo, nunca se es lo suficientemente mayor como para dejar de ser hijo y para obtener de los padres un consejo correcto. Obedezcan a sus padres que ellos hablan desde el corazón, desde el amor, y la experiencia de papá y mamá los protegerá siempre con la ayuda de Dios.
Ser mayor de edad no significa sabérselas todas.
Abogado
crisantogleon@gmail.com